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ALCANCE Y SIGNIFICADOS DE UNA REFORMA EDUCATIVA


Enviado por   •  3 de Junio de 2016  •  Documentos de Investigación  •  2.023 Palabras (9 Páginas)  •  263 Visitas

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ALCANCE Y SIGNIFICADOS DE UNA REFORMA EDUCATIVA

Dr. Ezequiel Ander-Egg. (filósofo,investigador y educador argentino)

I.- La Educación, recurso fundamental de toda sociedad, siempre en crisis y siempre necesitada de reforma.

Cuando se habla o se escribe sobre problemas educativos, hay tres situaciones que se repiten en todos los países del mundo. Estas coincidencias, que emergen del análisis del problema educativo en diferentes realidades, ponen de relieve idénticas o parecidas preocupaciones.

.- La Educación está en crisis: Ya en 1947, The New York Times había proclamado “la crisis de la educación”, como la noticia del año… Transcurrido medio siglo, seguimos hablando de crisis de la educación. Mucho se ha escrito diagnosticando y explicando la crisis educacional y los problemas educativos. Es mucho menos lo que se ha escrito para proponer soluciones o diseñar alternativas. A finales de los años setenta, en un estudio realizado por encargo de la UNESCO, se decía: “Una sensación de crisis recorre todo el campo del aprendizaje contemporáneo. Los gobernantes, los educadores y el pueblo en general, sienten que algo marcha mal o no se le presta la debida atención”. Estas afirmaciones, contenidas en el libro Aprender, horizonte sin límites, habría que matizarlas. De ordinario son los gobernantes los que no le prestan la debida atención (no en sus discursos, que suelen ser una retórica vacía de exaltación de la importancia de la educación, sino en lo que efectivamente significa “prestar atención” en las políticas públicas, y que no es otra cosa que asignar recursos y prioridades en los presupuestos del Estado. En cuanto al pueblo en general, es el que sufre las consecuencias de la escasa importancia otorgada a la educación. Y los educadores (los más conscientes y responsables) son la voz que clama en el desierto.

Al hablar de crisis, utilizamos la expresión en el sentido originario del término, tanto en su origen griego (selección, decisión), como en su raíz sánscrita (limpiar, purificar) como en el que tiene en las lenguas europeas que conservan el sentido de crisol, acrisolar, crítica. De aquí que en toda crisis, después de hacer un juicio hay que decidirse por un nuevo camino.

En la crisis de la educación, utilizamos la palabra crisis como crítica de lo existente, búsqueda de nuevos modos de limpiar y purificar lo que es lastre en el sistema educativo y propósito de acrisolar un nuevo proyecto, decidiendo y seleccionando lo nuevo que hay que emprender y lo viejo que hay que transformar. Por eso, al hablar de crisis de la educación, no tiene sentido hacerlo como una forma de puro lamento o queja de lo existente, sino con una perspectiva de cambio  de cara al futuro.

.- Otra afirmación generalizada que se dice en diferentes ámbitos, es la siguiente: la educación está en el centro de los procesos de transformación, de ahí que sea una prioridad en las estrategias de crecimiento y desarrollo. Se trata de un  recurso fundamental en las sociedades modernas, ya que el futuro de cada país, depende de la capacidad de sus ciudadanos, que a su vez depende del nivel y la calidad de la educación. Por otra parte se ha previsto que en el futuro muchas personas cambiarán en su vida varias veces de trabajo. Esta circunstancia hace necesario preparar a los alumnos para las demandas cambiantes del mercado de trabajo. Sobre esto hay un consenso generalizado.

También hay un acuerdo bastante amplio, a nivel teórico, de que el Estado es responsable de asegurar la calidad de la educación, sin que ello implique prescindir de la iniciativa privada. Esta aceptación, que decimos teórica, está presente en muchos discursos políticos, pero la práctica (las política públicas llevadas a cabo) están muy lejos  de este “declaracionismo“ político. En otras palabras, el lugar preponderante que se otorga a educación está más en los discursos y declaraciones QUE EN LA REALIDAD. Por un lado van las palabras, las leyes y los discursos y por otro transcurre la realidad cotidiana.

.-  El otro lugar común es como la respuesta anterior: es necesario emprender reformas en el campo educativo  con el fin de encontrar solución a la crisis de la educación, introduciendo cambios en las estructuras educativas existentes y modernizando los métodos y prácticas educativas. La necesidad de las reformas surge de la preocupación por adecuar la educación a las nuevas demandas surgidas de los cambios sociales producidos y de los adelantos científicos y tecnológicos. Esto no es ninguna novedad, porque en los sistemas educativos siempre se han producido cambios. Cuando estos cambios son planificados, para transformar profundamente el sistema educativo, estamos hablando de reforma educativa. Sin embargo, hemos de advertir que una propuesta de transformación educativa no es válida sino cuanto es posible traducir en transformaciones prácticas. Con  bellas propuestas o leyes que expresan grandes formulaciones y nobles propósitos, no se cambia la educación. Además, debemos ser realistas, sin perder el horizonte utópico: (hacer lo que podemos hacer en cada situación histórico/temporal concreta, sin olvidar hacia donde quisiéramos llegar).

Variadas son las actitudes asumidas a través de la historia ante las reformas educativas: una es la radical de jugarlo a todo o nada, es decir, para que haya reforma educativa tiene que haber cambio de gobierno. Esto no tiene que ser así, Otra actitud más posibilista, que suelen asumir los críticos del neo-liberalismo, es (podríamos cambiar algo antes de no hacer nada). Estos olvidan las políticas públicas y se envuelven en trivialidades, resignación y fatalismo. Hay otra actitud posible y que en todas las reformas educativas habrá quienes la tomen: la INDIFERENCIA y el engaño de aquellos que hacen creer que están con los cambios pero ellos no abandonan sus viejas prácticas porque se han adocenado con telarañas mentales y fácilmente se perturban ante cualquier cambio.

En este esbozo de tipologías de actitudes y comportamientos frente a una reforma educativa, señalamos también la postura de quienes  actúan como el perro del hortelano (que ni comen ni dejan comer) no participan ni dejan participar. Están también los negativistas radicales u obstruccionistas por sistema: “no sé de qué se trata, pero me opongo”. Esta personalidad es algo patológica y considera que si la reforma no la está llevando a cabo el gobierno de su partido político, él o ella no debe dar chance de que el adversario realice algo de trascendencia. Por último están los oportunistas y arribistas que ven las reformas como oportunidades para ellos obtener un ascenso en la carrera docente y así poder trepar en la pirámide de la administración educativa.

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