ANALISIS DEL MENSAJE TELEVISIVO
karollmeza10 de Julio de 2014
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Introducción
Dentro de la investigación televisiva, el análisis de contenido
ha ocupado un lugar importante, aunque sus objetivos se han
ido modificando en función de la moda y la necesidad de
actualizaciónteórica. Así por ejemplo, del imperialismo cultu-
ral y la necesidad de desenmascararvalores, estereotipos y
principios del american way of lile, hábilmentecodificados por
EstadosUnidos para "domesticar" a Latinoamérica, se pasó al
cuestionamiento sistemático de todo aquello proveniente del
sector comercial en nuestrastelevisoras, En ambos casos,el
problema fundamental del análisis se presentó en términos de
la educaciónconla realidad: una cosaera lo que nosotros,corno
investigadores,veíamoscorno funciones latentese ideológicas
en programasde televisión nacionales y extranjeros;otra muy
distinta era la observadapor los televidentesconsumidoresde
esta cultura textualizada, Más grave era el hecho de que las
"terribles" consecuenciasobservadasdesdela exclusiva pers-
pectiva del mensaje no se cumplían tan puntualmente corno
presuponíamos.
*
Ponenciapresentadaen el Taller de discusióny análisis de la televisión
en México. Chapala.Jalisco: CEIC,Universidad de Guadalajara,14 a 16
de noviembre de 1990,
Universidad Iberoamericana,Departamento Comunicación.de
*.
Comunicación Sociedad,ynúm. 13,septiemb-diciembre1991, 89-100 89pp.
Estos y otros errores de apreciaciónhan conducido a los
investigadores la comunicacióna buscarotras opcionesmásde
acordescon la realidad que circunda al programatelevisivo. En
este momento, las preguntashan pasado por desplazamientos
de interés, como puedeverse a continuación:
a) Ya no se trata de lo que la televisión hace con el televi-
dente (preguntanormalmenterespondidaen forma ne-
gativa), sino de lo que el televidentehace conla televi-
sión, de por qué gustantanto determinadosprogramas.
b) Asimismo, la consideracióndel mensajepuramenteco-
mercial y autoritario, productodela visión unilateraldel
emisor, se ha desplazadohacia otra propuesta:el men-
sajetelevisivo como espaciode encuentroentre emisor
y receptor,enel que se encuentranimplícitos elementos
de ambaspanes (Manín Barbero 1986; Wo.1f1987).
c) Un tercer desplazamientoen el análisis del mensaje
televisivo ha sido abandonarel supuesto de que la
influencia del medio puedeanalizarsesólo entérminos
del efecto que cause su material (Baggaley y Duck
1979: 22), para considerarque ambos elementos son
eslabones una mismacadena, la quees imponantedede
analizar susimplicaciones.
d) Por último y en estemismo sentido,se destacatambién
la imponancia de incluir al emisorenel análisis,no sólo
entomo a consideracioneseconómico-políticas,sino en
cuanto a las condiciones de producción del mensaje
televisivo y las peculiaridades de su lenguaje (Ibid.:
23-25).
Aportaciones de la semiótica
al análisis del mensajetelevisivo
Desdelas primerasformulacionesparala elaboraciónde mode-
los tendientesa analizarel contenidomanifiesto y latentede las
comunicacionesde masas,ha sido imponante el concurso de
diversasdisciplinas, en sumayoría provenientesde las ciencias
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sociales. Tal es el caso, por ejemplo, de la psicología, la socio-
logía y la lingüística. Esta última ha tenido una aportación
fundamental, dados sus nexos con la semiología y la semiótica,
cuya vertiente estructuralista tuvo una influencia decisiva en
América Latina durante la década de 1970 y principios de la
siguiente. En este contexto, la semiología y la semiótica forma-
ron parte del modelo estructuralista-semiótico de la comunica-
ción de masas, con objetivos esencialmente de denuncia "arti-
culando aquellas matrices epistemológicas con una posición de
crítica política, las estratagemas mediante las cuales la ideolo-
gía dominante penetra el mensaje produciendo determinados
efectos" (Martín Barbero 1986: 221-222).
Actualmente, dadas las tendencias y necesidades de pro-
porcionar herramientas alternativas al análisis de los medios,
particularmente la televisión, la semiótica textual constituye
una fuente de acercamiento que permite visualizar los proble-
mas de contenido desde otra perspectiva, partiendo de tres
puntos (Eco-Fabbri en Wolf 1987: 142-143):
a) Los destinatarios no reciben mensajes particulares re-
conocibles, sino conjuntos textuales.
b) Los destinatarios no comparan los mensajes con có-
digos reconocibles, sino con conjuntos de prácticas
textuales, depositadas en el interior o en la base de las
cuales es posible, pero sólo a un nivel metalingüístico de
abstracción, reconocer sistemas gramaticales de reglas.
c) Los destinatarios no reciben nunca un mensaje único;
reciben muchos, tanto en el sentido diacrónico como en
el sincrónico.
En esta misma línea, cabe seftalar que
ya no son los "mensajes" los que son transferidos en el inter-
cambio comunicativo (lo que presupondría una posición de
igualdad entre emisores y receptores), sino es más bien la
relación comunicativa la que seconstruye en torno a "conjuntos
de prácticas textuales". No se trata únicamentede una diferen-
cia terminológica sino de un desplazamientoconceptual, que
permite considerar -en términos comunicativos- las conse-
cuenciasde un dato estructuralde los media,es decir, la asime-
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tría entre los papeles de emisor y receptor. De estaasimetría,
que caracterizahistóricamente la organizaciónde las comuni-
cacionesde masas,se deriva la diversa cualidad de las compe-
tencias comunicativas de emisores y receptores (saber hacer
frente a saberreconocer) y los criterios de pertinencia y de, emisores y receptores) de la articulación diferenciada (entre
significatividad de los textos de los mass media (Wolf 1987:
143-144).1
Esto presupone considerar, junto con Lotman y Upenski,
la diferencia entre una cultura gramaticalizada (o culta) y una
cultura textualizada: propia de las comunicaciones de masas, en
donde se imponen las prácticas textuales como modelos, géne-
ros. Por ello, la comunicación de masas supone una naturaleza
textualizada, con sus consecuencias en las modalidades de frui-
ción de los medios.
Es probable que la competenciainterpretativa de los destinata-
rios, más que en códigos explícitamenteaprendidosy reconoci-
dos como tales,se basey se articule sobretodo en acumulacio-
nes de textos ya recibidos. Tambiénen el casode los emisores
-junto al conocimiento de los códigos- esprobableque opere
una competenciatextual orientada sobre el valor (el éxito) de
los precedentes,sobre "recetas" y "fórmulas establecidas".En
la comunicación de masas la orientación hacia el texto ya
recibido o ya producido es por tanto un criterio comunicativo
fuerte, vinculante; es decir, conduce,sobretodo para los desti-
natarios,a unacompetenciainterpretativa enla quela referencia
a los precedentesy la confrontación intertextual se hallan tan
profundamenteamalgamadas sonvirtualmenteinseparablesque
(Ibid.: 144-145).
1.
La asimetría se refiere a que emisor y receptor ocupan una posición
distinta y no equilibrada en el procesode comunicación.Este de ninguna
manera ubica a los dos componentes en posición similar, aunque el
modelo estructuralista semiótico, adoleció de estafalla. Al hablar de la
asimetría en los papelescomunicativos, Jacquesdestacaque "el emisor
anticipa la comprensióndel receptor.Elige la forma del mensajeque sea
aceptablepara el destinatarioy al hacerlo (...) resulta que la codificación
Seve influenciada por las condicionesde la decodificación. La misma
información setransformapor el hechode serintercambiada"(citado por
Wolf 1987: 145).
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Concretamente, en investigación de televisión
el enfoque de los mensajeses proporcionado por el interés
estructuralista en las relaciones sistemáticasdel texto como un
todo. Por ejemplo, un evento violento en un westernde televi-
sión obtiene sentido sólo en relación con otros elementosde la
historia y en términosde las reglas y convencionesque dominan
sucombinación. Lo que la audienciarecibe no es violencia sino
mensajessobreviolencia, que tienen significado sólo en térmi-
nosde la decodificación de la audienciade las relacionesestruc-
turadasincorporadasen el texto televisual (Streeter1984: 81).
Este principio se basa en la arbitrariedad (o polisemia) del
signo lingüístico o semiótico: del número infinito de posibilida-
des de significados,
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