AUDIENCIAS ACTIVAS

La misma historia de la investigación de la comunicación, y por supuesto, de sus procesos, ha puesto en evidencia que desde siempre ha habido un interés importante en saber sobre los efectos que finalmente produce un mensaje en el receptor, -teniendo en cuenta el modelo de un proceso de comunicación básico (emisor-mensaje-medio y receptor)-, entendiéndose a éste, en conjunto, como la audiencia de esa información emitida, la cual en las primeras teorías era tomada simplemente con el término de receptor, concepción que más adelante, con la evolución de los mismos modelos de comunicación, y las paulatinas consideraciones de actividad que se le fueron cediendo a este, ya fue evolucionado hasta el punto de denominársele perceptor, y asimismo los diferentes modelos que fueron desarrollándose con el objeto de explicar el comportamiento de las audiencias, han oscilado entre reconocerlas primero como un ente pasivo y últimamente, activo.

Según los estudios de las teorías comunicativas, en sus comienzos, aquellas, con su enfoque empíricamente conductista, consideraban a la audiencia como una sociedad de masas con características de un conjunto homogéneo, asilado y pasivo, por tanto victima de la ‘omnipotencia’ de los medios; sin embargo, gracias a estudios provenientes del campo de la psicología y la sociología, se logra invalidar, más adelante, este tipo de corriente, para darle paso a un concepto de audiencia más abierto, con otras consideraciones, donde a través de teorías como la de la “‘diferencias individuales’ y la corriente de los 'usos y gratificaciones'”1, entre otras, se comienza a considerar que la audiencia o los receptores, lejos de ser individuos homogéneos, poseen conductas diferentes de a cuerdo a sus personalidades particulares y por tanto, provienen de un contexto natural y sociocultural diverso, lo cual incide en la interpretación y aceptación que finalmente éstos dan al mensaje que reciben, por lo cual se empieza a modificar el concepto de audiencia hasta hoy, donde ser audiencia , por tanto, implica ser más que un simple miembro de una subdivisión en un target group2, pues el concepto de audiencia actualmente involucra además criterios en los individuos como sus posibilidades de ‘intercambios simbólicos, sus gustos, enfatiza y privilegia el juego de subjetividades, sensibilidades, emociones, gratificaciones y placeres’3.

Y es que cada vez más los nuevos modelos de comunicación incorporan entre sus teorías la idea la comunicación dialógica y horizontal, donde el receptor ya no es un ente pasivo, sino que, gracias a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y los mismos avances tecnológicos en general, se posibilita que en los Mass media, en un momento determinado, todo Emisor pueda ser Perceptor y todo Perceptor pueda ser Emisor. Lo que implica e introduce una concepción de audiencia más activa.

Hasta

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