Aborto ovino y caprino
ovinoss27 de Febrero de 2013
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Aborto ovino y caprino
FECHA DE PUBLICACIÓN: 20/04/2009
AUTOR: Dr Gonzalo Mareco, Médico Veterinario (UBA, Argentina) y Dr.en Veterinaria (Montevideo,Uruguay).
1. Introducción.
Junto a la mortalidad perinatal, el aborto es el suceso que más frustración provoca en el criador de cabras y ovejas. Después de haber planeado sus apareos eligiendo el cruzamiento más conveniente para cada una de sus madres, de haber cuidado el nivel nutritivo y haber prevenido enfermedades infecciosas y parasitarias, cuando ya tomaba sus recaudos para la temporada de partos, encontrar un feto provoca un fuerte impacto emocional y una gran preocupación por los alcances que este hecho pueda tener.
El veterinario debe instalarse inmediatamente en el lugar, dictando medidas sanitarias, recogiendo muestras para enviar al laboratorio, realizando necropsias, analizando diferentes causas y dando instrucciones al criador sobre cómo manejar la situación.
Para ello, es imprescindible que conozca las principales causas que provocan aborto en esa región y que tenga conocimiento de otras enfermedades exóticas en la zona pero que pueden aparecer en cualquier momento, como de hecho está sucediendo últimamente.
En nuestro país, la mayoría de los establecimientos ovejeros practican la cría extensiva, donde hay poco control, y es frecuente que los fetos abortados no se encuentren, ya que la fauna local se encarga de hacerlos desaparecer rápidamente. Esa situación es similar para las cabras, pero con una particularidad: en general son reunidas por las noches en corrales, donde el dueño puede encontrar los fetos abortados.
En los establecimientos de cría intensiva, donde los animales viven todo el tiempo o parte del tiempo en galpones o bajo tinglados, es más fácil llevar un control de la evolución de las gestaciones. Este tipo de explotación se ha ido haciendo frecuente en los últimos años en nuestro país, con grandes cabañas caprinas y ovinas que se han instalado en todo el territorio nacional.
En las especies ovina y caprina se considera normal que el porcentaje de pérdidas por abortos sea de hasta el 2% ,es decir que ese es el número de madres que normalmente pierden su cría por aborto, sin que por ello se las considere enfermas. Un aumento de ese número debe llamarnos la atención e inmediatamente hay que comenzar a trabajar para elaborar un diagnóstico, y tomar las medidas de control y prevención de nuevos casos.
2. Definición.
Teniendo en cuenta que la duración de la preñez en las especies ovina y caprina es de 150 a 155 días, se llama aborto a la eliminación de un feto muerto menor de 140 días. A veces es difícil establecer si se trata de un aborto o de una cría muerta al nacer, es decir de un caso de mortalidad perinatal, y en ese caso una necropsia nos será de utilidad, ya que el cordero o cabrito muerto al nacer estará completamente formado, con sus pezuñas cornificadas, sus pulmones expandidos y a veces con signos de haber caminado. El feto abortado, en cambio, no está desarrollado completamente y, obviamente, no ha respirado.
De acuerdo al momento del aborto, se clasifican en tempranos, medios o tardíos. A los abortos de los primeros días se los debe considerar como pérdidas embrionarias. Se considera como aceptable una pérdida del 25% de los embriones que se forman, pero la temporada de servicios permite que la hembra que tuvo una pérdida embrionaria quede gestante nuevamente y obtenga una cría algo tardía para esa temporada.
3. Tipos de abortos
3.1 Abortos No Infecciosos
No todos los abortos son causados por infecciones. De hecho, una parte importante son causados por motivos no infecciosos, de lo más variados e inesperados. Por ejemplo, dosificar con antiparasitarios, o vacunar, especialmente cabras, puede provocar abortos. Un viejo antiparasitario, la fenotiacina, fue señalada como causa de abortos en ovejas, y no se recomienda el uso de otro tradicional antiparasitario, el levamisole, en cabras preñadas porque se lo cree capaz de causar abortos tardíos. Tampoco conviene administrar corticoides a cabras preñadas, ni realizar ningún tipo de vacunación.
Con respecto a nivel nutritivo, se puede señalar que un descenso brusco en la oferta forrajera puede causar aborto en cabras y ovejas, especialmente cuando este descenso se produce en las últimas seis semanas de gestación. Las deficiencias severas de vitamina A, cuando se prolongan por más de 6 meses, pueden causar abortos a cabras. También algunos minerales como el selenio, el cobre, el iodo y el manganeso son esenciales para mantener la preñez, y su deficiencia provoca abortos o el nacimiento de crías débiles. Cada una de estas deficiencias tiene sus propios métodos de diagnóstico que el profesional deberá tener presente cuando sospeche que está frente a una de estas situaciones.
Cualquier enfermedad septicémica, sin ser considerada abortígena, pero que cause un severo trastorno del estado general, con fiebre, anorexia, decaimiento y postración, puede causar aborto. Asimismo enfermedades metabólicas como la toxemia de la preñez o la cetosis pueden tener la misma consecuencia, aunque la enfermedad conocida como toxemia de la preñez en ovejas se caracteriza precisamente porque la oveja desfallece a causa de una preñez múltiple de la que no se libra y que le cuesta la vida.
Los traumatismos pueden causar abortos a cabras y ovejas preñadas, igual que a otras especies. Se debe poner cuidado en las maniobras de encierre en corrales, especialmente cuando las puertas son estrechas, y en las tareas que impliquen aglomerar y manipular animales como las dosificaciones, la esquila preparto, el desoje y descole de ovejas con limpieza de ubres que se suele practicar preparto, y el transporte en camiones. Con el mismo criterio los machos deben estar separados de las hembras cuando estas están preñadas, ya que las golpean y las cornean y pueden hacerlas abortar.
Varias plantas tóxicas son capaces de causar abortos y/o defectos congénitos en los recién nacidos, como Lupinus formosus, Conium maculatum, Nicotiana tabacum, Astragallus y Lathyrus.
En cabras Angora existe un aborto hereditario de origen genético, que ha sido identificado en Sudáfrica. Las cabras padecen una disfunción adrenal, y pueden parir normalmente una o dos veces, pero al llegar a los 4/5 años de edad, y quedar preñadas, no pueden culminar la preñez y padecen un aborto del tercio medio de la gestación (alrededor de 100 días de edad) por insuficiencia placentaria. Estas cabras pueden acarrear el feto muerto durante semanas, y con el tiempo compensan la deficiencia adrenal con una hipertrofia pituitaria y, por ende, adrenal, con sintomatología de hiperadrenocorticismo, es decir atrofia muscular, adelgazamiento de la piel y distensión abdominal. Estas cabras deben ser eliminadas del rodeo general.
3.2.Abortos infecciosos
Hay una larga lista de enfermedades infecciosas que causan abortos en la especie ovina y caprina, pero hasta el momento en nuestro país, y en Sudamérica en general, solamente hay abortos confirmados por dos enfermedades: brucelosis y toxoplasmosis.
Todas las demás causas de abortos ovinos y caprinos no han podido ser fehacientemente comprobadas, por lo que en este trabajo haremos énfasis en esas dos enfermedades, pero es muy importante tomar nota de las otras causas de aborto, algunas de ellas endémicas en muchas partes del mundo, para poderlas reconocer o sospechar su presencia si aparecen en esta zona.
3.2.1.Toxoplasmosis
Enfermedad parasitaria causada por un protozoario, Toxoplasma gondii, que tiene un ciclo sexual en los gatos y un ciclo asexual en otros animales de sangre caliente tales como las ovejas y las cabras, pero también pájaros y roedores. La toxoplasmosis es una zoonosis, y por lo tanto debe ser considerada como enfermedad de riesgo, especialmente para personas que conviven con gatos.
Esta enfermedad puede provocar abortos en el último tercio de la gestación, es decir tardíos, y esto sucede cuando la oveja o la cabra se enfermó mientras cursaba el tercio medio de la preñez. Si contrajo la enfermedad al comienzo de la preñez, dentro de los primeros quince días de vida, muere el embrión, se reabsorbe y no vuelve a preñarse o lo hace tardíamente. Lo mismo sucede si se infestó en las primeras semanas de vida fetal, es decir que puede padecer un aborto temprano que pasa inadvertido, la hembra vuelve a entrar en celo y se preña tardíamente o queda vacía. Si enfermó al final de la preñez, resiste la infección y no aborta, aunque pare un hijo infectado, pero clínicamente sano. Abortan cuando se infestan en la mitad de la gestación.
Las cabras y las ovejas se enferman comiendo forrajes conservados (fardos, heno, silajes), granos o pasturas verdes contaminadas con materia fecal de gato que contenga oocitos. Es característico que hayan consumido fardos o parvas de heno guardados en un galpón o bajo un tinglado donde vivan gatos, especialmente una gata con cría, quienes a su vez se enferman comiendo ratones, pajaritos o tejidos que contengan la forma infectiva de la toxoplasmosis, los bradizoitos, que colonizan las células epiteliales del intestino de los felinos.
Clínicamente la cabra o la oveja no aparenta estar enferma, pero aborta un feto casi a término, y suele haber algo característico en el aborto toxoplásmico : en caso de gestación doble: uno de los fetos frecuentemente está momificado, detenido en su crecimiento, y el otro tiene un desarrollo normal para su edad.
Algunas cabras y ovejas paren una cría viva, de apariencia débil, que muere en las primeras horas o días de
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