Actividad de aprendizaje 1: A través del análisis de los contenidos de la unidad 1y 2
Víctor GuamánEnsayo6 de Noviembre de 2019
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Actividad de aprendizaje 1: A través del análisis de los contenidos de la unidad 1y 2.
Tema de la tarea: Unidad 1y 2 de la guía le permite reconocer la importancia de vivenciar el sentido pleno de familia acompañado de los textos del magisterio.
- Competencia a la que aporta la actividad: Identificar la misión de la familia y los valores indispensable de cara a los desajustes sociales que debe enfrentar la familia.
- Orientaciones metodológicas (estrategias de trabajo)
- Lea comprensivamente las unidades 1y 2 de la guía didáctica.
- Identifique las pautas más significativas para el buen uso de las redes sociales.
- Subraye los contenidos que considere le pueden servir para clarificar las potencialidades y riesgos del uso de redes sociales.
- Realice la actividad que se le propone a continuación.
Actividad planteada:
- Revise el anexo 1 “Valores”.
- Lea en libro base “II. Breve análisis de la realidad” del tema 4 del texto base y de respuesta a las tres primeras preguntas.
- Una vez que realizó las Actividades 1 y 2. Identifique y dimensione tres valores destacados en cada uno de los miembros de su familia incluido usted y preséntelo en el formato de una tabla.
Por ejemplo:
Rol en la familia | valores |
Yo (madre) | solidaridad, respeto, honestidad |
Juan (esposo) | |
Rosa (hija) | |
- Reúnase con su familia y coménteles lo que la Exhortación Apostólica “La alegría del Amor”, Capítulo 7 acerca del tema Trasmitir la Fe. (Anexo 2) Le sugerimos que elija lo más importante para usted, y en base a ello entable un diálogo con su familia, buscando un momento propicio, como podría ser luego de la cena o en una salida de campo de tal manera que la conversación sea amena. Registre en base a la actividad anterior algunas actividades que puedan plasmar en su vida familiar la vivencia de momentos de oración y educación en la fe como propuesta familiar.
- Se le sugiere que lea atentamente cada actividad del libro base Pág.42 2.7. La verdadera escuela primaria, las compare y señale, luego elija tres de su interés para realizarlas, al final pemita un informe detallado de las actividades que ha realizado, los frutos que ha producido y que nuevas actividades puede sugerir a otras familias.
- Criterios de evaluación: cada ejercicio desarrollado correctamente tendrá la calificación de 4 puntos cada uno dando un total de 20 puntos, recuerde que esta TAREA sólo se desarrolla en UN SOLO bimestre es por ello la nota mencionada.
- Argumento para la retroalimentación de las respuestas.
Se debe hacer una revisión de las dos unidades y analizar las pautas principales para poder desarrollar las preguntas, las principales directrices son:
-Revisar los fundamentos esquematizados el anexo 1 y 2 de la guía didáctica, tales como:
Anexo1 : Valores
La familia, agente de educación; crisis de valores.
Juana Sánchez-Gey Venegas.
Universidad Autónoma de Madrid.
a) La familia, primera socialización.
"La familia-decía Hegel- es la ventana por donde el hombre se asoma definitivamente a su propia vida personal y social”. Y nos parece que sus palabras están cargadas de razón, de tal modo que actualmente hemos caído en la cuenta, de forma casi generalizada, que muchos de nuestros errores en la educación actual no se encuentran tan sólo en las aulas, sino de manera primordial en las familias. Gadamer en una de sus últimas intervenciones, en una conferencia que tituló La educación es educarse defiende la experiencia que surge primoridialmente en el ámbito familiar y reconoce, por tanto, el valor de la familia pues nos proporciona la formación más básica y fundamentante. "Allí donde el hogar ya haya fracasado por completo, normalmente tampoco el maestro tendrá mucho éxito"[1]. Aquí radica la importancia de la educación en la familia.
En la familia se genera el primer aprendizaje de modo natural pues es el primer núcleo vital y, sobre todo, porque este espacio afectivo hace posible la primera socialización del niño. Los gestos, las actitudes, las palabras... constituyen el soporte que permite su desarrollo intelectivo, emocional y personal posibilitando la educación y el crecimiento. Y deja una enorme huella, por ser la primera y por ser tan cercana, que bien podemos decir que somos lo que fuimos en nuestros primeros años y vamos percibiendo, incluso, según vamos creciendo, que estos primeros momentos dejaron en nosotros las pistas de nuestras actuales preferencias y también de nuestros rechazos.
La familia, pues, es nuestro originario espacio social porque es también nuestra primera posibilidad personal. Es el punto de partida de nuestro humanarnos. Y humanarse es socializarse, sabiendo que la socialización sólo se posibilita desde el amor. Amar y sentirse amados es nuestra socialización y es, además, la experiencia radical, nuclear, básica del ser humano.
Consideramos que la socialización es el germen capaz de hacernos ir aprendiendo, permitiendo el desarrollo emocional, potenciando nuestra educabilidad. Sin esta experiencia radical que nace de la confianza básica, que es sentirse seguro en brazos de otro, acariciado, en su compañía o ante su rostro, sea nuestra madre o de alguien humano que hace de madre, sin esta experiencia, decimos, el ser humano ni podría crecer ni desarrollarse emocionalmente de forma natural y progresiva.
En la familia, como primera sociedad a la que se pertenece, se aprende a descubrir el mundo que nos rodea, a sentir, a percibir lo que se dice y, especialmente, lo que no se dice. La calidad de estos silencios, la bondad o receptividad de los mismos es nuestra herencia. De ahí que engendrar unos hijos, crear una familia sea uno de los valores más enriquecedores de las personas. La paternidad responsable no puede reducirse al cálculo de traer o no hijos al mundo, sino que supone valorar la formación personal de cada progenitor, porque éstos son conscientes del capital que transmitirán a sus hijos[2]. Y esta herencia tiene que ver con la calidad de sus gestos, sus actitudes, sus creencias... un amor que está entretejido de una verdad vivida.
Como vemos, este núcleo familiar está alentado, al mismo tiempo, por valores. En la familia, ante todo, se viven afectos, se comprende y se acepta mejor los defectos de sus componentes y se contagian, de forma natural, las creencias y convicciones... En la familia se generan momentos educativos en cuanto que se transmiten las valoraciones de forma natural. En ella se aprenden valores básicos, como los buenos modales, no molestar a los demás, hablar bien, respetarnos, convivir miembros de distintas generaciones, saber estar con los iguales y con los mayores o con los menores ... Por ello, Kant advertía que la educación moral exige la mayor ilustración por parte de los padres y de los maestros[3]. Pues la omisión también educa.
Es cierto, que en el proceso natural de la relación familiar se viven varias etapas, una la de sobrevaloración que es la propia de la infancia; otra, la del distanciamiento que se origina en la adolescencia y juventud, por fin, en la madurez, se valora y se ama más a la familia. Pues bien, en todas estas etapas se requiere de unos padres amorosos y al mismo tiempo receptivos de este proceso, capaces de una buena asimilación y curados de espantos. Pero también, conocedores y con la autoridad de quien sabe el valor de lo que se trae entre manos. Al ser la familia generadora y consecuencia del amor se le pide que aprenda un solo arte, el de amar. Este se aleja por igual de la indiferencia y la posesión, extremos tan difíciles de esquivar y, sin embargo, tan necesarios para vivir el amor verdadero.
Este amor calibra su veracidad en la comunicación diaria. En el vivir familiar, que es vivir cotidiano, no hay ocultaciones pues cualquier acción se hace expresiva ya que el roce diario, no permite evasivas. De ahí que se requiera una vivencia del amor creciente, porque cualquier carencia o ausencia suma en negativo. Ej: la expresión de las emociones es siempre educativo, permite la comunicación con los demás, la puesta en común de lo que sentimos, incluso su corrección, todo ello supone el enriquecimiento de descubrir la necesidad de nuevas transformaciones... La familia genera, así, un espacio afectivo, sano en su espontaneidad, sensible a superaciones. Lo contrario es lo negativo, lo oscuro y, en muchas ocasiones, frustrante.
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