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Alfabetización En Sentido Amplio


Enviado por   •  29 de Agosto de 2014  •  4.501 Palabras (19 Páginas)  •  544 Visitas

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Alfabetización en sentido amplio.

Un aporte desde la didáctica de las ciencias sociales.

Lic. Silvia Pignat

Cuando nos referimos a alfabetización en sentido amplio estamos pensando en que la escuela necesita preparar a una persona para que sea competente en las cosas que requiere el mundo en el que vive. En la vida cotidiana los textos están presentes en distintas circunstancias y tienen distintas funciones. Por eso la escuela tiene que proponerse brindar a los chicos las herramientas cognoscitivas necesarias para poder realizar la lectura y la producción de estos textos que le va a requerir la vida extraescolar.

Hasta hace relativamente poco tiempo, hablar de 'lengua" era hablar del conocimiento de sus aspectos estructurales y focales, de su análisis. Hablar de lengua y, sobre todo, enseñarla, se identificaba con hablar de y enseñar gramática. Sólo a partir de los años sesenta se aprecia un movimiento que tiende a enfatizar el uso de lengua y a atribuirle una dimensión instrumental en sentido amplio. Así, se entiende que hablar de lengua es hablar de comunicación, de instrumento que permite explorar los ámbitos de la cultura y de herramienta que organiza y ordena nuestro pensamiento, nuestra actividad y, en buena medida, la de los demás. No cabe ninguna duda de que esta definición es más satisfactoria, más real, que la que relacionaba la lengua con sus componentes estructurales; a la vez, es una definición más compleja, que ha obligado a revisar en profundidad lo que supone enseñar lengua en la escuela.

Partiendo del supuesto de que a lo largo de la educación escolar obligatoria los alumnos y alumnas deben encontrar oportunidades y ayudas que les capaciten para ser usuarios competentes de la lengua (es decir, para que puedan escuchar, hablar, escribir y leer en situaciones diversas y para una multiplicidad de objetivos), la intención de este artículo está dirigida a una enseñanza que prioriza el desarrollo de las capacidades de comunicación: mayor competencia comunicativo, mayores posibilidades de acceder a la cultura, y herramientas indispensables para su aprendizaje autónomo.

Creemos que la atención a la enseñanza de la lectura y la escritura como prácticas sociales, que las convierten en objeto de enseñanza, puede atravesar todas las áreas y en particular la relación con ciencias sociales. Advertimos, sin embargo, la complejidad de esta tarea para el docente tanto a la hora de programar su enseñanza como a la hora de evaluar los aprendizajes. La segmentación del conocimiento tiene una larga tradición en los ámbitos académicos y científicos y en la escuela esta fragmentación se potencia por la necesidad de dividir de alguna forma lo que queremos enseñar, ya que “no se puede enseñar todo junto”.

Aportes de la didáctica de las ciencias sociales

Hemos establecido la concepción de alfabetización en sentido amplio y la necesidad de abordar este desafío desde todas las áreas de estudio. Para promover lectores autónomos desde la escuela es necesario un acompañamiento intenso del maestro. La autonomía en la lectura es una construcción que requiere de condiciones didácticas específicas que la promuevan.

Ahora daremos vuelta el problema con la intención de llegar al mismo destino por otro camino. Para ello nos internaremos en el campo de la didáctica de las ciencias sociales. Nos ocuparemos específicamente de la lectura ya que sobre esto tenemos más fundamentos basados en investigaciones y también porque nos hacemos cargo de uno de los obstáculos que suele mencionarse respecto al aprendizaje en ciencias sociales: ”los alumnos no comprenden lo que leen”

La lectura en sociales está atravesada por el proceso mismo de aprendizaje de los contenidos específicos. No se pueden separar.

No es un problema de los alumnos, es un problema de la enseñanza que necesita hacerse cargo de esto.

Leer para aprender

Entendemos que leer para aprender supone un trabajo intelectual bien activo, intenso y complejo por parte del alumno, y que la lectura es una de las actividades básicas para aprender sociales. Sin embargo, en las clases de ciencias sociales no es muy común que se enseñe a leer, “simplemente” se usa la lectura. Esto es asi porque tradicionalmente la organización (y fragmentación) escolar del conocimiento en disciplinas escolares supuso la atribución exclusiva a “Lengua” de la responsabilidad de la enseñanza de la lectura. Cuando los alumnos trabajan con los textos, suelen predominar consignas que promueven fundamentalmente la localización de información (Aisenberg, 2000).Pero leer es mucho más que extraer información de un texto; las investigaciones psicolingüísticas mostraron que leer es un trabajo de construcción que supone formular hipótesis, realizar inferencias, establecer relaciones de distinto tipo. Es decir de operaciones intelectuales que también son básicas para aprender.

Cuando un alumno se sumerge en la lectura hace algo muy distinto a "decir" lo que está escrito en un texto. Pone en marcha un pensamiento estratégico

La actividad intelectual que se moviliza cuando se trata de comprender un texto, es responsable de que a través de la lectura aprendamos incluso cuando ése no es el propósito que nos mueva a leer. A leer se aprende y del aprendizaje inicial de la lectura se da un paso para usarla como instrumento para el aprendizaje, es el paso de aprender a leer a leer para aprender (Solé,1996). Según sea la relación que se establece en la lectura este paso puede realizarse sin mayores dificultades. Nos referimos a la relación entre el lector y el texto adquirida en el aprendizaje de la lectura. Esta relación puede variar, entre otros factores, según sea la concepción sobre el proceso de lectura que subyace a la intención de enseñar a leer.

Concepciones sobre la lectura

De acuerdo con Dubois, M.A (1991) existen tres concepciones teóricas en torno al proceso de la lectura. La primera, concibe la lectura como un conjunto de habilidades o como una simple transferencia de información. La segunda, considera que la lectura es el producto de la interacción entre el pensamiento y el lenguaje. Mientras que la tercera concibe la lectura como un proceso de transacción entre el lector y el texto. Vamos a referirnos a las dos primeras concepciones porque la primera es la que puede observarse más frecuentemente en la enseñanza usual y la segunda es considerada por investigadores

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