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Apreciación de la iniciación


Enviado por   •  22 de Marzo de 2022  •  Ensayos  •  1.910 Palabras (8 Páginas)  •  102 Visitas

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A.´.G.´.D.´.G.´.A.´.D.´.U

(A la Gloria del Gran Arquitecto del Universo)

R.´.L.´.S.´.F.´.Beatriz Castillo Ledón No.6

(Respetable Logia Simbólica Femenina Beatriz Castillo Ledón No.6)

J.´.AL.´.M.´.R.´.G.´.L.´.F.´. “Alma de Anáhuac”

(Jurisdiccionada a la Muy Respetable Gran Logia Femenina “Alma de Anáhuac”)

OR.´.de San Francisco de Campeche, Cam. A 14 de Agosto de 2018 E.´.V.´.

(Oriente de San Francisco de Camp., Cam. A 14 de Agosto 2018 Era Vulgar)

VEN.´.M.´.Lilián Zetina Moguel

(Venerable Maestra Lilian Zetina Moguel)

QQ.´.HH.´.Todas

(Queridas Hermanas Todas)

Impresiones de mi iniciación

Me dirijo a ustedes por primera vez en esta logia para compartir mi experiencia de iniciación a esta nueva vida, en la cual soy demasiado ignorante (neófito) aun, por lo que espero que mi trabajo tenga lo esperado y les pido de antemano disculpas si cometiera alguna torpeza.

Quisiera comenzar haciendo mención de que la experiencia vivida en ese día fue único y sumamente especial, inolvidable y definitivamente algo que marco mi vida para siempre. En una inexplicable mezcla de emociones, sentimientos y pensamientos. Se encuentra hoy como algo que jamás olvidares y que estoy segura cambiara mi vida por completo.

Todo comenzó al llegar al estacionamiento del supermercado Chedraui con la incertidumbre de no saber que esperar, que hacer, que se esperaba de mi… poco tiempo después de llegar pude distinguir a la que identifique como mi compañera de iniciación, me acerque y compartimos impresiones de lo emocionadas y nerviosas que nos encontrábamos, gracias a ella la espera fue mucho más amena. Perdimos la noción del tiempo, cansada de esperar de pie, sedienta y hambrienta. Y por alguna razón se presentó una situación que me hizo dudar acerca de si habíamos recibido instrucciones y no habíamos sabido interpretarlas pero no fue así.

Cuando llegaron por nosotras me encontraba emocionada y nerviosa. Sin saber que esperar, ni a donde nos llevarían y me preguntaba si estaba lista para lo que venía.

Al llegar al taller y al entrar lo primero en ver a dos personas cubiertas de negro me sorprendió y asusto un poco. Me cubrieron los ojos, hicieron descubrir mi hombro izquierdo, mi rodilla derecha y entregar todas mis pertenencias. Y me preguntaron si estaba segura de lo que hacía, respondí que sí y me guiaron por un pasillo sin poder ver nada, sentí que los brazos que me guiaban algo bruscos y que me obligaban a avanzar, puse un poco de resistencia mientras me preguntaba a mí misma si estaba completamente segura de esta decisión, si realmente estaba convencida o era por rebeldía, si valía la pena por lo que “arriesgaba” o si yo cumpliría los requisitos si tengo lo necesario para ser una buena masona, mientras tanto seguimos avanzando por un pasillo con un poco de temor de no saber lo que tendría que enfrentar. Me pusieron con las manos levantadas frente a una pared y el pie derecho levantado, continuaba mi mente dando vueltas y en ese momento me dije a mi misma: ¿en qué te metiste nicte ha? Y venían a mi mente mil cosas.

Nuevamente me tomaron unos brazos y me guiaron por un pasillo que parecía interminable y complicado de transitar mientras los brazos me abrazaban fuertemente guiándome, con palabras me decía por donde debía ir y como debía hacerlo, me di cuenta de que lo mejor que podía hacer era dejarme guiar, y no me quedaba otra cosa que confiar en la persona que me guiaba. Además de que con sus palabras y su forma en que me llevaba; a pesar de tomarme fuertemente lo hacía más bien cuidando de que yo no fuera a caer o lastimarme. Pase por una cueva y sorteamos algunos pequeños obstáculos en el piso y nuevamente me colocaron en la misma posición incómoda en un pie. Yo trataba de escuchar a mi compañera de iniciación pero no podía escuchar nada. Supuse que la abrían llevado por otro sitio.

De pronto escuche el ruido de cadenas que cayeron detrás de mí. El ruido me tomo por sorpresa y me asusto un poco pensar para que lo usarían. ¿Qué pasaría conmigo? Y que nadie sabía dónde estaba. En mi cabeza daban vuelta mil ideas, pero recordé que Adda Lizbeth y creí también Margarita estaban ahí y la confianza en Adda me hizo pensar que no me lastimarían. Que el fin de la masonería no es “hacer daño a las personas,” por el contrario. Eso me tranquilizo un poco, aunque aún tenía temor. Esa era solo mi deducción.  No sabía que iba a pasar realmente. Pero decidí que pasara lo que pasara trataría de no demostrar debilidad o temor. Así que trate de plantarme lo más erguida que pude y mostrarme con la mayor seguridad posible. Perdí la cuenta de cuantas vueltas di por ese laberinto que parecía interminable y que para decir verdad comenzaba a sentir cansancio en la incómoda posición en que me ponían frente a la pared. Sobre todo en el brazo derecho y el pie que sostenía mi cuerpo. Comencé a sentir un poquito de preocupación por Jaqueline pues aunque por momentos escuchaba voces de personas (hombres y mujeres) no podía escuchar algo que me revelara que estaba ahí o en un lugar cercano. Por momentos escuchaba personas a mí alrededor o pasábamos por un lugar cercano a donde estaban reunidas personas pero no lograba captar algún sonido que indicara que ella estaba ahí.

Cuando me llevaron al cuarto de las reflexiones, al momento de entrar me sentí nuevamente encontrarme con la muerte, me dijeron que no volteara y que escribiera mi testamento. Trate de enfocarme en la página y no fijarme en lo que me rodeaba, pero era muy difícil pues me costaba muchísimo trabajo tratar de leer lo que decía la hoja pues la luz demasiado escasa, el escribir también fue difícil por las condiciones de la mesa y el temor de que en cualquier momento la silla donde estaba sentada se desplomaría con mi peso. Mientras estaba ahí, me sentí nuevamente en presencia de la muerte, pensé en mi hijo, si he sido un buen ejemplo para él, que sería de él si yo faltara. Vino a mi mente también esa actividad de día de muertos en la normal donde tuve una sensación similar que se encuentra en el cuarto de las reflexiones. Recordé luego cuando estuve cerca de la muerte y lo que vino a mi mente en aquella ocasión. Hice un recuento rápido de mi vida, un rápido análisis; ¿tengo algún pendiente? ¿Hay algo que deba atender? ¿Cómo fue mi actuar en la vida? ¿Hay algo que quisiera cambiar? ¿Di lo mejor de mí? ¿Fui buena hija? ¿Buena madre? ¿Buena madre? ¿Buena amiga? Etc... Sé que tengo mil defectos y cometo mil errores cada día, pero he tratado de conducirme correctamente y de corazón.

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