Aprender A Decir Adiós
Enviado por pogonza • 29 de Abril de 2014 • 1.044 Palabras (5 Páginas) • 232 Visitas
"Aprender a decir adiós"
Una persona está sentada sola en su casa; sabe que no hay nadie en el mundo: todos los otros seres han muerto, de pronto ... golpean a la puerta.
Me resultó extraño, pero tomé la decisión de abrir la puerta. Me asomé hacia afuera pero no se encontraba nadie, sólo notaba mucho viento y de repente encontré una carta. Ingresé a casa, me acomodé en el sillón y comencé a leer la carta. Era de mi madre. La carta decía: "Hijo, quería decirte que a pesar de que no esté allí con vos, te quise, te quiero y siempre te querré. Fuiste mi primer y único hijo y deseaba tu llegada con ansias, no quería que sufrieras pero lamento que no haya podido cumplir con eso, tendría que haberte cuidado más. Sé que sufriste mucho durante toda mi enfermedad, eras un niño y no tenías motivos para cuidarme cuando yo lo tenía que hacer por vos. Sé que seguís enojado con Dios, Él no tiene la culpa de que yo me haya ido, no soportaba más el dolor de saber que estaba viva pero que el cáncer me impedía jugar con vos, compartir cosas con vos y disfrutar de mi hijo como siempre lo deseé. Ésa no era la madre que quería ser, ésa no era la madre que quería que tuvieras. Sé que hoy estás hecho un hombre y no por todo lo que yo te haya dado. Sé que esperabas más de mí, y que no pude dártelo, pero quisiera pedirte perdón. Perdón por dejarte solo, por no poder jugar con vos, por no darte los consejos que necesitabas, por no poder consolarte cuando estabas triste, por no poder compartir alegrías y por un montón de cosas más en donde yo no pude cumplir mi rol de madre, pero quiero que sepas que siempre estuve cuidándote, siempre quise lo mejor para vos, siempre te amé y nunca dejé de pensar en vos ni un sólo segundo. Me hace sentir muy satisfecha que seas éste hombre que sos. Te amará por siempre, mamá".
No pude evitar leerla una y mil veces más. No evitaba ponerme a llorar, deseaba que ella estuviese aquí para poder abrazarla, ya que ni su cara recuerdo si no fuese por las fotos, ¿Cómo no puedo recordar su rostro? Eso me destrozaba el alma. Me detuve un momento y decidí ir al sótano a buscar el álbum de fotos familiar. Mientras miraba las fotos, atentamente recordaba todo lo que había pasado. Había sufrido mucho. Mi padre me abandonó cuando nací, y desde entonces mi madre era mi única familia. Tenía 6 años cuando supe que mi madre tenía cáncer de pulmón y que ya estaba avanzado y nada se podía hacer al respecto, excepto esperar verla morir. Era un niño, no comprendía nada. Recuerdo que muchas veces tenía que ausentarme a clases para poder cuidarla. En ese entonces, ella había comenzado quimioterapia, y eso lograba que se le cayera el pelo, y era algo que ella no podía soportar. Cada día empeoraba más y yo no sabía qué hacer, trataba de hacer todo lo que podía, pero ¿Qué podía hacer yo por mi madre si tan sólo tenía 6 años? Si hubiera ocurrido actualmente, tal vez hubiera podido manejar esta situación, pero ¿Quién sabe cómo reaccionar en estos casos? ¿Hay alguna manera más fácil de afrontar la vida sin dolor? ¿Por qué ella tuvo que soportar todo ese dolor? ¿Por qué Dios se la llevó y no me dejó compartir cinco minutos más, sólo cinco minutos más con ella? ¿Quién se hubiera imaginado que yo a los 6 años me iba a quedar sin madre? No sé por qué la vida es injusta, pero lo único que hoy comprendo es que mi madre sufrió y demasiado, y yo no podía evitar verlo. Si es que el cielo existe, ella estará bien allí, sino de nada sirvió que ella se fuera. Nunca sabe uno con qué puede encontrarse en la vida, pero hay cosas de las que nunca se logra superar ni olvidar, y esto es una de ellas, de las que dejan un vacío profundo en el medio del pecho y que creés que nunca van a sanar, de esas angustias de las que no podés respirar, que creés que estás muriendo pero seguís vivo. De esas
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