Avances, Limitaciones Y Retos De La Evaluación

En el siguiente ensayo se hablará acerca de la evaluación en educación básica, haciendo énfasis especialmente en el nivel preescolar, con el objetivo de valorar los alcances, limitaciones y retos de la evaluación del aprendizaje en la educación básica en México, considerando los contextos donde nos desarrollaremos como futuros docentes. Se presentaran tres alcances, tres limitaciones y tres retos de la evaluación del aprendizaje; tomando como documento base el artículo Patología general de la evaluación educativa escrito por M. A. Santos Guerra (1988), incorporando también otros materiales de análisis relevantes como el programa de estudios 2011. Educación básica, entre otros.

Comenzaré por definir la evaluación del aprendizaje como un proceso que consiste en comparar o valorar lo que los niños conocen y saben hacer, sus competencias, respecto a su situación al comenzar un ciclo escolar, un periodo de trabajo o una secuencia de actividades, y respecto a las metas o propósitos establecidos en el programa educativo; esta valoración –emisión de un juicio– se basa en la información que la educadora recoge, organiza e interpreta en diversos momentos del trabajo diario y a lo largo de un ciclo escolar. (SEP, El proceso de evaluación en la educación preescolar, 2011)

Como bien sabemos la evaluación de los aprendizajes en la educación básica, está centrada en competencias; evaluar competencias es una tarea compleja, ya que éstas se manifiestan en acción; por ello, es esencial centrarse en los procesos y en las estrategias que las niñas y los niños utilizan para realizar lo que las actividades les demandan y no en los productos o en el conocimiento adquirido. (SEP, 2011)

Un avance de la evaluación de los aprendizajes, que considero de mayor importancia, es el que consiste en el desarrollo de un enfoque que parte de definir qué es importante que aprendan los niños en preescolar, cómo aprenden y cómo evaluar lo que aprenden; poniendo como centro del trabajo pedagógico el desarrollo de competencias en los niños, intención que se expresa en los propósitos y en las competencias de cada campo formativo en los que se organiza el Programa.

Es decir que se cambia de la perspectiva de una evaluación que se centra en la comprobación de resultados, a una que se enfoca en el proceso de desarrollo y las características de aprendizaje de los niños pequeños.

Una limitante con respecto a este enfoque, y según desde mi perspectiva, consiste en que algunos docentes, nos limitamos a la evaluación de los de los resultados directos y pretendidos, es decir nos limitamos a evaluar solo los que marcan los proyectos curriculares sin tomar en cuenta aquellos efectos secundarios, que en ocasiones suelen ser más importantes que los resultados buscados directamente en el proyecto; como lo dice Eisner (1981) la mayoría de los aprendizajes que realiza el alumno en la escuela no se hallan programados en el currículo explícito.

El resultado directo del programa es evaluado, pero sin tener en cuenta los efectos secundarios que se han generado. (Santos, 1988). Como docentes debemos tomar en cuenta las competencias a desarrollar de acuerdo las necesidades que presentan los alumnos, y los aprendizajes esperados que nos marca el plan de estudios, pero también debemos tener una visión mucho más amplia para evaluar aquello que surge como secundario a las situaciones que plantemos y que no tenemos planeado, que surge de manera imprevista.

Otra limitante que se presenta con respecto a esto, que lo menciona Miguel Ángel Santos (1988) como una patología de la evaluación educativa, consiste en solo evaluar los efectos observables, y lo menciona también el documento de la SEP “El proceso de evaluación en la educación preescolar México” (2011), que uno de los problemas que se presenta, es que los niños pequeños muestran tener muchos más conocimientos y aptitudes de lo que su lenguaje les permite explicitar, por lo que es posible que no contesten, o verbalicen una respuesta que el adulto considere como equivocada porque el niño aún no ha desarrollado su vocabulario o no tiene las herramientas adecuadas de lenguaje para contestar correctamente. Pero lo no observable no es equivalente a lo no existente. Ni, por supuesto, a lo no evaluable.

Todo esto representa también retos muy grandes, ya que demanda a la educadora una gran sensibilidad y capacidad de observación, así como registrar y analizar aspectos clave sobre lo que hacen y dicen los niños durante el desarrollo de las actividades que la maestra propone, considerando la(s) competencia(s) que pretende favorecer. En el proceso de evaluación es relevante que la educadora comprenda el enfoque pedagógico de cada campo formativo y tenga claridad sobre cómo aprenden las niñas y los niños, pues de ello depende que al observarlos actuando, sepa en qué fijarse. Así como también exige la utilización de técnicas de exploración adecuadas al intento de llegar a descubrir e interpretar lo oculto del currículo y de sus resultados. (Santos, 1988)

Teniendo en cuenta esto podemos notar otros avances respecto a la evaluación, que consiste en el modo de recopilar la información, la primera forma consiste en la observación atenta de los alumnos y del trabajo que realizan, el diálogo con ellos y con los padres de familia, para obtener la información en que se basa la evaluación. Con esto se propone la integración de un expediente personal, en el cual la educadora reporte y reúna información acerca de cada niño, evidencias de hechos importantes de su historia personal, así como los trabajos que elaboran los alumnos ya que evidencias su aprendizaje. Incorporarlos al expediente permite observar los avances que su autor manifiesta en su desarrollo a lo largo del ciclo escolar; conviene incluir evidencias que refieran al trabajo en distintos campos formativos. (SEP, El proceso de evaluación en la educación preescolar, 2011)

Otro instrumento para recopilar la información es el diario de trabajo, que elabora la educadora; en él se registra una narración breve de la jornada y de hechos o circunstancias escolares que hayan influido en el desarrollo del trabajo. Se trata de registrar

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