CASO PRACTICO N°2

Los roles que han asumido las Fuerzas Militares en cuanto a la lucha contra los grupos armados al margen de la ley, ha frenado durante los últimos años el crecimientos de estos grupos; al punto que se ha logrado en un porcentaje significativo, un desarme, desmovilización y reinserción; aspectos que conllevarían al país a un estado de posconflicto; y por ende a tener unas Fuerzas Militares acordes a las necesidades que implican la consolidación de la paz en un contexto de seguridad.

Un escenario de posconflicto puede darse dentro de cualquiera de las siguientes posibilidades:

Un acuerdo conseguido a través de una victoria militar de cuento actor sobre otro, bien sea una victoria militar de la guerrilla, cualquiera que esta sea, sobre las Fuerzas Militares, o de estas ultimas sobre las primeras. O en segundo lugar el silenciamiento de las armas como consecuencia de la superación política negociada del conflicto interno, determinara la debilidad o fortaleza de los diferentes actores al enfrentar la situación posterior al conflicto, especialmente en lo relacionado con el proceso de consolidación de la democracia, lo cual resultara determinante para la implementación de políticas para las víctimas resultantes del conflicto armado. (Garzón, J., Parra, A. & Pineda, A. 2003)

El posconflicto se compone entonces de dos etapas principalmente: primero en donde las fuerzas armadas dejan de combatir, y segundo cuando se logra un acuerdo de paz, cuando una de las partes se impone sobre la otra.

El cambio del escenario del conflicto armado, a una etapa de posconflicto, para el gobierno nacional, impone un nuevo rol desde el punto de vista de seguridad. El posconflicto es entendido como lo indica Garzón, J., Parra, A. & Pineda, A. (2003), como un “periodo de tiempo que se inicia con el cese de hostilidades entre las partes previamente enfrentadas”, por lo tanto, se debe responder a preguntas como: en donde, de que, para qué y para quien se presenta una etapa de posconflicto, y como debe evaluarse en términos de reconstrucción y rehabilitación.

Cuando hablamos de rehabilitación, se refiere a los aspectos humanos, sociales, políticos e institucionales, y buscar las formas de dirección del Estado y la participación ciudadana y como punto fundamental dentro de este proceso se debe integrar el tema de la seguridad.

En el contexto de la seguridad y defensa nacional, un escenario de posonflicto se centra en la seguridad que se brinda para garantizar los derechos de las personas, lo que conocemos como la seguridad democrática, y por otro lado esta todos lo que tiene que ver con la doctrina de la seguridad nacional, en donde se busca preservar las instituciones públicas combatiendo al enemigo basados en la Fuerza Militar del Estado.

Si bien, de acuerdo a la Constitución Política de Colombia, se establece que la Fuerza Pública, integrada por el Ejército, La Armada, y la Fuerza Aérea, se les asigna la función de defender la soberanía, independencia e integridad del territorio nacional y el orden institucional (seguridad nacional); lo que se puede apreciar en la situación de conflicto armado; como es el que ha vivido el país desde hace cuatro décadas; es la línea divisoria de las funciones de cada uno de los componentes de la Fuerza Pública

El escalamiento del conflicto desde finales de la década de los noventa ha llevado a un rápido crecimiento de las FFMM y a un consecuente incremento del gasto público en seguridad y defensa. Si bien es cierto que tanto la implicación de las FFMM en la seguridad interna como su acelerado crecimiento en los últimos años han sido necesarios para frenar el crecimiento de los grupos armados al margen de la ley. (Caicedo, J. 2009)

Por lo tanto en un escenario de posconflicto, la situación será propicia para redefinir funciones y el resultado podría ser una reducción de las Fuerzas Militares lo cual generara un gran impacto para la Fuerza Pública.

Uno de los aspectos que los gobiernos han descuidado, son los relacionados con los recursos que se destinan a financiar la guerra; pues en época de guerra o conflicto armado interno, los recursos de destinan a la compra de helicópteros, armamentos, dotaciones etc., pero no a la consecución de un plan que pueda sostener el impacto que un posconflicto pueda traer en las operaciones de las fuerzas militares a nivel interno.

Un cese de conflicto a nivel interno, deja al militar fuera de combate, propicia escenarios en donde hay que afrontar un nuevo estilo de vida, nuevas ocupaciones, nuevos roles, incluso roles civiles, son algunas de las implicaciones que trae un posconflicto parcial.

Es por ello que es importante, replantear los intereses nacionales y a partir de ahí, definir la visión, misión y estructura de las Fuerzas Militares en un escenario de posconflicto así como sus responsabilidades. Se convierte entonces desde el punto de vista político y de capacidad institucional de las Fuerzas Militares, generar estrategias de viabilidad y sostenibilidad para una nueva política de Estado y defensa nacional.

Sin embargo, la noción de conflicto armado también se contextualiza a nivel del Derecho Internacional Humanitario dado que colombia es uno de los paises con mayor índice de violación de derechos humanos. Como indica Cárdenas, M. (2003) “un paso trascendental hacia la reconstrucción, específicamente en la disminución de violaciones a los derechos humanos, implica la desmilitarización en la solución de los conflictos sociales y la sujeción al poder civil de las fuerzas militares”; Por lo tanto, en un ambiente de posconflicto interno, el papel de la Fuerza Pública se vería afectado en cuanto a operaciones y recursos a nivel operacional, pero en un contexto internacional vigente como es la carrera armamentista de algunos países vecinos, (como el caso Venezolano), propiciaría una nueva redistribución de las funciones de las Fuerzas Armadas.

Colombia, cuenta con un régimen civil solido y de larga tradición democrática lo que lo hace particular para la toma de decisiones y reformas que se hagan necesarias en época de posconflicto.

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