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CENTRO CULTURAL DEL FERROCARRIL


Enviado por   •  10 de Abril de 2013  •  2.704 Palabras (11 Páginas)  •  595 Visitas

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CENTRO CULTURAL DEL FERROCARRIL

PACHUCA DE SOTO, HIDALGO

Valoración del entorno urbano y social del inmueble.

Pachuca, capital del bellísimo estado de Hidalgo, conserva el sabor de provincia, de las viejas costumbres, del abolengo inglés y español, mezclado con los nativos mexicas. Dio mucho al mundo entre los siglos XVI - XVIII, sin dejar más que la impresión de haber sido saqueada en la riqueza de la entraña mineral de su tierra.

"Sin embargo, cuenta con el prestigio de ser una ciudad capital y con un historial de urbe liberal y asiento de hechos históricos verdaderamente singulares..." (Menes Llaguno, 1984, pág. 7)

En la traza de la ciudad, conformada por calles retorcidas y estrechos callejones que suben y bajan por las laderas de su orografía, se mezclan mágicamente las construcciones modernas con los viejos estilos arquitectónicos propios del siglo XVIII, siglo durante el cual se desarrolló el esplendoroso auge minero de la ciudad.

Pachuca es considerada una de las ciudades mineras más importantes de México, que junto con Zacatecas y Taxco, aportaron la enorme cantidad de plata de la que se benefició la España de esos tiempos. Tanta fue la riqueza extraída, que el Conde de Regla, Pedro Romero de Terreros, dueño de las minas de Pachuca y Real del Monte, en el Siglo XVIII era el hombre más rico de América y probablemente del mundo entero.

En aquel entonces, Pachuca no era hogar de la gente de dinero ya que los ricos mineros preferían vivir en la ciudad de México, o en haciendas al interior del Estado o en otros estados, tomando la región únicamente como una fuente de trabajo y de enriquecimiento, a esto se debe que no cuente con bastantes sitios y edificios coloniales.

Durante la Guerra de Independencia, la ciudad fue atacada por los insurgentes. Dicha arremetida tuvo como consecuencia el robo de cuantiosas barras de plata de las Cajas Reales, con un monto considerable, y la destrucción de expedientes importantes sobre la minería y otros que contenían datos valiosos de la historia de la ciudad.

La Guerra paralizó innumerables actividades económicas, especialmente a la industria minera, ya que gran número de los trabajadores emigraron para presentarse a las filas del ejército Insurgente. Debido al abandono de las minas, se produjo la inundación de tiros y socavones, causando un verdadero problema a los dueños e inversionistas de éstas. Hacia el año de 1824 llegan a Pachuca los primeros ingleses, adquiriendo los fundos del tercer Conde de Regla, invirtiendo cuantiosas cantidades de dinero durante veinticuatro años, las cuales no les fueron redituadas, motivo por el cual tuvieron que vender las acciones a la Compañía Mexicana. A partir de 1850 se produjo la mayor cantidad de metal en la historia de la ciudad, y en solo diez años la población triplicó su número de habitantes.

El 16 de enero de 1869, tras varios años de gestiones, se promulga el Decreto de Erección del Estado de Hidalgo, con el territorio que desde 1862 comprendía el Segundo Distrito Militar del Estado de México. Y debido a las mayores posibilidades de crecimiento, a la prosperidad de las minas y a que la ciudad ya contaba con varios servicios públicos, se eligió a Pachuca como capital del estado.

De la época del porfiriato data la construcción del monumento conmemorativo al Primer Centenario de la Independencia, el "Reloj de Pachuca", así como muchas obras y edificios públicos de relevancia, como el Instituto Literario y Escuela de Artes y Oficios, hoy Universidad Autónoma de Hidalgo, el Teatro Bartolomé de Medina, el Banco Mercantil, que mas tarde se convertiría en banco de Hidalgo, posteriormente en Hotel Niágara, para finalmente albergar las oficinas del banco de Comercio de Hidalgo. También fue renovada la red de alumbrado público.

"Durante el régimen porfirista, dado el aumento de la explotación minera, la ciudad fue incrementando poco a poco su población y sus servicios urbanísticos... Fue también durante esa época cuando la ciudad quedó comunicada con el resto del país mediante el establecimiento de las vías ferroviarias "El Mexicano", "Hidalgo" y "El Central" y así mismo de esos años data el servicio de transporte urbano, mediante tranvías de tracción animal, que más tarde se convertiría en eléctrico. " (Menes Llaguno, 1984, págs. 40,41)

Breve reseña histórica sobre el cometido original del inmueble.

La aparición del tren en Hidalgo se debe a la instalación del trazo conocido como Ferrocarril Mexicano, el primero en el país. El gobierno de Rafael Cravioto, empeñado en construir una línea ferroviaria interna que se conectara con la que corría de México a Veracruz, autorizó en 1878 la construcción del ramal Ometusco-Pachuca.

Mediante sus recorridos, se transportaba cebada, manganeso, leña, algodón, azúcar, frutas, pulque, carbón, ganado, maderas, café, granos y por supuesto a los viajeros. Sus locomotoras Fairlie jalaban coches de pasajeros de primera, segunda y tercera clases, carros para equipaje y correo, a la vez que carros de carga. También acarreaba jales para las cementeras ubicadas en la región de Tula. Desde luego también en el servicio de vagón exprés, de Pachuca salían barras de oro y plata, custodiadas por elementos del ejército. A su vez, el tren arribaba a la ciudad con trigo, maíz y muy particularmente, el tren llegaba con muebles. También recibía mercancía para distintas factorías. A la estación venían trenes de 10, 20 y hasta 30 furgones, con capacidad de 80 toneladas por cada vagón

En el último cuarto del siglo XIX ocurre en la región que abarca Pachuca, Real del Monte y El Chico, una serie de bonanzas que incentivaron también el establecimiento de los ferrocarriles. La maquinaria, los alimentos, la madera y la leña, la sal y el mercurio y los materiales usuales, llegaron de un modo más fácil. Además, se tuvo la posibilidad de disponer de carbón mineral importado para combustible; material básico para mantener el bombeo de los niveles profundos de las minas, el accionamiento de maquinaría y las fundiciones.

El ferrocarril también constituía un medio seguro para el transporte de las barras de plata y oro, y así ya no se arriesgaba a las conductas, nombre que se daba a los viajes custodiados por jinetes armados, frecuentemente asaltados, antes de disponer del tren como medio de transporte adecuado.

El servicio de tren se inició con el solemne viaje inaugural

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