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CICLO DE VIDA JUDÍA

jeanine3312 de Enero de 2015

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CICLO DE VIDA JUDÍA

JUPÁ VE’KIDUSHIN

“El nombre que suele darse a la ceremonia que marca para

la tradición judía el pasaje de la soltería al matrimonio, jupá

ve’kidushín, palio y consagración, resume en dos palabras

un acto atravesado por una sucesión de conmovedoras

metáforas.”

PARTICIPAR de la CREACIÓN DE MUNDOS, en AMOR 2

CONSAGRACIÓN MUTUA 3

MAZAL TOV 4

Del CANTAR de los CANTARES 5

PROPUESTA DIDÁCTICA 7

12

PARTICIPAR de la CREACIÓN DE MUNDOS, en AMOR

El nombre que suele darse a la ceremonia que marca para la tradición

judía el pasaje de la soltería al matrimonio, jupá ve’kidushín, palio y

consagración, resume en dos palabras un acto atravesado por una sucesión

de conmovedoras metáforas.

El hogar judío que al casarse comienza a construir una pareja aparece

simbolizado por esa jupá que, tan ligera como se ve, tiene sus cuatro

columnas firmemente plantadas en el suelo de la larga historia popular del

pueblo judío. Porque a lo largo de muchísimos siglos, en los más diversos

rincones de la tierra, en decenas de lenguas y con novias vestidas de muy

diferentes maneras, muchachas y jóvenes consagraron su compromiso

amoroso en un escenario así: Una luminosa jupá, íntima, y abierta al mundo,

pequeña habitación sin muros, cubierta apenas por un cielito de seda.

Jupá ve’kidushín,... y consagración. Porque para la tradición judía la unión

matrimonial es un acto sagrado. Casarse, conformar una familia, engendrar

un hijo, constituyen modos de asumir un activo compromiso ético con la

transformación y el mejoramiento del mundo, compromiso cuya primera

expresión consiste en asumir la responsabilidad por el cuidado de otras

personas, la pareja primero, los hijos después. Y es hacerse también

partícipe del fascinante misterio de la continuidad y el cambio.

Porque cuando una pareja conforma una familia corporiza la continuidad

judía a través de unos hijos no destinados a ser sombras surgidas

casualmente en un rincón cualquiera de la tierra, sino personas que a través

de sus padres, abuelos y bisabuelos, van a ser parte de la larga, intensa

historia de su pueblo. Hacerse protagonista de la propia historia no es estar

condenado a instalarse en un pasado ajeno; es darse la posibilidad de

adueñarse del propio pasado, para resignificarlo, para preñarlo de futuro.

“No es bueno que la persona esté sola” dice la Torá en su comienzo mismo

(Bereshit, 2/18). “Una persona sola vive sin bendición y sin esperanza”,

dice el Talmud en su tratado Kidushín. Soltero se dice en hebreo ravak,

que proviene de reik, vacío. El ideal judío es constituir una familia, núcleo

fundante de la comunidad, y cada nueva pareja repite el prodigio de Adán y

Eva; en amor crea nuevos mundos y abre caminos --incluso en tiempos

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difíciles-- a nuevas esperanzas.

CONSAGRACIÓN MUTUA

Son dos los pasos necesarios para que una consagración matrimonial sea

reconocida como legítima por la ley judía. El primero, la expresión pública

de ambos contrayentes de su decisión de unirse en matrimonio, decisión

refrendada mediante un simple anillo colocado por el novio en el dedo índice

de la mano derecha de la novia, pronunciando en voz alta la tradicional

fórmula consagratoria judía: Harei at mekudeshet li be'tabaat zo ke'dat

Moshé ve'Israel; por este anillo me quedas consagrada, según la ley de

Moisés y la tradición de Israel.

Actualmente es costumbre que también la novia coloque

...

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