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COMERCIO INFORMAL DE NEGOCIOS DE MICROEMPRESARIOS Y TENDEROS EN EL MUNICIPIO DE MEDELLÍN

Stefany González RamírezEnsayo7 de Marzo de 2016

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COMERCIO INFORMAL DE NEGOCIOS DE MICROEMPRESARIOS Y TENDEROS EN EL MUNICIPIO DE MEDELLÍN

En Colombia, a lo largo de los años, se han realizado algunas investigaciones y estudios relacionados con la estructura de distribución de bienes y servicios. Esos estudios han incluido la actividad comercial desarrollada por el tendero de barrio, comercio informal y pyme, enfocándose principalmente, en su aporte económico como eslabón de una gran cadena de valor para hacer llegar los productos a los consumidores finales (Sanclemente, 2012)

La estructura empresarial en Antioquia está conformada aproximadamente en 95% por micro y pequeñas empresas que generan más de 57% de los empleos y son una fuente dinamizadora de la economía nacional.

No obstante, las prácticas informales son una constante en este tipo de unidades empresariales; conllevan ineficiencias, conductas de competencia desleal, desconocimiento de las normas regulatorias, dificultades con el financiamiento y estrechez de mercados.

Aunque no existe consenso en su definición, los determinantes de la informalidad se asocian a factores estructurales de la económica, como la productividad, la pobreza, el tamaño de planta de la microempresa; así como a factores institucionalistas referentes a barreras legales para la formación y funcionamiento de las microempresas, e ineficiencia estatal para proveer sus servicios. (La definición adoptada por el DANE para la medición del empleo informal se basa en las microempresas que tienen máximo cinco trabajadores, excluyendo las personas independientes que trabajen en su oficio, y los empleados del gobierno) (Alcaldía de Medellín, 2011).

En el centro de Medellín los problemas asociados con el desbordamiento de las ventas informales: frutas, ropa, zapatos, confituras, productos medicinales, artesanías, helados, lotería, minutos celular, lotería, tinto, libros, videos piratas, etc. alcanza niveles preocupantes; una problemática que muestra su faceta más álgida en el mes de diciembre, cuando por las calles del centro, atiborradas de venteros, no es posible la movilización.

En el origen del problema está, sin duda, el hecho de que Medellín tenga una de las tasas más altas de desempleo del país: 12.4% en 2012 (3 puntos más que Bogotá), y que el empleo informal vaya en aumento: 0.25% en el último año, para ubicarse en 47.21%. Es además una de las ciudades más receptoras de gentes pobres y desplazadas, principalmente de municipios de Antioquia y Chocó, que sólo encuentran oportunidades laborales en la economía informal (ENS, 2013).

Ante la imposibilidad de acceder a un empleo formal los desempleados se pegan de la informalidad como su única tabla de salvación, especialmente la gente joven, que tiene tasas de desocupación más altas. Estas Convivir, aunque ilegales, llevan mucho tiempo establecidas y aparecen en todos los espacios de la ciudad, razón por la cual tienen un alto grado de legitimidad, al punto que se pueden considerar una “institucionalidad” paralela.

Fernando Orrego, director ejecutivo del Grupo Empresarial Multisectorial, afirma que los empresarios del Grupo están buscando la participación del municipio de Medellín para construir locales comerciales para los vendedores informales. Ya existe una experiencia previa en el Bazar de los Puentes y en el Centro Comercial Medellín, que por las equivocaciones que tuvieron son una buena muestra de cómo no se debe hacer el proceso, cómo no cometer los mismos errores. (ENS, 2013)

Por otro lado, La actividad comercial desplegada por el tendero de barrio, a pesar de estas últimas iniciativas desarrolladas en su favor, sigue siendo realizada con algunas particularidades de gestión y que cumple un importante papel económico y social en  nuestra economía. Sin considerar de forma concreta o específica la manera en que se cataloga su actividad formalmente en el país, este comerciante continúa tejiendo toda una serie de relaciones con sus clientes y con los demás actores del esquema de distribución en Colombia y, de manera más específica, en Medellín, en gran medida inspirado y motivado por la satisfacción de sus propias necesidades económicas, esencialmente orientadas a procurar el ingreso para su subsistencia y la de su grupo familiar. En cierta forma, estas microempresas se reconocen y desempeñan como un comerciante tradicional (a veces considerado informal), que busca la manera de “ganarse la vida” y que es indiferente, incluso a muchos de aquellos proyectos que buscan su profesionalización (Montoya, 2010)

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