COMO SE HA DADO LA RECONFIGURACION DEL TRABAJO EN LAS NUEVAS SOCIEDADES MODERNAS Y SU INCIDENCIA EN EL CRECIMIENTO ECONOMICO.
davidtobonEnsayo11 de Mayo de 2016
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COMO SE HA DADO LA RECONFIGURACION DEL TRABAJO EN LAS NUEVAS SOCIEDADES MODERNAS Y SU INCIDENCIA EN EL CRECIMIENTO ECONOMICO.
Palabras claves: División de trabajo, especialización, mercados, producción, evolución económica, modernidad, tecnología
La historia social de la humanidad demuestra que cada etapa del ser humano ha llevado consigo unas condiciones de vida y ha sido influenciada por diferentes escenarios, estos están dados por las condiciones determinadas por el pensamiento y la tecnología que desarrollan en cada una de las épocas, las cuales afectan positiva o negativamente la forma de vida de las diferentes sociedades.
La división del trabajo aparece cuando el hombre se establece, ya que en las primitivas formas de congregación, en estas se daba la distribución de tareas en la familia, la tribu y en los primeros pueblos, por esta razón, el hombre ha entendido que la organización de los grupos se basa en la división del trabajo. De esta forma la comunidad que trabaja junta en forma participativa y coordinada logran mejores resultados en la obtención de sus objetivos
Es por eso que en las primeras poblaciones, el trabajo social comunitario era un aspecto básico para la subsistencia, debido a que obliga a todos los hombres a ayudarse mutuamente; así el carpintero, por ejemplo, necesita la cooperación del pintor, del aserrador, del agricultor, de los fabricantes de herramientas, y, en fin, de muchos hombres. Según Enuncia Marx, una pluralidad en las formas en que surge la manufactura; una de estas se da en el momento en que se juntan diversos artesanos, cada uno experimentado en un oficio dado, y por medio de la colaboración de todos estos oficios, se llega a un resultado final.
Marx propone un ejemplo para demostrar lo anteriormente dicho: para la fabricación de un coche, -aún rústico-, se hacen presentes diversos artesanos, carpinteros, latoneros, y demás, los cuales juntan sus habilidades en pos de un resultado: “la manufactura terminada”. (El capital: crítica de la economía política, p.285). Esto se puede verificar a través de la línea del tiempo. Los primeros hombres intentaron sobrevivir y satisfacer sus necesidades por sí mismos, cazando, pescando, fabricando sus armas y confeccionando sus vestidos.
Por el contrario para Smith se refiere al trabajo como un aspecto individual y egoísta, de acuerdo como lo plantea “el ser humano se mueve principalmente por su interés individual antes que por el Bien de los demás” (la riqueza de las naciones, 1776, pp). Con esta afirmación Smith explica su teoría al señalar que el pan no lo obtenemos en el Mercado por la benevolencia del panadero, ni la carne por la benevolencia del carnicero, sino porque éstos buscan una ganancia monetaria. Este hecho se repite, según él, en todas las esferas del ámbito económico.
Después, con el surgimiento de la civilización se multiplicaron los productos y empezaron los cambios, de esta forma nació la división del trabajo, según las actividades que cada uno realizaba, pues hubo ya clases de cazadores, pescadores, artesanos, agricultores y mercaderes; con el tiempo, la civilización fue evolucionando y las funciones subdividiéndose, No obstante esta continua cambiando, debido a que la fabricación de cada objeto requiere una larga serie de procesos. Por esta razón el ser humano invento las maquinas como herramientas para facilitar esos trabajos y disminuir los tiempos, consiguiendo de esta manera alcanzar niveles de producción más altos, productos más competitivos y abarcar nuevos mercados, y así sucesivamente hasta alcanzar en este momento tecnologías de avanzada que han reducido la fuerza de trabajo y el tiempo de trabajo del hombre.
Por lo anterior, se puede decir que en la actualidad, la división del trabajo es importante en el sector productivo y económico, por lo que al aplicarla permite aumentar y mejorar la producción. Pudiéndose también agregar que ésta, marcha al ritmo de la civilización de la sociedad, pues cuanto más adelantada es una sociedad, más divide el trabajo y más separa las ocupaciones, porque con ello consigue mayor aumento de fuerza productiva y mejor satisface las necesidades de la producción. Pero realmente ¿La división del trabajo permite aumentar la producción y crecer la economía?
Para analizar y responder este cuestionamiento, se puede tomar el modelo propuesto por Adam Smith, donde expone un patrón del aumento de la fuerza productora que se consigue con la división del trabajo, El diseña el ejemplo de una fábrica de alfileres, en la cual diez operarios encargados de dieciocho operaciones, divididas entre ellos, producen 48.000 alfileres por día, o sea 4.800 alfileres por cada hombre; mientras que si cada obrero de por sí hubiera tenido que hacer las dieciocho operaciones, o sea estirar el alambre, cortarle, encabezarle, lustrarle, encartonarle, empaquetarle, etc., difícilmente hubiera podido hacer 20 alfileres al día. Otro ejemplo de J. B. Say, en que se ve con claridad la influencia de la división del trabajo, es la fabricación de naipes, que requiere setenta operaciones diferentes para hacer una baraja; y observamos que si cada operario tuviera que hacer por sí mismo todas esas operaciones, sólo produciría dos naipes por día, y por lo tanto, treinta operarios producirían 60 naipes, mientras que si esos treinta operarios se ocupan de modo que cada uno de ellos haga dos operaciones que sean siempre las mismas, producirán 15.000 naipes diarios, o sea a razón de 500 naipes por cada obrero. (STÖHR, W.B. Cambios estructurales en la industria y estrategias de desarrollo regional: Aproximación a un marco conceptual.: Estudios Territoriales, 1986. nº 20, p. 179-201)
Según lo anterior se puede indicar que la división del trabajo, sí ayuda a aumentar los niveles de producción en la industrias, Tanto que al separar las actividades que particularmente hace un hombre para elaborar un solo producto, al asignarle esas actividades a otros trabajadores, se notara una disminución del tiempo de fabricación, reducción de la fuerza de trabajo, especialización en cada una de las actividades y por tal razón un incremento en la cantidad de productos a elaborar. Además de que la división del trabajo, conlleva a la eficiencia y de esta forma entre todos los factores de producción se proveerán de lo que necesitan, cubrirán plenamente sus necesidades, y la abundancia se esparcirá por todos los rincones de la sociedad.
Pero no solo la división del trabajo genera aumento en la producción, sino que los mercados tienen influencia directa en esta, Según el análisis realizado por Arrighi (Arrighi,. Adam Smith en Pekín, Ediciones AKAL, 2009, pp.59) sugiere que Smith no sólo proponía la división del trabajo como aquella en la que se fraccionan las tareas, dentro de una unidad de producción, para obtener un resultado más eficiente (división técnica del trabajo); sino que, y más importante aún, planteó la división del trabajo entre unidades de producción independientes, conectadas por los intercambios del mercado, lo que se ha conocido como división de la producción y que, por ejemplo, Marx llamó “división social del trabajo”
Por esta razón se puede decir que el aumento de la producción y el crecimiento económico de la sociedad no solo se deben a la división y especialización del trabajo, sino que esta tiene una relación directa con la regulación de mercados, es decir, una economía dirigida por los precios del mercado y nada más. Tal sistema, capaz de organizar toda la vida económica sin interferencia externa, merecería sin duda el calificativo de autorregulado y donde el precio es el que regula la producción. Estas indicaciones generales bastaran para mostrar la naturaleza enteramente insólita del tal aventura en la historia de la humanidad. Entonces ¿cómo se ha configurado la división del trabajo en las nuevas sociedades modernas?
Para resolver esta incógnita podemos hacer una línea de tiempo entre la historia económica y social del hombre. Antiguamente, cuando el hombre se tornó sedentario, la solidaridad y ayuda eran factores básicos para la supervivencia y conservación de la comunidad, por lo tanto cada uno de ellos tenían tareas asignadas con el objetivo de ayudarse uno con otro, como se decía anteriormente, algunos cazaban, otros recolectaban, otros pescaban etc. Aunque para Adam Smith el hombre primitivo se concentraba en el trueque y el pago en especie, con esto quiere decir que la solidaridad y ayuda no eran un factor primordial por el cual estaba dividido, sino que realizaban sus actividades con el objetivo de poder intercambiarlas por otra.
Con la formación de estados y pueblos empiezan a surgir las operaciones mercantiles, es decir aparecen los mercados. Adam Smith sugirió “que la división del trabajo en la sociedad dependía de la existencia de mercados o de la propensión del hombre a intercambiar una cosa por otra”, siendo esto algo profético, ya que 100 años más tarde estaría en apogeo un sistema industrial en la mayor parte del planeta, en lo que se veía la humanidad arrastrada por esa propensión particular en todas sus actividades económicas. (Smith (1776) en Polanyi, la gran Transformación, PP. 91).
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