CONGRESO VIRTUAL DE EDUCACIÓN EN VALORES
AMO21Trabajo2 de Julio de 2012
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II CONGRESO VIRTUAL DE EDUCACIÓN EN VALORES
“El Acoso escolar, un reto para la Convivencia en el Centro"
ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN DEL ACOSO ESCOLAR
M.ª Inés Monjas Casares
Universidad de Valladolid
imonjas@psi.uva.es
Como indica su título el objeto de esta ponencia es comentar algunos aspectos referidos a la
prevención del acoso escolar, bullying o maltrato entre iguales, términos que usaremos como
sinónimos. Para ello, empezamos por hacer unas consideraciones iniciales que enmarcan los
contenidos a abordar. Seguidamente tratamos de delimitar el concepto de bullying indicando los
criterios definitorios. A continuación presentamos un conjunto de estrategias que se utilizan par
la prevención del acoso escolar para pasar finalmente a ilustrar los contenidos de la prevención
con algunos de los trabajos que estamos desarrollando actualmente en estos temas.
1. CONSIDERACIONES INICIALES
Antes de proceder al desarrollo de cada apartado, estimo necesario hacer unas consideraciones
previas que sirvan de marco o escenario donde situar los contenidos.
1ª) Marco de la convivencia, las relaciones interpersonales y el clima interpersonal
Tenemos especial interés en delimitar y acotar el tema del acoso escolar o bullying
enmarcándolo dentro del ámbito de la convivencia. Entendemos la convivencia como las
relaciones interpersonales en un clima social positivo; convivir es vivir-con, vivir-junto-a,
vivir en compañía de otro u otros.
La convivencia en los centros educativos, suscita en la actualidad una notable atención entre
las y los profesionales de la educación. Este interés se hace más palpable cuando se contempla
la convivencia desde el polo negativo, es decir cuando se ve amenazada y aparecen y se
producen diversos problemas de indisciplina, violencia y malas relaciones que alteran y
perturban la situación de enseñanza-aprendizaje y la vida en los centros. Sin embargo, nuestra
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posición es que la convivencia óptima y positiva no es solo la ausencia de conflictos, sino el
establecimiento, mantenimiento y desarrollo de vínculos interpersonales positivos y
saludables.
2ª) Aprendizaje de las relaciones interpersonales
La conducta social se aprende y se va conformando a lo largo de todo el ciclo vital. Las
conductas sociales de las que son ejemplos jugar con otros niños y niñas, reaccionar
agresivamente, ser amable con las personas adultas, etc.. , se van aprendiendo y construyendo
a lo largo de la vida. Ningún niño nace simpático, ninguna niña nace tímida, agresiva o
socialmente hábil. Cuando un niño o niña nace, no sabe jugar con otros, mantener una
conversación o pelearse con los demás y, todas estas conductas y la mayoría de lo que una
criatura hace, piensa y siente, las va aprendiendo merced a la relación que tiene con otras
personas, ya sean adultas o iguales, en el largo proceso de socialización.
A este respecto también hay que tener en cuenta que las conductas interpersonales pueden
modificarse, aumentarse, eliminarse, fortalecerse… si se utilizan las estrategias adecuadas.
3ª) Relaciones entre iguales
Entre las tareas evolutivas que criaturas y adolescentes tienen que ir logrando está la de
relacionarse adecuadamente con otros chicos y chicas y tener amig@s. Para ello es necesario
que adquieran, practiquen y pongan en juego en sus contactos interpersonales, una serie de
conductas y habilidades sociales de las que son ejemplo: saludar, hacer una crítica, negociar,
expresar una alabanza, solucionar un conflicto, disentir de las y los otros, ofrecer consuelo y
ayuda, expresar su opinión, resistirse a las presiones del grupo y muchas otras.
Las y los niños pueden establecer relaciones con personas adultas y con otros niños y niñas.
Se utiliza la expresión “relaciones entre iguales” (del inglés peers) para referirse a estas
interacciones niño-niño o chica-chico, porque la principal característica es precisamente que
las y los interactores son iguales o muy parecidos en cuanto a edad, intereses, características o
roles, de forma que están en una posición social semejante. Además se caracterizan por ser
paritarias y simétricas y se regulan básicamente por la ley de la reciprocidad entre lo que se da
y lo que se recibe.
En la relación con las/los iguales se encuentra afecto, intimidad, alianza, ayuda, apoyo,
compañía, aumento del valor, sentido de inclusión, sentimientos de pertenencia, aceptación,
solicitud, y muchas otras cosas que hacen que el niño tenga sentimientos de bienestar y se
encuentre a gusto. Además, el microsistema de los iguales y la cultura de grupo está
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compuesta de normas, ritos, pautas, rutinas, convenciones, costumbres, creencias, hábitos de
comportamiento, valores y actitudes. El grupo de iguales tiene una gran importancia en el
aprendizaje del rol sexual, en el desarrollo moral y en el desarrollo de normas y valores y
habilidades sofisticadas como negociar, intercambiar, compartir, defenderse, crear normas,
cuestionar lo injusto… se desarrollan fundamentalmente en las interacciones entre
compañeros/as (Monjas, 2004; Trianes, Muñoz y Jiménez, 1997).
También es preciso resaltar que en las relaciones entre iguales aparecen inevitablemente
conflictos y problemas que se tienen que aprender a solucionar. Muchas veces se han de
afrontar interacciones sociales difíciles de las que son ejemplo: dar una negativa, decir que no
y rechazar peticiones, defenderse ante amenazas e intimidaciones, preguntar por qué, hacer y
responder a quejas y reclamaciones, afrontamiento de presiones de grupo, hacer peticiones y
ruegos, manifestar los propios deseos, pedir cambios de conducta y defender lo propio,
manejar el rechazo y la exclusión de un grupo, afrontar y responder ante un desprecio,
afrontar las intimidaciones, afrontar y responder a las bromas y burlas. Es preciso añadir que
estos conflictos, que lógicamente aparecen en la convivencia, son positivos ya que ofrecen la
oportunidad de practicar habilidades y estrategias (por ejemplo, negociación, toma de
perspectiva, reciprocidad, empatía...) que serán muy importantes para la construcción de
relaciones interpersonales satisfactorias y positivas. Las criaturas y las y los adolescentes con
adecuada competencia social son capaces de afrontar estos retos positivamente y resuelven
sus conflictos de forma pacífica y positiva.
4) El bullying es un problema de relaciones interpersonales
Entiendo el bullying como un problema de convivencia, una perversión de las relaciones entre
iguales, ¡que por definición han de ser paritarias y simétricas! y, en definitiva, como un
fracaso en el aprendizaje de la competencia social. En estas ocasiones las relaciones
igualitarias pasan a ser desequilibradas regulándose por el esquema dominio-sumisión; hay
algunos que dominan y otros que se someten o son sometidos. En este desequilibrio se
produce un ataque a la dignidad personal de la víctima, un asalto a sus derechos personales y
una violación del respeto personal que se debe a toda persona por ser persona.
2. NO ES BULLYING TODO LO QUE PARECE
Desde hace un par de años en nuestro país, y en cierta medida como consecuencia de eventos
como el suicido de Jokin el adolescente de Hondarribia, los términos Bullying o Acoso escolar
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se han divulgado y difundido de forma que han pasado a engrosar la terminología cotidiana, lo
cual es positivo porque refleja una cierta sensibilización social hacia este fenómeno. Sin
embargo, esta inicial toma de conciencia va unida a errores en la conceptualización y a una
cierta amplificación y magnificación del fenómeno ya que se habla mucho de bullying y
muchos de los problemas de convivencia se etiquetan como acoso (una pelea, un insulto, un
conflicto entre dos amigas…), llegando incluso a utilizarse como sinónimo de violencia escolar.
Al mismo tiempo apreciamos un notable olvido del abordaje de otros problemas que ocurren en
las relaciones interpersonales (¿qué pasa con los problemas de inhibición, timidez….?) y se
relega lo referido al desarrollo intencional de habilidades para convivir.
En efecto el bullying está de moda y se llega a hacer una utilización parcial, interesada y
oportunista del término y del concepto, no solo por parte de los medios de comunicación, sino
también por parte de algunos centros educativos, investigadores, expertos, editoriales y
organizaciones sindicales. Por ello aseveramos que no es bullying todo lo que parece.
Para delimitar y clarificar lo que entendemos por bullying, voy a detenerme brevemente en
exponer aquellos criterios que en la bibliografía sobre el tema aparecen como definitorios y
característicos del bullying; están extraídos de uno de nuestros trabajos (Monjas y Avilés, 2003,
p. 25).
Hablamos de bullying o maltrato entre iguales cuando “un/a chico/a, o un grupo, pega, intimida,
acosa,
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