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CRISIS DE VALORES


Enviado por   •  18 de Abril de 2014  •  2.276 Palabras (10 Páginas)  •  238 Visitas

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VALORES HUMANOS.

QUE SON LOS VALORES:

El valor es aquella cualidad que se le confiere a las cosas, hechos o personas, es decir, una estimación que podrá ser positiva o negativa, en tanto, es la Axiología la disciplina, parte de la filosofia, que se encarga del estudio de la naturaleza y la esencia del valor en cuestión, lo que es la valoración humana, lo que son los valores y lo que es importante para las personas

Los valores Morales son todas aquellas cuestiones que llevan al hombre a defender y crecer en su dignidad en cuanto persona, porque indefectiblemente el valor moral conducirá al hombre hacia el bien moral, que como sabemos, es aquello que lo perfecciona, lo completa y mejora.

Podemos mencionar alguno de ellos, el respeto, la tolerancia, la honestidad, el trabajo, la lealtad y la responsabilidad, entre otros, surgirán y se inculcarán a cada persona, primordialmente, en el seno familiar, por lo cual las relaciones con el padre, la madre, los hermanos, los abuelos, los tíos y todos aquellos otros involucrados en el seno familiar, deben contar con la calidad adecuada, para ser estos correctos transmisores de todos los valores.

Resulta ser indispensable para lograr una ideal transmisión de ciertos valores, el modelo y el ejemplo que estos familiares le enseñen y muestren al niño, porque este absorberá todo aquello que le inculquen y también aquello que observe de estos, sus actitudes, modos, entre otros.

Los valores no sólo son una cuestión personal, sino que repercuten en todos los ámbitos de la sociedad. Ésta es la razón por la que una crisis de valores a nivel personal se refleja en la sociedad en su conjunto y se constituye en un problema social, del cual se deriva una serie de acciones y conductas poco éticas que vemos día a día en nuestro entorno, tanto en la política, la economía y por supuesto, en las organizaciones, tanto públicas como privadas.

Ayudan a las personas a lo largo de su paso por la tierra, les ayudan a tomar decisiones, son útiles en sus creencias, sentimientos, convicciones, en las actitudes, juicios de valor y muy notablemente en las acciones, los valores son útiles para orientar al ser humano para que lleve una buena vida moral.

Por lo general en nuestros días la gente piensa que ya es igual ser bueno que malo, algo está pasando que no le damos la misma importancia que antes.

Para las personas los valores cada vez valen menos, pero sí consideran que nos faltan cuando alguien no hace uso de ellos y llega acometer un acto que nos afecte a nuestra vida.

Actualmente las personas están más concentradas en las cosas materiales y no le dan la importancia a lo que realmente la tiene, como pueden ser la convivencia con la familia, por mencionar una de tantas cosas que han pasado a ocupar un lugar secundario.

Al referirnos a estas conductas estamos hablando de los antivalores.

Los antivalores son, como quizás la palabra lo deja en evidencia, lo contrario a los valores. Los antivalores entonces, de acuerdo a la misma escala, se juzgan en sentido contrario, como incorrectos y negativos. En general, cada valor tiene su contrapuesto, un antivalor determinado.

En muchos casos, los antivalores están relacionados a características de la personalidad de los seres humanos, la cual los emplea para objetivos específicos: la corrupción, la deshonestidad, la envidia, el egoísmo, la soberbia, la avaricia.

Un objetivo de la deshonestidad puede ser, por ejemplo, las ansias de enriquecimiento, aunque éste se realice de manera ilícita. Incluso, existen patologías relacionadas a antivalores como la cleptomanía que es la manía de robar o la mitomanía, que es aquella persona que muchas veces de manera inconsciente, tiende a mentir.

No se trata de mercantilizar las relaciones familiares, sino más bien a la inversa, de familiarizar las relaciones sociales, de extender los vínculos de afecto, naturales a toda familia, hacia la sociedad, como prototipo o deber ser de cualquier relación humana. Para lograr el tan anhelado y hoy más necesario que nunca- mundo nuevo, centrado en lo humano mismo, habrá que trabajar entonces aunque no sea por supuesto lo único que haya que hacer sobre el perfeccionamiento de la familia.

¿A DONDE ESTAN NUESTROS VALORES? ¿TENEMOS CAPACIDAD PARA CULTIVAR VALORES?

Actualmente La sociedad actual nos ofrece un ambiente altamente nocivo para cultivar valores humanos.

La frase escuchada en reiteradas ocasiones: “en mis tiempos las cosas no eran así”, es una expresión que se repite generación tras generación. Por lo general cuando lo mencionamos es porque hacemos referencia que antes “las cosas eran mejores” y es que efectivamente ninguna época es igual a la otra, todo cambia, la vida está llena de constantes cambios.

Pero debemos de estar atentos y reflexionar que hay cosas que no deberían cambiar; y son aquellas cosas que establecemos como principios básicos en nuestra sociedad, podemos decir que son esas normas que debemos seguir para lograr una armonía tanto en nuestras relaciones interpersonales como en nuestra relación intrapersonal, siendo estos los VALORES, mismos que lamentablemente pareciera que a muchos se les “olvida” practicar y otros tristemente se han dado por vencidos y piensan que ya eso es cosa del pasado.

¿Porque si en la actualidad la sociedad necesita urgentemente cimentar valores en sus vidas, paradójicamente lo que se promueve es una corriente de materialismo, y los valores qué, a donde quedan?

Haciendo un análisis, podemos decir que la crisis de valores no consiste en una ausencia de éstos, sino en una falta de orientación frente a cuál rumbo seguir en nuestra vida y qué valores debemos poner en práctica para lograrlo.

Por lo que se puede advertir que la crisis de valores por la que atravesamos en la actualidad, no es otra cosa que la falta de aptitud para gobernarnos y orientarnos.

Ante tal situación, diremos que hay dos aspectos esenciales para el desarrollo de nuestras vidas, y son: la educación y la familia. ¿Hasta qué punto nuestros gobernantes ponen todos los medios necesarios para impulsar calidad en el aprendizaje académico y humano tanto en la escuela como en la familia? ¿Cómo se promueve la participación de la familia en la educación de sus hijos?

Lamentablemente nuestros representantes políticos sólo se acuerdan de la familia y de la educación para satisfacer sus intereses.

Afortunadamente existen instituciones de la sociedad civil y del sector privado, que aún pueden proporcionarnos ayuda para mejorar nuestra calidad de vida.

Siendo optimistas, podemos decir que todavía se puede recuperar el camino desandado. Simplemente necesitamos que cada ciudadano, tome conciencia de los efectos que dejan sus actitudes.

El ser humano no fue creado para ser prisionero del trabajo, de la moda, de la comodidad, de las cosas materiales, sino más bien todas estas cosas fueron hechas para que el hombre las usara de forma ordenada de acuerdo a su fin. Sin embargo irónicamente podemos advertir que el fin del hombre es acumular bienes y riquezas o trascender ante los demás. ¿Cuánto más tendremos que esperar para que la familia y la educación reciban el lugar que deben tener en el desarrollo moral de nuestra sociedad?

Démosle la importancia positiva a los valores morales, ya que estos muestran la esencia de cada ser humano, hagamos lo posible por ir transformándolos y enriqueciéndolos, utilizando la cultura, la civilización y la tecnología.

Al poner en práctica los valores adquiridos durante nuestra formación, podemos advertir que cada persona posee una diversidad de ellos así como distintos puntos de vista sobre la realidad. Al diferir los valores de una a los de otra, surgen fricciones que pueden convertirse en problemas de índole tanto social como ética, repercutiendo en los diferentes ámbitos de la sociedad: económico, político, social y cultural.

El tema de los valores es de vital importancia, ya que es algo que está siempre dentro de nosotros mismos y determina en gran medida nuestra forma de ser y de conducirnos.

Claramente se advierte que vivimos en una sociedad que se enfrenta a una crisis de valores, una sociedad donde lo más importante es tener y donde se promueven las necesidades del consumismo, dejando a un lado el valor del ser.

Conformándose únicamente con tener garantizada la supervivencia y la seguridad, pero ¿dónde quedan los valores?

Resulta importante decir que la visión que cada ser humano se forma de la realidad inicia en la infancia y está influenciada por factores físicos, así que va cambiando. La visión de cada persona es única; sin embargo, los orígenes de esa perspectiva son los mismos, está integrada por los componentes: yo, los demás, la vida, el mundo físico y no debemos olvidar a alguien que es el más importante en nuestras vidas Dios.

A través del tiempo, la persona se cuestiona sobre esta visión acerca de valores, y podemos advertir que aunque ésta sea negativa, muchas veces la persona decide no cambiarla, porque es un mecanismo de seguridad. Y es precisamente esto lo que está pasándonos en nuestros días, sabemos que estamos mal y que nos enfrentamos a una época en la que se ponderan cosas que en realidad no son importantes, pero cambiar este paradigma de la realidad y nuestra escala de valores implicaría un enorme riesgo.

Autores como Erich Fromm señalan la gravedad de la crisis de identidad que existe en la sociedad moderna, la cual está orientada al tener, es decir, interesada en las cosas más que en las personas. Fromm señala que la modernidad, considerada a partir de la época industrial, propagó la “producción ilimitada, libertad absoluta y felicidad sin restricciones”; sin embargo, estos enferman al individuo y a la sociedad, lo cual puede visualizarse en el individualismo y el consumismo.

Cada vez es más notable la tendencia general de la sociedad hacia el consumismo, las personas valen de acuerdo con lo que tienen sin importar cómo lo hayan conseguido. Es muy claro que vivimos en una sociedad demasiado egoísta y no nos damos cuenta o, más bien, no queremos darnos cuenta de la cantidad de personas que viven en extrema pobreza en nuestro país y en muchos otros lugares del mundo, tampoco de la falta de solidaridad y de justicia social entre los seres humanos. Esto a la vez fomenta el individualismo, ya que cada persona se preocupa sólo por sí mismo y por tener cada vez más que los demás.

Otro aspecto importante dentro de esta crisis de valores es el predominio de la actividad cerebral y el poco desarrollo de las emociones; lo cual se fomenta día con día por la enorme cantidad de información con la que se cuenta hoy a través de los medios de comunicación, la tecnología e Internet. No quiere decir con esto que la información sea algo negativo, como tampoco lo son los avances tecnológicos; pero creo que muchas veces no nos tomamos el tiempo necesario para reflexionar acerca de todo lo que vemos y escuchamos cada día, pues la cantidad de datos a la que estamos expuestos es demasiado grande y el ritmo de vida sobre todo de las grandes ciudades es muy cambiante y demandante. Sin embargo como mencionaba con antelación debemos hacer buen uso de estos y utilizarlos positivamente.

La crisis de valores que vivimos en nuestros días se manifiesta en todos los aspectos de la vida humana: en el modo de hablar, de relacionarse con los demás, en la forma en que se quiere acumular todo, ya sean cosas materiales, información o hasta gente, y también en el ambiente laboral. Sin embargo, podemos advertir que el ser humano entre más tiene, más vacío se siente, ya que el consumismo exagerado lo aleja de los valores y principios que son la base de su existencia.

Asimismo, las relaciones interpersonales con los compañeros de trabaos son por lo general superficiales, es decir, no implican ningún tipo de compromiso. Esto no significa que tengamos que tener relaciones significativas con todas aquellas personas con las que convivimos en el ámbito laboral, pero si es necesario comprender que por muy individualista que una persona pueda llegar a ser, para lograr auto realizarse es imprescindible la forma en que se relaciona con los demás.

Los valores de cada persona son diferentes entre sí, resultando un tanto difícil la relación con los demás, lo que causa el problema social, ya que al faltar valores en los seres humanos, cada vez nos es más difícil relacionarnos con otras personas, siendo que la relación con los demás es lo que le da sentido a la vida de las personas.

Los valores no sólo son una cuestión personal, sino que repercuten en todos los ámbitos de la sociedad.

Siendo esta la razón por la que una crisis de valores a nivel personal se refleja en la sociedad en su conjunto y se transforma en un problema social, del cual se deriva una serie de acciones y conductas poco favorables que vemos día a día en nuestro entorno.

Desde mi punto de vista, la problemática que ha originado esta crisis de valores tiene su origen en la infancia, ya que es en esta etapa cuando se forjan muchos de los valores que dirigirán la vida de una persona, y es por esto que resulta de vital importancia que los niños reciban en sus familias y en las escuelas una educación integral, centrada en la persona como ser único. De esta manera, al pasar los años y convertirse en adultas, esas personas serán capaces de desarrollar un pensamiento ético y tendrán una visión diferente de la vida misma, de esta manera podrá comenzarse a darse un cambio importante tanto en nuestro país como a nivel global.

Por querer alcanzar el éxito no perdamos la excelencia en nuestro ser, es momento de cambiar esta crisis de valores por una actitud positiva frente al sentido de nuestras vidas.

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