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Ciclo De La Vida Familiar


Enviado por   •  25 de Febrero de 2014  •  2.767 Palabras (12 Páginas)  •  225 Visitas

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Antecedentes generales; familia y ciclo de vida

Una cantidad significativa de literatura ha abordado en los últimos años, la relación

virtuosa o viciosa, entre género, desarrollo y superación de la pobreza.1 Al respecto, y

aunque con encuentros y desencuentros, se ha sindicado la familia, como un espacio

privilegiado para llevar a cabo programas específicos; así, expresaba al respecto una

investigadora:

"La familia, en tanto instancia de mediación, entre el individuo y la sociedad y

como nexo entre cambios macroeconómicos y microeconómicos, es considerada cada

vez más, como el espacio privilegiado para la acción de las políticas públicas y aquel

en que ellas pueden tener mayor impacto. La familia es el ámbito social en que los

individuos toman, de una manera u otra, importantes decisiones sobre su vida, su

trabajo y otras acciones que inciden en su bienestar. Desde la perspectiva del Estado, la

familia es una institución mediadora en las iniciativas vinculadas con la promoción de

la equidad, con la garantía de los derechos humanos básicos y con la integración de los

individuos en redes sociales y comunitarias"2

Estos planteamientos sirvieron de fundamento al Sistema Chile Solidario,

argumentándose que al visualizar a “la familia” como sujeto potencial de las políticas

sociales para quienes se encontraban en situación de deprivación, sería posible lograr la

integralidad sistémica de la intervención.(MIDEPLAN, 1999). Recordábamos al respecto,

lo expresado por Arriagada:

"El estudio de la familia como sistema, es ineludible, si se desea que las políticas

sociales efectivamente lleguen a quienes las necesitan, y para que estas sean eficaces, el

análisis debe considerar las formas de relaciones dentro del hogar, entre parientes de

diversa edad y sexo, así como los posibles efectos de las políticas en unos y otros"3

Otro tanto, era lo que aconsejaba Ramos (1998) quien al referirse a la familia popular,

en nuestro país, aconsejaba también una atención sistémica.

En la misma línea, aunque con una postura crítica hacia lo que CEPAL ha

denominado, “una historia de desencuentros”, un grupo de especialistas teorizaron hace

unos meses, sobre las potencialidades de la familia como instancia de articulación de

actores públicos y privados en materia de políticas públicas para la superación de la

pobreza. Así, se abogó por un enfoque de género en las políticas orientadas a las familias,

así como, por la adecuada articulación del trabajo dentro y fuera del hogar, a fin de lograr

en ese espacio, el ansiado equilibrio entre hombres y mujeres.4

Al interior de este marco de referencia, la hipótesis es que la variable género es

clave, toda vez que como se ha expresado, el hombre, la mujer o su sustitutos en los roles

parentales en el ámbito familiar, son agentes socializadores y transmisores de modelos de

conducta, facilitadores y/o obstaculizadores para romper barreras en el ámbito privado en

tareas de desarrollo. Es en esta línea, que se asegura que los datos más significativos en

cuanto a la relación entre género y pobreza, se dan justamente “dentro del hogar”. Así,

diversos estudios establecen que si bien es cierto las desigualdades se relacionan con edad,

ciclo de vida, orden de nacimiento y relación con el jefe o jefa de hogar, los factores de más

peso, son los relacionados con el género; de allí que, es necesario abordar la experiencia de

la pobreza de la mujer y del hombre, dentro del mismo hogar.5 Fue así como, los hogares

encabezados por mujeres se convirtieron en una de las temáticas más importantes en la

discusión sobre género y pobreza en las entidades internacionales, lo que comparativamente

en relación a otras regiones del planeta, cobró mayor relevancia en América Latina,

teorizándose sobre lo que se denominó, la “feminización de la pobreza”6

Por otra parte, sobre la necesaria incorporación de la mujer al mundo público, nos

recuerda Larrañaga (2007), que la estructura de los hogares, también incide en la

distribución del ingreso, toda vez que la existencia de núcleos secundarios, reduce la

desigualdad. Así también, la participación laboral directa, contribuye con el logro de laigualdad, ya que de acuerdo con información reciente, casi el 70% de los hogares del

quinto quintil, cuentan con dos o más personas incorporadas al mundo del trabajo, lo que

ocurre solo en un tercio del primer quintil. Esta constatación, aboga por la necesaria

participación de la mujer en la producción, ya que si bien es cierto, las tasas han aumentado

considerablemente, estas son aún muy reducidas si se les contextualiza a nivel regional

latinoamericano.

Desde hace algunas décadas, se ha estado acuñando en el ámbito de las ciencias

sociales, la concepción del “ciclo vital de la familia”. Así se postula, que la familia es un

sistema

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