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Ciencias agogicas


Enviado por   •  9 de Febrero de 2022  •  Informes  •  12.358 Palabras (50 Páginas)  •  114 Visitas

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  1. LAS CIENCIAS AGÓGICAS
  2. PEDAGOGÍA, ANDRAGOGÍA, PAIDOGOGÍA, ANTROPAGOGÍA, HEBEGOGÍA, GERONTOGOGÍA, HEUTAGOGÍA, INFOPEDAGOGÍA, ETC.
  3. DOCUMENTO COMPILACIÓN DE LECTURA
  4. I SEMESTRE
  5. PROFESOR
  6. JORGE ENRIQUE BASTO
  7. UNIVERSIDAD DE LA AMAZONIA
  8. FACULTAD CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
  9. PROGRAMA DE LITERATURA Y LENGUA CASTELLANA  
  10. FLORENCIA CAQUETÁ

A manera de prolegómenos para iniciar este documento de lectura, comparto con ustedes esta creación literaria que construí en una madrugada de inspiración donde las musas literarias y poéticas, querían que el espectro de la pandemia, tuviera un espacio escritural para la reflexión del lector.

A continuación, en este espacio escritural –de las ciencias agógicas- la concepción del texto narrativo o texto literario

EN EL ÚLTIMO INSTANTE DEL DÍA

Don Carlos que nunca había pensado en ser vendedor, se había propuesto ese día y dadas las circunstancias y condicionamientos que imponía la pandemia del Covid19, vender por lo menos, diez suscripciones del periódico físico y virtual llamado El Cronológico para ganarse, según sus precarios cálculos matemáticos, veinticinco mil pesos.

 Él salió esa mañana con la firme convicción de ganarse veinticinco mil pesos si lograba inscribir a diez potenciales compradores del periódico El Cronológico porque según le había dicho el director, le pagarían el 25% de la venta de las suscripciones. Que más daba; ese día completaba dos semanas de confinamiento o cuarentena que le habían impuesto las autoridades locales; y él no tenía más recursos económicos para la compra de los alimentos que requería su familia. Preocupado una vez más por otra pausa laboral que se había anunciado desde las autoridades locales y como cumplimiento de la normatividad que desde el gobierno central se había decretado desde el lunes 24 de marzo del 2020; don Carlos se sintió obligado a enfrentar nuevamente la situación que se le presentaba con la presencia y continuidad de la pandemia del Covid19, peste que azotaba de forma inmisericorde al mundo entero.

En el trayecto y recorrido silencioso que hacía desde las oficinas centrales del periódico hacia los barrios periféricos de la ciudad donde pretendía vender las suscripciones, don Carlos recordaba sus viejos aprendizajes de las mitología griega y consideró que debía tener unos buenos argumentos  y conocimientos para convencer a los posibles compradores y pensó que debía empezar por explicar el significado del nombre del periódico, que se llamaba El Cronológico. Fue así como buscó e ideó una forma para afianzar, convencer y argumentar la venta de las suscripciones a sus potenciales compradores.

Debía empezar por hablarles y explicarles desde el origen y significado del nombre del periódico.

Él recordaba –como buen lector que era- que en la mitología griega, Cronos, etimológicamente significaba tiempo -de ahí cronómetro, cronograma, cronografía… y por lo tanto era el dios del tiempo. De igual forma recordó que Cronos permaneció como el dios antiguo e incorpóreo del tiempo que asediaba el universo, conduciendo la rotación de los cielos y el eterno paso del tiempo. Y también recordaba que en la mitología de los romanos, ellos adoptaron al dios Cronos con el nombre del dios Saturno, y equivalía al dios del tiempo en su mitología.

Don Carlos anduvo recorriendo toda la mañana los primeros barrios del sur de la ciudad y no tuvo la suerte que esperaba. Llegó el medio día y no dejaba de pensar en su familia; -su esposa Rosario, y sus hijos Manuel y Sofía-. Don Carlos comenzó a desesperarse porque no encontraba cómo ganarse algún dinero y así remediar en algo, la compra de los alimentos que debía llevar a casa por lo menos para esa semana.

Convencido que vendería las suscripciones en lo que faltaba del día -la jornada de la tarde-, don Carlos se sentó cerca a la caseta de una esquina esperando que transcurriera  el lapso de la dos horas, -tiempo que sabía, era el que utilizaban las familias para almorzar- y desde la corta distancia veía y escuchaba las estadísticas de los contagiados, los recuperados y los muertos por el Covid19 que ya se contaban por miles en el mundo y que a esa hora mostraban los noticieros televisivos después de un semestre de  haberse propagado la pandemia. Igual, pensó: “esta noche veré y escucharé más atentamente los resultados e igualmente las estadísticas; porque el presidente de la República todos los días de lunes a viernes, siempre nos los presentaba e informaba”.

No almorzó por supuesto, pero desesperado no sintió hambre pensando en su familia. Recordaba que cuando era chico y no tenía plata para el almuerzo, un amigo le decía: “Hagámosle huelga al hambre”.

Así lo hizo por una vez más y se paró del asiento donde estaba sentado (que por cierto eran unos pedazos de adoquines de una casa que estaban remodelando) y salió dispuesto y convencido que con los argumentos aprendidos seguramente vendería las diez suscripciones.

Esta vez se fue pensando que tenía que buscar a los potenciales compradores en barrios donde vivieran personas con algún nivel cultural, y quizá con un mejor nivel social y económico y que se evidenciaran algún nexo con las nuevas tecnologías de la comunicación y la información, también presumir que tendrían gusto y algún hábito por la lectura, o quizá que escucharan los noticieros radiales o vieran los medios televisivos. Asimismo que se evidenciaran instalaciones de redes telefónicas y de internet donde les llegara la señal y de esta forma se interesaran de alguna forma para adquirir la compra de las suscripciones.  

Recorriendo las calles observó el comercio de los barrios que estaba visitando en las primeras horas de la tarde y después de un tiempo no encontraba comprador alguno para la venta de las suscripciones del Cronológico; su desespero aumentaba y su angustia de llegar a casa sin ningún dinero para su familia le hizo pensar hasta cometer algún delito. Pero se autorrespondió rotundamente con un NO. Tengo que lograrlo se dijo. Siguió con su ofrecimiento llegando a recorrer casi todos los barrios que había proyectado visitar ese día y aún la venta no llegaba.

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