Claudia Romero
Enviado por Barbii94 • 28 de Abril de 2014 • 1.068 Palabras (5 Páginas) • 243 Visitas
Capítulo 1.
La gestión escolar es agente y factor de mejora.
Aquellas escuelas que tienen buen rendimiento, la figura y la presencia del director resultan muy importantes.
Gestión como práctica profesional asociada a la mejora escolar identificando prácticas y escenarios propicios para la ardua tarea de gestionar una institución educativa.
La función de la gestión escolar estuvo unida a la idea de control y administración.
Gestionar “definir objetivos y medir resultados”, “administrar recursos”, “buscar la eficiencia”.
La gestión escolar es un asunto técnico y administrativo que requiere de ciertos procedimientos que pueden ser aplicados.
Gestionar implica vérselas con el poder, el conflicto, la complejidad, las resistencias, las negociaciones y la incertidumbre.
La gestión organiza el marco para el quehacer escolar y se visualiza en los modos de decidir las cosas.
La gestión escolar como gesta es una invitación a fecundar con nuevos sentidos una práctica tan antigua como es hacer escuela y hacerlo, no in vitro en asépticos laboratorios, sino in situ en el seno mismo de la escuela.
Más que hacer proyectos en la escuela, se trata de hacer de la escuela un proyecto
Los problemas más importantes de nuestro sistema educativo son la desigualdad y la falta de calidad.
La gestión educativa enfrenta dos desafíos fundamentales: el desafío de la democratización y el de la transformación.
El desafío de la democratización es el desafío de incluir la diferencia para excluir la desigualdad.
El desafío de la transformación supone operar en las profundidades, transformando los sentidos y las practicas más arraigadas.
Se requiere un saber hacer, un poder hacer y un querer hacer.
La transformación no se produce desde la nada, sino que implica preguntarse que se requiere cambiar y porqué, y que se requiere conservar y porque.
Los resultados de los alumnos están principalmente determinados por su entorno familiar, los demás factores son secundarios e, incluso, irrelevantes.
Existen pocos indicadores de que las reformas educativas, como los programas de educación compensatoria, puedan modificar significativamente la desigualdad cognitiva.
El movimiento de las escuelas eficaces se ha preocupado por identificar y analizar las características de las escuelas con buen rendimiento, aun en contextos desfavorables.
Marca la importancia de tener en cuenta el valor añadido que corresponde a la escuela.
Se refieren a una serie de factores asociados a la eficacia que se encuentra bajo el control de la escuela y que pueden ser modificados por directivos y docentes.
Todos los alumnos pueden aprender en condiciones adecuadas.
La escuela es responsable del aprendizaje de los alumnos, lo cual incremente el valor de la dimensión escolar del cambio.
La calidad es equidad y solo puede ser juzgada por referencias a los resultados alcanzados por los alumnos.
La escuela es una comunidad y se destaca la importancia que reviste el trabajo conjunto, la consistencia estructural y cultural, y la visión compartida dentro de la escuela como elementos que cohesionan los factores de eficacia.
Interés a conocer el cómo se realiza la mejora, que condiciones o capacidades debe poder desarrollar una escuela para mejorar.
La síntesis entre ambos movimientos ha potenciado el campo tras unir teoría y práctica el que y el cómo mejorar.
Pretende conocer cómo puede una escuela llevar a cabo procesos de cambio satisfactorios que incremente el desarrollo de todos los alumnos.
Optimización de procesos de enseñanza y aprendizaje y de las estructuras organizativas escolares, y como aplicar ese conocimiento a un mejora real de la escuela.
Primer elemento, los objetivos, el proceso de cambio definido por este movimiento está dirigido al logro de objetivos de eficacia vinculados principalmente con los resultados y con el desarrollo en sentido amplio
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