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Competencias personales del docente

blanquishdez1 de Octubre de 2011

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Competencias Personales Del Docente

Se considera que para ser un buen profesional se requiere tener unas cualidades mínimas como persona, sobre todo cuando se refiere a una profesión tan importante como lo es ser docente, los alumnos desean un docente con características personales Garza considera que existen algunos factores de los cuales, según él, depende su calidad personal entre ellos:

 Autoestima.

 Ética (personal y profesional).

 Entusiasmo.

 Metas Claras.

 Tenacidad.

En la tarea de realizarse como persona es necesario buscar las experiencias que invitan a crecer (aceptación, confianza, autoestima, retos) y evitar lo que limita el crecimiento (ignorancia, egoísmo, indecisión).

De nada sirve adquirir nuevos y excelentes conocimientos, doctorarse o lograr esa meta deseada en las mejoras académicas (hacer) sino reconstruirse como persona buscando a través de ella crecer, ser, actuar, y convivir cada día mejor. Al construirse en este sentido es llegar a ser la persona que la educación y la sociedad requiere

Bajo esta óptica, Rugarcía (2001), toma como punto de inflexión la misión del docente, la cual debe promover en el participante la captación de conceptos sobre la profesión y la cultura, a la par del desarrollo de habilidades y el reforzamiento de determinadas actitudes que lo impulsen a ejercer su vocación profesional y humana de cierta manera. Por ello, quien ejecute la labor docente, debe tener como centro el crecimiento del estudiante, no sólo en el tema que se imparte, sino en su desarrollo como individuo.

El educador en su quehacer diario, tiene el deber de estimular, configurar, ser modelo a imitar pues de acuerdo a lo expresado por El Libertador Simón Bolívar: “...El maestro debe ser un hombre distinguido por su educación, por la pureza de sus costumbres, por la naturalidad de sus modales, jovial, accesible, franco, en fin en quien se encuentre mucho que imitar y poco que corregir” Estos criterios formarán parte de su pensamiento educativo y ratificará en diversas circunstancias la necesidad de que los educadores den más importancia a la formación que a la instrucción, destaca Ramos (2000).

Necesitamos ser docentes que, antes que otra cosa, seamos educadores señala Pérez. Educar es alumbrar personas autónomas, libres y solidarias, dar mano, ofrecer los propios ojos para que otros puedan mirar la realidad sin miedo. El quehacer del educador es misión y no simplemente profesión. Implica no sólo dedicar horas sino dedicar alma. Exige no sólo ocupación, sino vocación.

El éxito profesional depende de la actitud individual Cruz (2002) y así expone: “...las razones por las que un profesional triunfa, tienen que ver en un 15 por ciento con sus conocimientos y en un 85 por ciento con su actitud, entusiasmo y niveles de motivación,” De estas afirmaciones se deriva que los resultados de la vida personal y profesional de cada individuo son la consecuencia lógica de las conductas que asume frente a las diversas situaciones y del trabajo que emprende diariamente.

Martínez (1998 ), quien sugiere que un profesional de la educación debe orientarse a la búsqueda de procesos más participativos, dinamizando las actividades, visualizando nuevas formas de medir los logros académicos, dando cabida a situaciones que se orienten a la valoración del participante, que además de activar el aprendizaje permitirá el dominio de la información y una actitud crítica y creativa.

La legitimación de cualquier profesión se apoya en la construcción de una imagen que otorgue sentido social que la justifique y le ceda una línea de conducta a través de la cual desarrolle su actividad específica.

Esto conlleva a pensar en un docente equilibrado, que podrá ajustarse a las innovaciones y modificaciones que brotan de la propia dinámica educativa. Un docente participativo, que refleja su labor en acciones que promueven cambios positivos y significativos, es un docente con alta autoestima. Este docente proyectará confianza, y propiciará la creatividad de los participantes.

La autoimagen está en el plano concordante con la autoestima y la autopercepción, que a su vez son los elementos enlazantes con el desempeño del docente y energía que éste le imprime a su trabajo y la orientación que le dé.

Salmo de Bustamante (1994), destaca la importancia de valorar el desempeño de los docentes atendiendo a las exigencias y fines que tienen las organizaciones modernas, los cuales convergen en tres elementos: conducta, logros y fallas observadas.

Debe recordarse que las ideas innovadoras tienen un gran adversario: la tradición. El temor al cambio hace que muchas ideas sucumban antes de ser siquiera consideradas. De alguna manera debe tratarse de establecer un ambiente de trabajo que permita a todo aquel que pueda, pensar en mejores formas de hacer las cosas y expresar sus ideas sin temor a no ser comprendido. Allí toma vigencia la figura del docente creativo.

La innovación y la creatividad son claves dentro de la gestión de calidad educativa en tanto que permite evolucionar a los sistemas, hacia niveles de mayor eficiencia y competitividad.

La experiencia que posea un docente, su vocación de servicio, su competencia en el ámbito mundial, nacional y regional, su compromiso con la educación, la universidad y el entorno, su condición de promotor de valores, su responsabilidad, su capacidad de liderazgo, su condición humanista, su honradez e integridad, su ejemplo y respeto hacia los participantes, queda englobado en los atributos que Carrillo (1999) ha denominado: Los diez hábitos de los profesores altamente efectivos.

Consideración sólo algunas de las competencias personales del docente, se pueden señalar que la capacidad de adaptación, la autogestión, el autocontrol, la autodisciplina, la tenacidad, la responsabilidad, la perseverancia, la iniciativa, la autoestima, la seguridad, la aceptación, la confianza en sí mismo, la resistencia, el compañerismo, la amistad, la facilidad interpersonal, el crear confianza, ser mediador en los conflictos, la tolerancia, el sentido del humor, el respeto, la apertura, libertad, la solidaridad.

Para Rogers (ya citado), los principios básicos de la enseñanza y del aprendizaje giran en torno al hombre y sus circunstancias, su desarrollo personal la búsqueda del sentido de la existencia y la puesta en práctica de los valores humanos éstos son:

 Confianza en las potencialidades del ser humano.

 La pertinencia del asunto es una condición para poder aprender algo.

 El aprendizaje participativo es más eficaz que el pasivo.

 El aprendizaje es más imperecedero y profundo cuando más incluye la totalidad de la persona,

 El autoaprendizaje debe ir acompañado de autoevaluación y autocrítica.

 En el mundo actual, el aprendizaje social más útil es el aprendizaje del proceso de aprender, que representa una actitud de apertura hacia las experiencias y de incorporación al sí mismo en el proceso de cambio.

El facilitador deber tener una actitud diferente al maestro tradicional a este respecto él debe presentarse de la siguiente manera: Auténtico, directo.

Considerado, apreciativo, tolerante y confiado respeto del estudiante, de toda su persona, sus opiniones sentimientos etc. Hábil para liberar la motivación natural intrínseca del educando. Empático, percibiendo desde adentro las reacciones del estudiante, cuando tiene una valoración sensible de cómo se presenta el proceso de aprendizaje al alumno. Comprometido, organizado, deberá suministrar recursos de tres tipos: clima general favorable, utilización de experiencias de grupo como recurso para la educación y el aprendizaje y los materiales didácticos. Imparcial, íntegro, no facilitará más libertad que aquella con la que se siente auténtico y comprometido.

Las llamadas competencias genéricas son: técnicas: relacionadas con las especializaciones profesionales y de habilitación laboral, las pedagógicas: relacionadas con el proceso de enseñanza aprendizaje, las de gestión: relacionadas con la capacidad de elegir, usar, organizar eficientemente el conjunto de recursos institucionales (humanos, financieros, organizacionales, de entorno ), de transferencia e innovación: relacionadas con la capacidad de motivar, promover y de plegar la creatividad y el espíritu emprendedor, innovador y productivo. Y Transversales vitales personales: (o interpersonales) actitudes y aptitudes que inciden en la esencia del ser humano, en la esencia de su desarrollo y forma un perfil paradigmático nuevo.

Los contenidos de los diseños curriculares contribuyen a la formación de competencias académicas, ya que a través de ellas, los niños y jóvenes aprenden a “...ser persona y sujeto social, saber respetar y valorar el orden constitucional y la vida democrática, saber defender los derechos humanos y conservar el medio ambiente, saber razonar y actuar moralmente”.

La tarea esencial del docente no es cumplir con el currículo, sino el dinamizar el desarrollo de la persona para el buen ejercicio de la conciencia, responsabilidad, sentimiento de justicia de solidaridad, de amor, respeto, se debe a sumir la responsabilidad de atender la formación de los valores universales y nacionales como libertad, justicia, paz, verdad, honestidad entre otras que facilitarán el desarrollo humano del estudiante.

Al resumir lo tratado se puede indicar

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