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Conceptualizacion

drakomace4 de Septiembre de 2013

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LA CONCEPTUALIZACIÓN DEL PROYECTO DE ARQUITECTURA, UN EJERCICIO

DE REFLEXIÓN Y SISTEMATIZACIÓN

Silvia Cruz Baranda∗

RESUMEN

La presente ponencia pretende conceptualizar sobre la conceptualización de los

proyectos de arquitectura. No es un juego de palabras, es la pretensión de poner en

orden algunas ideas acerca de la importancia que tiene para los arquitectos el dominio

de aspectos lógicos y metodológicos que favorecen la riqueza intelectual del proyecto.

Se relacionan los procesos de construcción de conceptos y argumentos con la

sistematización como complejo proceso cognitivo que confiere a la actividad racional

posibilidades para explicar, fundamentar, enjuiciar y valorar críticamente las soluciones

de un proyecto.

INTRODUCCIÓN

En los últimos tiempos se ha hecho muy frecuente entre estudiantes y profesionales de

la arquitectura el término conceptualizar. En principio, esto resulta congruente con el

alto contenido cultural del fenómeno arquitectónico, síntesis integradora de factores

económicos, políticos, históricos, tecnológicos, artísticos, entre otros. Lo que no es

suficientemente convincente que la conceptualización se reitere como mecanismo de

imitación o repetición trivial, carente de los procesos reflexivos y críticos que

acompañan a toda creación intelectual, que debe ser resultado de la asociación de

elementos vivenciales, experiencias, conocimientos, análisis, valoraciones, juicios

críticos y todo lo que en el plano cognitivo debe caracterizar un proceso de amplia

significación teórica, donde lo lógico y lo imaginativo deben armonizar en justo

equilibrio.

Sin dedicarme en lo personal a la actividad del proyecto, hay inquietudes que como

docente de la carrera he ido acumulando y pretendo compartir, buscando desde la

propia epistemología de la arquitectura y las bases dialéctico - materialistas del

conocimiento, la explicación a este interesante proceso de construcción de conceptos y

argumentos en torno a la obra arquitectónica y urbana.

¿QUÉ ES CONCEPTUALIZAR?

Todas las creaciones intelectuales pasan por un proceso de elaboración reflexiva que

responde a la necesidad de explicar las razones que motivan una decisión, una

solución o un criterio y que se da a través de procesos mentales que van configurando

dichas razones en relación con los presupuestos teóricos que maneja el autor, para

luego hacerlas explícitas, socializarlas en entornos comunicativos, según la naturaleza

de la actividad de la que se trate.

Detrás de esos procesos de creación de soluciones artísticas, científicas o tecnológicas,

están los conceptos. Los conceptos son constructos que permiten definir objetos o

fenómenos de la sociedad, la naturaleza y el pensamiento, los que coherentemente

articulados dan lugar a las ideas como expresión de relaciones teóricas, prácticas,

metodológicas o simbólicas.

“El concepto no es el punto de partida del conocimiento, sino su resultado. (…) el

materialismo dialéctico considera que el concepto es una forma peculiar de reflejo de

los objetos, de las cosas del mundo material y de las leyes de su movimiento. Los

conceptos son objetivos por su contenido. Incluso los conceptos más abstractos tienen

sus analogías, sus prototipos en el mundo objetivo. En el concepto se refleja el

contenido encerrado en las cosas.”1

En los procesos intelectuales, la actividad humana se vale de los conceptos para

sintetizar cualidades esenciales de los objetos de estudio, de ahí que permiten

caracterizar el mundo objetivo a través de las representaciones que los seres humanos

hacen de él. “La dialéctica formula las tesis metodológicas fundamentales que

determinan el proceso de formación y desarrollo de los conceptos. Establece en primer

lugar que la causa objetiva de la formación y el desarrollo de los conceptos es el mundo

real y su base material, la práctica histórico – social de los hombres”.2

El punto de partida de los conceptos es la contemplación viva, es decir, las

sensaciones, las percepciones y las representaciones. Pero ellos se completan a través

del conocimiento que se tiene o que se va adquiriendo sobre el objeto de estudio.

Por eso se puede afirmar que los conceptos tienen una base empírica ya que

generalizan los datos de la experiencia “sin la acumulación de un determinado material

empírico es imposible formar un solo concepto (…)”3. Pero también implica un

importante contenido de actividad mental, de abstracciones, lo cual posibilita que

encierre ese aspecto cualitativo de la realidad objetiva con posibilidad de hacer

generalizaciones. “El concepto no es una simple agrupación, un crecimiento

cuantitativo, la repetición y la multiplicación de los datos sensoriales, sino el desarrollo

ulterior de los datos sensoriales, en el que se incluye el tránsito a una nueva cualidad”4.

De manera que conceptualizar es un proceso de construcción de ideas sobre la base

de experiencias y vivencias, que a través de procesos lógicos, se van configurando en

definiciones precisas de cualidades esenciales de los objetos y fenómenos de la

realidad objetiva.

Fig. 1: Relaciones que dan lugar a los conceptos

Cuando los autores de una obra o realización (artística, científica o tecnológica)

manejan un mayor marco conceptual, tienen en consecuencia, mejores condiciones

para explicar, fundamentar, posibilitar una mejor interpretación de sus resultados, en fin,

de conceptualizar y brindar argumentos. (Fig. 1)

LA CONCEPTUALIZACIÓN COMO PARTE INTRÍNSECA DE LA ARGUMENTACIÓN

Y LA SISTEMATIZACIÓN

El acto de conceptualizar está estrechamente vinculado a la necesidad de los sujetos

de expresar sus ideas, de hacerse entender por sus semejantes en torno a

producciones de valor intelectual. Por eso los conceptos permiten elaborar ideas

convenientemente asociadas y fundamentadas a través de argumentos, para

desarrollar el acto comunicativo en torno a la creación de una obra que se quiere

explicar. De ahí que la asociación de conceptos e ideas permiten explicar los juicios y

los puntos de vista que defienden los sujetos en los procesos de creación a través de la

argumentación. Los argumentos acerca de la creación intelectual aparecen cuando se

ha alcanzado un determinado nivel de madurez en torno al dominio del objeto de

estudio.

Vale la pena entonces que se distingan dos formas de interacción comunicativa que

muchas veces se usan indistintamente: la exposición y la argumentación.

“La exposición es el equivalente abstracto de la descripción”5 y la descripción es “la

forma acumulativa de representación de lo individual concreto”6

Es decir, que a través de la exposición, los sujetos comunican enunciados descriptivos

que no contienen las interpretaciones del contenido, no dan prioridad a ninguna idea ni

las utilizan para producir otras nuevas, sino que las utilizan todas en el mismo plano de

igualdad. Lo que equivale a afirmar que las exposiciones no ofrecen fundamento

suficiente a su contenido.

A diferencia de las exposiciones o descripciones, la argumentación es el “mecanismo

que relaciona los datos concretos con las abstracciones y generalizaciones”7

La argumentación es un “modo de razonamiento que comprende la demostración y la

refutación (…) En el proceso de argumentación, desarrollar convicciones en el

interlocutor o el auditorio a menudo significa hacerlo cambiar de opinión. (…) La

comunicación intelectual es imposible sin la argumentación de los enunciados. La

argumentación es un instrumento imprescindible para el conocimiento humano de la

verdad.”8

De ahí que el manejo de argumentos es lo que permite que la conceptualización

implique el razonamiento, la reflexión, la combinación armónica de referentes teóricos y

vivenciales, que permiten elaborar ideas consistentes. (Fig. 2)

Fig. 2: Relaciones que dan lugar a los argumentos

En la argumentación se maneja la información de determinadas proposiciones en forma

de premisas. Las premisas constituyen las bases a través de las cuales los sujetos

explican sus ideas, sus elaboraciones y vencen las posibles resistencias que genera la

asimilación de las nuevas ideas. En la medida que se pretenda que las ideas que

fundamentan una creación se comprendan e interpreten, habrá que recurrir al lenguaje

argumentativo, combinando las premisas que sustentan las afirmaciones.

Existen dos tipos de premisa. Una de carácter general que se asocia a un saber

compartido, también llamada premisa mayor y que “no es motivo de controversia ni

duda (…) las argumentaciones que se basan en una premisa mayor discutible son ya

formalmente defectuosas.”9 La premisa mayor se basa en estudios precedentes,

...

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