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Constituyente O No


Enviado por   •  28 de Mayo de 2014  •  2.597 Palabras (11 Páginas)  •  242 Visitas

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Caracas, 02 Abr. ABN.- La periodista Hindú Anderi consideró que es necesario realizar una constituyente del gremio periodístico, a fin de que se ejerza la carrera de manera ética.

La aseveración la hizo este jueves durante el programa Despertó Venezuela, transmitido por Venezolana de Televisión (VTV), donde enfatizó que además del periodismo, se debe hacer una constituyente en el ámbito gremial, es decir, en todas las profesiones.

“Es necesario hacer una constituyente que abarque todos los gremios, empezando por los médicos, los periodistas, los abogados, los economistas, todo el mundo tiene que someterse a una. Desafortunadamente cuando el presidente Chávez convocó en 1999 a una constituyente, no incorporó a los gremios, pero había que incorporar a los colegios, porque hay que reinventar lo que nosotros estamos haciendo al calor de los derechos humanos, civiles y del colectivo”, expresó Anderi.

A su juicio, actualmente el país está en medio de una guerra de cuarta generación, pues los medios de comunicación, las trasnacionales de la información han sustituidos a los tanques, a los portaaviones y los mensajes que se transmiten a través de la televisión y la radio se constituyen en los misiles, en las balas, en la pólvora.

“El capital, el imperialismo y todas esas corporaciones, cuyo principal objetivo es la guerra, utiliza los medios para este propósito, entonces los periodistas, lamentablemente la mayoría de los que trabajan en los medios privados, se han convertido en una especie de mercenarios de la comunicación y eso es lo que hemos visto últimamente en Globovisión”, enfatizó.

En este sentido, lamentó el Show mediático montado recientemente por la periodista de la referida televisora, Beatriz Adrián, pues está contra de la ética del periodismo. “Me dio risa y a la vez lástima (...) Globovisión está buscando no que le revoquen la concesión, sino que lo cierren, está buscando una provocación para encender al país”, indicó Hindú Anderi.

La fuente original de este documento es:

Agencia Bolivariana de Noticias (ABN) (http://www.abn.info.ve)

El Porqué de una Asamblea Constituyente

Por Mario Casasús, Tegucigalpa

En entrevista con Clarín.cl el escritor Eduardo Bähr (1940), director de la Biblioteca Nacional de Honduras, habla de “La Cuarta Urna, como preámbulo de la Asamblea Constituyente y base para la redacción de una Constitución participativa e incluyente que diese oportunidades a una mayoritaria comunidad relegada hacia la base de la pirámide económica, social y política y con la única opción de votar a cada cuatro años por sus propios enemigos”

Eduardo Bähr es Premio Nacional de Literatura (1990), autor de: Fotografía del Peñasco (1969); El Cuento de la Guerra (1971); Mazapán (1981); El Diablillo (1991); Tegucigalpa. Paseo por la ciudad desolada (1992); Guerra a la Guerra (1995); Malamuerte (1997); Fondo de Reptiles (2002); El niño de la montaña de la Flor (2003); Mandrágora: Melodrama con Esperpento, en tres actos y epílogo (2006) y Ventanas de la Memoria (2007).

El catedrático, narrador y dramaturgo Eduardo Bähr, hace un inventario a 4 meses del golpe de Estado, desde su opción por no renunciar a la Biblioteca Nacional, como una defensa del espacio público; asimismo presenta un análisis sobre el debate previo al 28 de junio y advierte: “Haré lo que me corresponde sin interés personalista, incluso sin autoría si es necesario, tanto en el teatro como en la ensayística menos, los dioses me libren, en la poesía patriótica”, para finalizar con una remembranza de su relación con Chile, con el cineasta Raúl Ruiz y un proyecto pendiente: “En la Biblioteca Nacional de Honduras habrán de funcionar regularmente, esa es nuestra intención, las cátedras Mistral, Neruda y Martí”

MC.- ¿Cuál era el debate entre los intelectuales antes del 28 de junio?

EB.- Los intelectuales hondureños estuvieron involucrados de alguna o muchas maneras durante el llamado “decenio del terror”; el de los años 80 del siglo pasado, cuando se implementó en nuestro país la Doctrina de la Seguridad Nacional, con ayuda y asesoría norteamericana, argentina, chilena, salvadoreña e israelita, como defensa de las oligarquías contra el influjo de las revoluciones populares de otros países Centroamericanos: El Salvador, Nicaragua y Guatemala. Para el imperio la prioridad estuvo centrada en Nicaragua, puesto que sus analistas medían el peligro de cada país conforme a la eficacia de las fuerzas represivas internas, que impedirían su avance o alargarían el tiempo de sus oportunidades. En ese sentido, Nicaragua observaba una cohesión casi absoluta de las fuerzas populares en contra de la dictadura y su revolución estaba en su etapa final. El imperio utilizó a nuestro país como ‘portaviones’ de la contrarrevolución. Antes del 28 de junio el debate estaba diluido, o enclaustrado en la academia y el aula universitaria. Las fuerzas de izquierda, desmembradas y debilitadas por la caída del Muro apostaban tímidamente a la aventura electorera, sin perder su inveterada costumbre de ejercitar el pleito ideológico interno y considerar al camarada como enemigo más enemigo que el verdadero. Muchos militantes se diluyeron en la derecha socialdemócrata o la ultraderecha democristiana y otros centraron sus energías en las denuncias contra la corrupción gubernamental o la defensa de derechos humanos y ambientales. Se podría asegurar, con un poco de propiedad, que antes del 28 de junio los intelectuales hondureños estaban divididos en la obligación ético progresista de apoyar o no la confrontación anti oligárquica que el Presidente Zelaya tenía abierta en varios frentes. Con bastante reticencia algunos encontraron motivos para alejarse de esa confrontación alegando que el gobierno del Presidente Zelaya era igualmente corrupto que los anteriores (sic); mientras otros creímos que era necesario ayudar a acercar el tiempo de ajustar cuentas y, consecuentemente, apoyamos el proyecto de La Cuarta Urna, preámbulo de la Asamblea Nacional Constituyente y base para la redacción de una Constitución participativa e incluyente que diese oportunidades a una mayoritaria comunidad relegada hacia la base de la pirámide económica, social y política y con la única opción de votar a cada cuatro años por sus propios enemigos. Al mismo tiempo, las instituciones de las oligarquías: partidos políticos, comerciantes e industriales, iglesias, instancias jurídicas del estado, el ejército y una alta burguesía

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