Crecimiento Económico Mexico
rvr1989017 de Junio de 2014
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Crecimiento Económico en México
y la influencia de las desigualdades de renta y el capital
humano en el mismo.
Rodrigo Vázquez Rodríguez
Nº 104307-2
1. Introducción a la economía mexicana.
Comportamiento de la economía mexicana en los últimos años.
La conducción prudente de la política macroeconómica de los últimos
años ha favorecido el crecimiento y la estabilidad de la economía mexicana.
Ante el repentino choque de la crisis financiera internacional de 2008-2009,
México se recuperó sin que el episodio dejara secuelas permanentes.
Posteriormente, ha seguido un periodo de expansión en un ambiente interno
de estabilidad. Tras haber crecido a una tasa de 3.9% en 2011, para 2012 se
espera un crecimiento de la economía mexicana de al menos 3.5%. Este
desempeño ha ocurrido en medio de un entorno externo sumamente
adverso; producto de la peor crisis financiera internacional de los últimos 85
años, la cual tuvo como epicentro a su principal socio comercial.
El periodo se ha caracterizado por un ritmo de crecimiento
particularmente moderado en las economías industrializadas, incluyendo a
los Estados Unidos, y la prevalencia de diversos riesgos que han generado
periodos de estrés elevados en los mercados financieros internacionales, lo
que afecta negativamente la confianza de consumidores e inversionistas a
nivel mundial. Ante tales circunstancias internacionales, la evolución positiva
de la economía mexicana ha sido posible gracias a diversos factores, que
incluyen:
1) Una mejoría de la competitividad del sector externo del país
2) El fortalecimiento de la demanda interna
3) La consolidación de una plataforma que promueve y guarda la estabilidad
económica
Por su parte, el sector exportador mexicano ha mejorado su
competitividad en años recientes, aún después del impacto negativo que
implicó para el país la incorporación de China a la (OMC). Se observa un
crecimiento elevado de las exportaciones mexicanas a las principales
regiones del mundo. De hecho, la participación de las exportaciones no
petroleras de México en las importaciones de los Estados Unidos se ubica en
máximos históricos.
A su vez, durante los últimos años, tanto el consumo interno como la
inversión han mostrado un dinamismo elevado, compensando parcialmente
la desaceleración de la economía global. El dinamismo interno ha estado
sustentado por una generación vigorosa de empleos y una expansión en el
financiamiento a empresas y hogares. Así, las fuentes internas y externas
han generado un patrón de crecimiento económico balanceado para el país.
Adicionalmente, el ambiente de estabilidad interno en el que se ha dado este
crecimiento, así como la fortaleza de sus fundamentales, permiten anticipar
que en el mediano plazo se continuará observando un desempeño favorable.
En este 2013, las expectativas, tanto del sector público como del privado,
son de una tasa de crecimiento similar o superior a las de los dos años
previos.
A diferencia de lo ocurrido en diversas economías desarrolladas, hoy
México cuenta con un equilibrio fiscal, financiero y de cuentas externas. En el
ámbito fiscal, las finanzas públicas del país se caracterizan por una situación
de solidez. Los reducidos niveles de déficit público en los últimos años han
estabilizado la deuda pública en niveles moderados, generando certidumbre
sobre la sostenibilidad en el corto y largo plazos de las finanzas públicas.
Cabe destacar que tanto los niveles de déficit como de deuda son menores a
los observados en el promedio de los países con una calificación de crédito
soberano similar a la de México.
En el sector financiero, la expansión del financiamiento al sector
privado abarca tanto empresas como hogares. En el último año y medio, el
crecimiento del crédito ha sido cercano al 10% anual, sustentado por
adecuados niveles de liquidez y capitalización. Por ejemplo, el índice
promedio de capitalización del sistema bancario es cercano al doble del nivel
mínimo regulatorio, y pruebas de estrés realizadas por instituciones
domésticas, como el Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero, y
externas, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, indican
que el sistema se encuentra en condiciones para resistir adecuadamente
choques adversos significativos.
En lo concerniente a las cuentas externas del país, prevalece una
situación de orden. El déficit de la cuenta corriente es el menor registrado en
décadas y está totalmente cubierto por las entradas de inversión extranjera
directa. Además, los márgenes de liquidez externa del país se encuentran
también en máximos históricos. Esto como resultado de la acumulación de
reservas internacionales, y de la renovación de la línea de crédito flexible con
el Fondo Monetario Internacional (FMI). Ambas fuentes representan recursos
por cerca de 230 mil millones de dólares.
Otro factor importante es que el régimen de tipo de cambio flexible ha
servido como mecanismo de ajuste automático ante cambios favorables y
adversos del entorno externo.
Si bien la tendencia de crecimiento de la economía es positiva, es
importante reconocer que el actual entorno económico internacional se
caracteriza por la prevalencia de diversos riesgos que, de materializarse,
representarían impactos negativos significativos. Uno de ellos, es un
recrudecimiento de la situación en Europa; donde a pesar de fuertes
acciones por parte de las autoridades financieras, persiste incertidumbre
relacionada a la implementación de las medidas que conduzcan a una
solución definitiva. De presentarse generaría volatilidad en los mercados
financieros internacionales, así como una reducción de la confianza de
inversionistas y hogares a nivel global. También existen riesgos asociados a
la situación de las finanzas públicas de los Estados Unidos, ante
una contracción fiscal abrupta en este 2013, lo que impactaría el crecimiento
de esa economía. Además, la falta de un plan creíble de consolidación fiscal
en el mediano plazo genera incertidumbre sobre la sostenibilidad de sus
cuentas fiscales.
Finalmente, aún cuando contamos con una economía sólida y estable
para incrementar permanentemente la capacidad de crecimiento de la
economía mexicana, debe avanzarse en la agenda de transformaciones
estructurales. Es indispensable que en el futuro cercano se avance en la
implementación total de las reformas que han sido aprobadas recientemente
por el Congreso, las cuales incluyen: la Reforma a la Ley Federal de
Competencia Económica y la Ley Federal de Asociaciones Público-Privadas.
Durante los últimos seis años, se ha dado un avance significativo en materia
de finanzas públicas a través de dos reformas fiscales. Estas acciones aún
pueden complementarse con una mejora en la asignación de las
responsabilidades fiscales entre los distintos órdenes de Gobierno.
Con vistas al futuro, la economía mexicana podría pasar a una etapa
de crecimiento económico más elevado si logra: por un lado, mantener la
estabilidad macroeconómica, y por otro la adopción de las reformas
estructurales que el país requiere. Así, cumpliremos con los objetivos últimos
de la política económica a la que aspira, que son incrementar el bienestar de
la población y reducir los niveles de pobreza que nos aquejan.
2. Economía informal, sus implicaciones en el crecimiento
económico y en las desigualdades de renta en México.
El concepto “informalidad” ha variado con el tiempo tal como se ha
modificado la percepción de sus raíces, su peso en la economía y su
relevancia para los logros políticos y económicos que la sociedad se plantea.
La institución que abandera los estudios en este campo es la Organización
Internacional del Trabajo, OIT. Según Paul E. Bangasser (2000), la
cronología de la exploración del sector informal se puede comprimir así: la
década de los años setenta es la etapa de incubación durante la cual el
concepto sector informal echó sus raíces. En los años ochenta, muchos
actores, nacionales e internacionales, se apropiaron del tema y lo integraron
a sus programas y, finalmente, en la década de los años noventa la
informalidad adquirió reconocimiento internacional y se entronizó en la
agenda de las instituciones multilaterales y de los gobiernos, precisamente
cuando el modelo de economía liberal proponía la liberación del mercado
laboral para abaratar el trabajo al acercar los salarios al precio sombra del
trabajo.
El término formalidad se acuñó, por primera vez, a principios de los
años 70, resultado del informe sobre Ghana por Keith Hart (1971), el cual
definió el empleo informal como trabajo por cuenta propia y el formal por
asalariado. En el estudio sobre Kenia de 1972, la OIT, complementó la
definición
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