Crisis 2008

Si bien hemos visto una recuperación en la economía mundial mucho mayor a la esperada, el crecimiento no ha sido el mismo para todos los países, algunos todavía no dan signos positivos, de hecho persisten en la desaceleración. El reto es grande para la economía mundial, pues a partir de la crisis del 2008, se hizo evidente, que los problemas no son locales, sino altamente globales y hasta que todos los países no exorcicen el fantasma de la quiebra, no será fácil hablar de un crecimiento auto sostenible, que recupere la confianza de las economías principalmente desarrolladas, de ahí que veamos como países que a pesar de dar parte de tranquilidad con respecto a sus economías como Alemania, encaminan sus esfuerzos en el saneamiento del resto de la zona del euro, ya que la unificación los hace sumamente vulnerables y si bien países como Grecia han mostrado compromiso con los planes de austeridad y saneamiento de la duda soberana, otros como España, se encuentran en una situación sumamente complicada, que no logra ahuyentar el fantasma de la quiebra. Entre tanto vemos como los Estados Unidos, que esperaríamos se concentrara en el difícil momento por el que atraviesa, no deja de mirar hacia Europa, ya que sin el apoyo de la economía de la zona del euro, es prácticamente insostenible cualquier camino de recuperación, igualmente tiene sus ojos sobre economías como China, que aunque despliega un exuberante crecimiento del orden del 10,3% al igual que India con 9,7%, son economías no desarrolladas o emergentes, que tienden fácilmente al recalentamiento y no es necesario ser grandes expertos, para entender que una nueva burbuja y de estas dimensiones, sería devastador para la recuperación económica.

Con este panorama un poco más claro en el camino de la recuperación económica luego de la crisis financiera, se han despejado un poco los temores de una desaceleración. Si bien el PIB mundial ha mostrado un crecimiento del 5%, este crecimiento ha sido muy desigual en las diferentes economías, pues continúa jalonado por las economías emergentes con un crecimiento promedio de 7% (9,3% Asia y 6% América Latina), mientras las economías tradicionalmente fuertes presentaron crecimientos modestos (2,8% EEUU y 1,8% la Zona del Euro. Sin embargo las economías desarrolladas han presentado señales esperanzadoras de recuperación, debido a fuertes estímulos fiscales y políticas monetarias expansivas, que gracias a niveles relativamente bajos de inflación han permitido sostener el impulso, pero es imposible mantener estas políticas indefinidamente, por lo que se hace necesario comenzar el proceso de desmontar dichos estímulos, la pregunta sería entonces si la economía se mantendrá por la senda de la recuperación mostrándose auto sostenible y confiable, o por el contrario se contraerá nuevamente debido a temores que no han permitido restaurar plenamente la confianza del consumidor de las economías desarrolladas.

Gracias a un juicioso manejo de las finanzas y el saneamiento del déficit controlado que venía aplicando Colombia de manera disciplinada antes de la crisis financiera en Estados Unidos, el país pudo hacer frente a la crisis a través de una fuerte política expansiva, buscando activar el crecimiento por uno de los medios más seguros para ello, como es la construcción de infraestructura, que genera dinamismo en otros sectores de la economía y reactiva el empleo de mano de obra aunque poco calificada. Estas medidas sin embargo, son peligrosas, ya que a través del gasto público el gobierno puede someterse a un peligroso déficit fiscal, con graves consecuencias.

El gobierno fue reduciendo el gasto público a medida que el gasto privado comenzó a verse fortalecido, todo esto se da dentro de los controles necesarios que hace el

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