Crisis Ciclica
Mic1ky24 de Mayo de 2013
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Crisis Cíclica
El concepto de crisis cíclicas es una interpretación, proveniente de las teorías de Karl Marx, de la sucesión de ciclos económicos en el capitalismo.
Marx llegó a la conclusión de que el enorme poder inherente al factory system o fábrica de sistemas, y su dependencia de los mercados, necesariamente lleva a un incremento de la producción que los satura, disminuyendo los precios y produciendo la paralización de la producción; en una repetición de periodos de actividad moderada, prosperidad, superproducción, crisis y estancamiento. La última causa de las crisis, para Marx, siempre es la pobreza y el consumo restringido o sub-consumo de las masas.
Las diferentes teorías sobre las causas, desarrollo, duración y repetición de tales crisis son numerosas, tanto dentro del pensamiento económico marxista como fuera de él (las distintas escuelas del liberalismo económico): ondas largas debatidas por Trotsky y Parvus, ciclos cortos de cinco a diez años propuestos por Juglar y Kitchin, ciclos A y B de cuarenta a cincuenta años propuestos por Kondratiev y desarrollados por Ernest Mandel, fases ligadas a la evolución tecnológica según Schumpeter, etc.
Causa
Según la teoría marxista de la crisis, a medida que crece la competencia entre los capitales, crece también la inversión en Capital Constante (parte de capital inicial destinada a la compra de medios de producción) que reduce la inversión en capital variable (parte del capital inicial destinado a la reproducción de la fuerza de trabajo).
De esta manera, aumenta la composición orgánica del capital, aumento en capital constante y una reducción en la inversión en Capital Variable, o sea no inversión en la reproducción de la Fuerza de Trabajo, única mercancía productora de valor, de esta manera este movimiento ocasiona la caída tendencial de la tasa de Ganancia del capital en su conjunto. La tasa de ganancia es definida como la proporción entre la plusvalía y la suma del capital constante y el capital variable, esto provoca la caída de la masa de ganancia por la superproducción de capital.
Al bajar la ganancia se reducen las inversiones y por esta vía el empleo y el consumo de maquinarias, materias primas y artículos de subsistencia, multiplicándose el efecto depresivo y expandiéndose a otras ramas de la industria.
La baja de la tasa de ganancia se contrarresta mediante la destrucción de capitales, bien sea física, por la guerra, o meramente económica, por la competencia. Las empresas se arruinan, aumenta el desempleo y la precarización del trabajo, desvalorizándose la fuerza de trabajo. La acumulación de capital resurge pues para los competidores victoriosos (que han absorbido a las empresas quebradas o a su porción del mercado, fortaleciéndose la tendencia a la concentración y centralización del capital) el aumento de la ganancia vuelve a ser más rápido que el incremento de la inversión.
En este proceso básico de la recuperación se imponen simultáneamente el aumento de horas de trabajo de los obreros y la rebaja de salarios reales y prestaciones sociales, aprovechando el desempleo; la apropiación del aumento de la eficiencia del trabajo; el saqueo colonial de otros pueblos o de los campesinos, indígenas y artesanos; la guerra, las maniobras políticas, las conquistas y la inversión en países o zonas "atrasadas", donde la tasa de ganancia es más alta; el cobro de intereses a las empresas del Estado o a otros Estados, etc.
El único método "limpio" para salir de las crisis ha sido abaratar el capital mediante los descubrimientos, el esfuerzo del gobierno y el avance tecnológico, pero este método a la larga también termina en descenso de la cantidad proporcional de trabajo agregado y de la parte de capital invertida en salarios, restableciendo al cabo del tiempo la causa de la crisis, al utilizar menos trabajo vivo por peso invertido y volver a incorporar menos valor nuevo y obtener menos plusvalía con relación a los valores viejos, al capital constante o trabajo muerto.
Duración de los ciclos
El ciclo aproximadamente de 8 años y medio se conoce como ciclo Juglar, por el médico francés Clement Juglar que lo descubrió. Posteriormente se ha comprobado que estos ciclos "medios" son fracciones de ciclos más largos, de 40 a 50 años, también conocidos como "ondas largas", que tienen una fase de expansión en que los auges son más fuertes y prolongados y una de descenso con crisis fuertes y depresiones prolongadas. Estos ciclos largos se denominan ciclos de Kondratieff, en memoria del economista ruso que los estudió.
Además pueden detectarse oscilaciones de cuarenta meses o ciclos cortos, a las que se denomian ciclo de Kitchin, por su descubridor. Joseph Schumpeter fue el expositor del modelo tricíclico y vio el motor de las oscilaciones económicas, en la innovación.
Algunas ramas de la economía registran oscilaciones por fuera de este modelo. En el caso de la industria de la construcción con ciclos de 15 a 20 años o el caso de la agricultura con ciclos de 9 a 11 años.
La Economía Mundial a inicios del Siglo XXI
Pasada la Segunda Guerra Mundial hasta fines de los sesenta, la economía mundial funcionó en base a economías nacionales cuya dinámica principal estaba basada en la producción para el mercado interno. El comercio exterior estaba fuertemente regulado por políticas comerciales proteccionistas y las economías nacionales reguladas por una fuerte participación estatal. En ese período, el ciclo económico internacional estuvo muy atenuado y prácticamente no se presentaron crisis de la economía mundial.
La globalización que caracteriza la actual etapa de la economía mundial en las tres últimas décadas, está asociada al funcionamiento más libre de los mercados. El neoliberalismo plantea que si los mercados funcionan libremente, no se producirán crisis. Incluso, los llamados ‘shocks externos’ que podrían provocar crisis en las economías nacionales, según el neoliberalismo, son neutralizados si se deja que los mercados funcionen libremente.
Sin embargo, en oposición a las formulaciones teóricas, a partir de los setenta, con la globalización y el predominio del neoliberalismo, se han presentado seis crisis cíclicas internacionales, de las cuales cuatro de ellas se han registrado en los últimos diez a doce años, a partir de 1991. Esto refleja claramente la acentuación del movimiento cíclico y la presentación mucho más periódica de dichas crisis.
También se produce un cambio importante en el origen de las crisis. La de 1974-1975; la de inicios de los 80 e inicio de los 90 y la reciente del 2001, tuvieron su origen en Estados Unidos. La crisis de 1994, se originó en México y la de 1997 tuvo su origen en el sudeste asiático. Este cambio es muy importante por cuanto es primera vez en la historia del capitalismo, que las crisis se originan en la periferia del sistema. Se originan no en cualquier país, sino en aquellos que habían logrado un gran dinamismo y se destacaban como ejemplos de la globalización.
Desde el punto de vista de una caracterización más detallada, las cuatro crisis originadas en EEUU se transformaron en crisis de la economía mundial y del mercado mundial. Estas tuvieron un fuerte impacto en el comercio mundial afectando las exportaciones, base dinámica de las economías nacionales. La crisis originada en México y en el sudeste asiático, no se transformaron en crisis de la economía mundial, pero sí se expresaron con mucha fuerza en regiones y países y en este sentido fueron crisis internacionales, pero el impacto en el comercio mundial fue relativamente menor que en las otras crisis.
Las crisis cíclicas aparecen separadas en el tiempo. Sin embargo, hacen parte de un movimiento global entrelazando las crisis de los diferentes años, como expresión de un proceso histórico de transformaciones. El ciclo económico a través de las crisis y de las otras fases, se van relacionando unas a otras reproduciendo algunas condiciones y generando nuevas situaciones.
El encadenamiento de las crisis y de los ciclos permite constatar la existencia de la economía mundial, y su movimiento como proceso histórico en el tiempo. Por ejemplo, la crisis del 1974-1975 fue una crisis de sobreproducción de productos industriales y de subproducción o falta de materias primas, alimentos y productos energéticos. Aunque la crisis afectó estas ramas, los precios de estos productos no fueron muy afectados y rápidamente se recuperaron.
Las perspectivas de ganancias por la escasez de materias primas, alimentos y energéticos llevaron a un incremento muy grande de las inversiones en este tipo de productos. Esto llevó a que la crisis de 1980-1982 se presentara como crisis general de sobreproducción de productos industriales y sobreproducción también de materias primas, alimentos y energéticos. En las crisis posteriores, la sobreproducción en la economía mundial fue de todo tipo de mercancías, incluso la reciente crisis a inicios de la presente década.
La situación actual de la economía mundial y la eventual séptima crisis puede presentarse de nuevo como la de 1974-1975, ya que la economía mundial actual, después de 30 años se caracteriza de nuevo por una sobreproducción de productos industriales y una subproducción o escasez de materias primas y de productos energéticos.
Pero no sólo se trata de un encadenamiento de los ciclos y de las crisis cíclicas mundiales
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