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Cuentos, Chistes Y Mas


Enviado por   •  19 de Marzo de 2015  •  3.764 Palabras (16 Páginas)  •  137 Visitas

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CANCIONES

Canciones

Estaba la Rana Sentada

Estaba la rana sentada

cantando debajo del agua.

Cuando la rana

se puso a cantar,

vino la mosca

y la hizo callar.

La mosca a la rana,

que estaba sentada

cantando debajo del agua.

Cuando la mosca

se puso a cantar,

vino la araña

y la hizo callar.

La araña, a la mosca,

la mosca a la rana

que estaba sentada

cantando debajo del agua.

Cuando la araña

se puso a cantar,

vino el pájaro

y la hizo callar... etc., etc.

'PIM-POM ES UN MUÑECO'

Pim-pom es un muñeco

muy guapo y de cartón.

Se lava la carita .

con agua y jabón.

Se desenreda el pelo

con peine de marfil,

y aunque se dé tirones

no llora ni hace así.

A E I O U

AAA avevo un cane grosso che

EEE era bellissimo perché

III io lo tenevo accanto a me

OOO ora son triste lui non c'è

UUU un giorno se ne andò e così

Io non lo rivisto più

Rit.

AEIOU son le cinque vocali

AEIOU e se in fretta le impari

AEIOU stai sicuro che AEIOU

Non saremo mai soli

con le cinque vocali

AAA adesso ho un gatto bianco che

EEE è proprio come piace a me

III inciampa sempre sul sofà

OOO osservo tutto quel che fa

UUU un gatto bianco è sempre stanco

Ma non se ne andrà

Rit.

AEIOU son le cinque vocali

AEIOU e se in fretta le impari

AEIOU stai sicuro che AEIOU

Non saremo mai soli

con le cinque vocali

CUENTOS

LA BOBINA MARAVILLOSA

Erase un principito que no quería estudiar. Cierta noche, después de haber recibido una buena regañina por su pereza, suspiro tristemente, diciendo:

¡Ay! ¿Cuándo seré mayor para hacer lo que me apetezca?

Y he aquí que, a la mañana siguiente, descubrió sobre su cama una bobina de hilo de oro de la que salió una débil voz:

Trátame con cuidado, príncipe.

Este hilo representa la sucesión de tus días. Conforme vayan pasando, el hilo se ira soltando. No ignoro que deseas crecer pronto... Pues bien, te concedo el don de desenrollar el hilo a tu antojo, pero todo aquello que hayas desenrollado no podrás ovillarlo de nuevo, pues los días pasados no vuelven.

El príncipe, para cerciorarse, tiro con ímpetu del hilo y se encontró convertido en un apuesto príncipe. Tiro un poco mas y se vio llevando la corona de su padre. ¡Era rey! Con un nuevo tironcito, inquirió:

Dime bobina ¿Cómo serán mi esposa y mis hijos?

En el mismo instante, una bellísima joven, y cuatro niños rubios surgieron a su lado. Sin pararse a pensar, su curiosidad se iba apoderando de él y siguió soltando mas hilo para saber como serian sus hijos de mayores.

De pronto se miro al espejo y vio la imagen de un anciano decrépito, de escasos cabellos nevados. Se asusto de sí mismo y del poco hilo que quedaba en la bobina. ¡Los instantes de su vida estaban contados! Desesperadamente, intento enrollar el hilo en el carrete, pero sin lograrlo.

Entonces la débil vocecilla que ya conocía, hablo así:

Has desperdiciado tontamente tu existencia. Ahora ya sabes que los días perdidos no pueden recuperarse. Has sido un perezoso al pretender pasar por la vida sin molestarte en hacer el trabajo de todos los días. Sufre, pues tu castigo.

El rey, tras un grito de pánico, cayó muerto: había consumido la existencia sin hacer nada de provecho.

EL MUÑECO DE NIEVE

Había dejado de nevar y los niños, ansiosos de libertad, salieron de casa y empezaron a corretear por la blanca y mullida alfombra recién formada.

La hija del herrero, tomando puñados de nieve con sus manitas hábiles, se entrego a la tarea de moldearla.

Haré un muñeco como el hermanito que hubiera deseado tener se dijo.

Le salio un niñito precioso, redondo, con ojos de carbón y un botón rojo por boca. La pequeña estaba entusiasmada con su obra y convirtió al muñeco en su inseparable compañero durante los tristes días de aquel invierno. Le hablaba, le mimaba...

Pero pronto los días empezaron a ser mas largos y los rayos de sol mas calidos... El muñeco se fundió sin dejar mas rastro de su existencia que un charquito con dos carbones y un botón rojo. La niña lloro con desconsuelo.

...

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