DESARROLLO DEL LENGUAJE EN LA EDAD PREESCOLAR

DESARROLLO DEL LENGUAJE EN LA EDAD PREESCOLAR

En la edad preescolar el niño amplía el círculo de sus conocidos, se hace más independiente rebasa los marcos de las relaciones familiares y se pone en comunicación con más gente, principalmente con niños de su edad. Esta ampliación de las relaciones requiere del niño un buen dominio de sus medios de comunicación, principalmente del lenguaje. Además, al hacerse más complejas las actividades del niño, requieren un lenguaje de mejor calidad.

El lenguaje se desarrolla en varias direcciones: se perfecciona a través del contacto práctico con otras personas y se convierte, al mismo tiempo, en un instrumento del pensamiento, que será base de una reorganización de los procesos psíquicos.

Al finalizar la edad preescolar y en determinadas condiciones de educación el niño comienza a comprender la estructura del lenguaje, lo que en el futuro le servirá para hablar y escribir correctamente.

1. DOMINIO PRÁCTICO DEL LENGUAJE Y TOMA DE CONCIENCIA DEL LENGUAJE. DESARROLLO DEL VOCABULARIO Y DE LA ESTRUCTURA GRAMATICAL DEL LENGUAJE

A todo lo largo de la edad preescolar el niño enriquece su vocabulario, que, como norma, pasara a triplicar el de la edad temprana. La riqueza del lenguaje depende de las condiciones de vida y de educación del niño. En este caso, las fluctuaciones entre un individuo y otro con mayores que en cualquier otro aspecto del desarrollo psíquico.

El preescolar enriquece rápidamente su vocabulario no sólo con nombres, sino también con verbos, pronombres, adjetivos, numerales y conjunciones copulativas. El aumento del vocabulario no tendría tanta importancia en sí mismo si no fuera acompañado de una mayor capacidad para construir frases de acuerdo con las reglas gramaticales. 

En la edad preescolar el niño tiene una facilidad especial para cambiar el sentido de la palabra por medio de distintos sufijos.

3.5.20. Zhenia: «Yo soy un osito y tú eres un oso.» El padre: «Y si yo soy un león, ¿qué eres tú?» Zhenia: <Un leoncito.» En lo sucesivo el padre pregunta y el hijo responde: <un tigre—un tigrito pequeño; un caballo—un potrillo pequeño; una vaca—yo sería una ternera, una vaquita pequeña; un cerdo—un cerdito; una mosca, también una mosca; un escarabajo—yo sería un mosquito.» (Observado por A. N. Gvózdev.)

Este comportamiento lingüístico del niño revela que tras la palabra percibe el objeto real Si el padre fuera un tigre, el pequeño sería un tigrito, pero cuando el adulto es una mosca, ya de por sí pequeña; su hijo también será mosca, que no requiere un sufijo diminutivo.

t-t-t-zen

tre-n-n-n Para analizar la composición fonética de la palabra

n-n-n-iño el niño destaca con el tono de voz el sonido que debe aislar...

ni-ñ-ñ-ñ-o

El niño se muestra sumamente activo con respecto al lenguaje y va así asimilándolo. Esta actividad se manifiesta en la formación y en los cambios de las palabras que el niño realiza en base a modelos existentes. La edad preescolar es de una sensibilidad especial con respecto a los fenómenos lingüísticos.

Además de interesarse por el sentido de las palabras y de la realidad que ellas definen, el preescolar muestra vivo interés por la forma fónica de la palabra, independientemente de su significado. El niño con frecuencia transforma la palabra, “inventa” nuevas palabras y es muy aficionado a rimar. Un niño de cinco años rima así: “maleta-paleta, caleta-paleta”. Con frecuencia no le interesa el significado del “verso” que compone, sino la rima.

Esta gran actividad del niño con respecto al lenguaje, que expresa en la versificación, tiene muy poco que ver con la poesía.

Al comenzar la edad escolar, el niño penetra hasta tal punto en la compleja estructura de la gramática que llega a dominar las reglas sintácticas y morfológicas más útiles.

A medida que desarrolla el sentido del lenguaje y, relacionada con ello, desarrolla una labor intelectual en torno a aquel, el niño intenta tomar conciencia del lenguaje.

Rebasado el cuarto año de vida, el niño hace intentos por comprender el significado de las palabras y explicar su génesis, compara unas palabras con otras que le suenan de un modo muy parecido; asocia, por ejemplo, la palabra «monte» con «montar». La comparación viene dada por el sonido de la palabra, por eso establece etimologías no siempre correctas.

El preescolar toma conciencia profunda el lenguaje sólo por medio de una enseñanza especial.

Desarrollo del oído fonemático

El oído fonemático del niño se desarrolla mediante la comunicación lingüística directa. Ya al finalizar la edad temprana el niño diferencia bien las palabras que se distinguen entre el sólo por el sonido sordo o sonoro. El oído fonemático primario se desarrolla muy pronto, aun cuando el niño no sepa analizar fonéticamente la palabra, dividir la palabra en los sonidos que la componen; tampoco lo logrará en la edad preescolar. La comunicación lingüística del niño no le plantea problemas que requieran un análisis más complejo. Por eso el niño de cinco o seis años encuentra difícil analizar las palabras monosílabas mixtas (pan, don, bar). Mediante la enseñanza del análisis fonético de las palabras a los niños pudo demostrarse que en la edad preescolar menor el niño es capaz de distinguir, en determinadas condiciones, el primero y el último sonido de la palabra; para el niño de edad preescolar mediana esta tarea no ofrece dificultades. Para analizar la composición fonética de la palabra el niño emite las palabras de una manera especial, destacando con el tono de voz aquel sonido que después deberá señalar aparte. Por ejemplo, en la palabra «tren», si tiene que destacar el primer sonido, pronunciará «tren», y si tiene que destacar el último pronunciara: «tren-n-n». A los cinco o seis años el niño ya puede realizar el análisis fonético completo de la palabra si sabe prolongar intencionadamente determinados sonidos. Este método ayuda a los niños a orientarse bien en la composición fonética de la palabra. Esta capacidad para el análisis fonético de la palabra le ayudará a dominar mejor la lectura y la escritura.

Dominio de la composición lexical del lenguaje

En la edad preescolar el niño asimila bien la práctica del lenguaje, pero comprende con mucha mayor dificultad la propia realidad lingüística (en cuanto una realidad con existencia propia). Durante mucho tiempo el niño se apoya en el proceso de comunicación, no en la composición léxica del lenguaje, sino en la situación objetal, que es la que le permite comprender la palabra. Pero para escribir correctamente el niño tiene que conocer la composición léxica del lenguaje. Sin un aprendizaje especial el niño ve en la oración un todo semántico, un conjunto léxico que define toda una situación, una acción o un acontecimiento en su integridad.

...