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DIVORCIO SIN ESTRAGOS


Enviado por   •  27 de Junio de 2013  •  1.534 Palabras (7 Páginas)  •  356 Visitas

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DIVORCIO SIN ESTRAGOS

“Ningún libro de derecho nos podría preparar para los estragos del desastroso divorcio de nuestros padres”

Muchas veces los hijos quedan en medio de las discusiones de los padres; es importante evitar que éstos crean que son la causa del problema de la pareja.

A los hijos hay que hablarles con honestidad y sencillez una vez que los padres han decidido separarse.

No hay peor intento que el que no se hace. En el tema del matrimonio, esta frase puede ser la diferencia entre una experiencia traumática y desgastante, o una opción que permita a la pareja darse una segunda oportunidad y evitar que la unión civil se esfume frente a los juzgados en disputa por los bienes materiales y la custodia de los hijos.

A decir de los expertos en materia legal y psicológica, los niños son los principales afectados por la separación y el mal manejo del divorcio que ejecutan sus padres. Los adultos tienen –en la lógica común– la libre decisión de alejarse de una persona, poner punto final y distanciarse a su consideración. Los hijos no. Ellos están sujetos a las situaciones y decisiones emocionales por las que mamá y papá atraviesan.

En términos sentimentales, los niños son el primer eslabón en romperse y percibir el significado de divorcio y, en algunos casos, el último en ser atendido y tomado en cuenta.

Cuando las parejas han decido dar por terminada la unión legal que el derecho civil les otorgó ante la sociedad por mutuo consentimiento, lo más recomendable es iniciar el trámite de la separación legal, con miras de evitar una batalla campal –emocional y económica– en la que los estragos psicológicos suelen cobrar factura de por vida si no se atienden responsablemente y con la asesoría de especialistas.

En un ángulo positivo, el divorcio puede significar un respiro a los conflictos familiares y el desdén emocional, e incluso a la violencia psicológica, social, económica y física, cuando se trata de problemáticas más agresivas.

La parte delicada y negativa del divorcio puede verse reflejada principalmente en el desarrollo afectivo de los hijos. Aunque ellos guarden silencio y por más pequeños que se les considere y se crea que “no comprenden” la magnitud de la separación y/o las razones que la ocasionaron, lo cierto es que identifican el mal momento por el que atraviesa el matrimonio, explica María Covarrubias de la Torre, coordinadora del Centro de Servicios de Psicología Clínica para Niños de la Universidad de Guadalajara.

La especialista señala que cada matrimonio con probabilidades de divorcio debe valorarse individualmente, pues aunque hay patrones o motivos comunes para propiciar la separación, los conflictos sentimentales, económicos y sociales desarrollan por sí solos un nivel de afectación, tanto en padres como en hijos: “El divorcio es necesario cuando la pareja ya no es feliz o no existan acuerdos ni reconocimientos ni intereses que los lleven a seguir caminando juntos”.

Entre los principales motivos que ocasionan el divorcio, Guillermo Alberto Ogarrio Saucedo, presidente del Colegio de Derecho de Familia y Derecho Civil de Jalisco, señala que están la violencia intrafamiliar, la desatención económica, la presión psicológica, la procreación de hijos fuera del matrimonio, las infidelidades, el abandono injustificado del hogar, e incluso, la incompatibilidad de caracteres.

“Cuando hay hijos de por medio, el divorcio es terrible, los niños son totalmente ajenos al conflicto conyugal. En ocasiones, ellos piensan que los papás se divorcian por su culpa. Lo primero que los abogados tienen que hacer es mandarlos a terapia psicológica, para tratar de que se salve el matrimonio. Si ya se agotó esta instancia –obligatoria para un abogado con ética profesional– y no se logra nada, se entra a la segunda etapa en la que si el matrimonio se va a disolver, sea por mutuo consentimiento”.

NI RODEOS NI MENTIRAS

Quizá la parte más difícil del divorcio es el momento de explicar a los hijos que uno de los padres se irá de casa y que, a partir de entonces, la convivencia familiar y las reglas del hogar serán otras. Covarrubias de la Torre, explica que el divorcio se habla de frente a los hijos: “Con la verdad. Aunque ésta parezca ruda y cruel, como algunos padres consideran”.

La especialista advierte que una prioridad de los padres es evitar que el concepto de divorcio sea malinterpretado: “Los niños tienen que distinguir que quien se separa es la pareja, no sus padres. Los padres no se divorcian de los hijos”.

Para hablar del tema, lo recomendable es dedicar un tiempo especial para generar un primer acercamiento y poner en claro cómo

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