Diseñando México 68

Mariana Díaz Castellanos

Materia: Historia del Diseño Gráfico

Horario: Martes y Jueves 7:00-9:00 hrs

Profesor: Carlos A. Molina P

Hace no mucho en mi clase de Historia del Diseño Gráfico, platicábamos sobre cómo a principios del siglo XX los rusos comenzaron a usar la calle como medio para el diseño, o dicho de otra manera, usaron la calle como soporte de un mensaje que hablara al público. Aquellos diseñadores tenían un objetivo: provocar la revolución a través de sus representaciones basándose en lo que llaman “función teleológica” –cuando se busca provocar una reacción. El diseño se empieza a pensar como medio y no como fin.

A su vez, exploraron un nuevo modo de conocer llamado montage, que se basa en la suma de una imagen y un texto, dando como resultado más información que sus partes por separado. Esta estrategia ayudaba a comunicarse con la gente que no sabía leer ni escribir.

Es esta función teológica, como el uso de la calle como soporte, y la implementación del montage lo que caracteriza a las Olimpiadas celebradas en la ciudad de México en el año de 1968, las cuales fueron un evento significativo en la evolución de los sistemas gráficos.

El sistema de diseño para los juegos Olímpicos pretendía dar una imagen cohesiva y contemporánea de México –primer país latinoamericano en ser cede de este evento; imponerse por encima de divergencias políticas e ideológicas; dar a conocer el patrimonio histórico y cultural del país; y , principalmente, llegar al mayor ideal olímpico: la paz.

Unas olimpiadas humanistas, culturales y basadas en el concepto original de Tregua olímpica ,era un proyecto ambicioso para México, país en donde se alojarían gran número de público nacional, internacional, y plurilingüe.

El comité organizador de la XIX Olimpiada (bajo la presidencia de Pedro Ramírez Vázquez) tenía clara la necesidad de crear un sistema visual que funcionara como un medio de información internacional efectivo, a la vez que como un sólido aparato de identificación y publicidad.

Sabía que para una planificación comprensiva en un gran evento internacional, debían comunicarse y organizarse (en aspectos tan diversos como instrucciones ambientales, identificación visual y publicidad) mediante otro tipo de lenguaje, un lenguaje que fuera más allá de los idiomas. Ese lenguaje común era el diseño.

Ante el reto de posicionar a México como un país de gran tradición y a la vez inserto en la modernidad, se buscó crear un concepto de identidad olímpica , con base en la cual se creó el logotipo: los 5 anillos del símbolo olímpico fueron fusionados con el número 68. A la extensión de sus líneas paralelas de esa integración se le unió la palabra México.

El sistema visual, que partió del logotipo, también comprendía tipografía y símbolos pictográficos tanto para los eventos deportivos como culturales, para la identificación de sitios, señales, direcciones, carteles informativos, mapas, etc.

Los boletos fueron “codificados” en un lenguaje visual de colores y símbolos. El equipo de diseño y ornato urbano creó una ambientación funcional de la ciudad, combinando, por ejemplo, las señalizaciones de instrucciones con teléfonos, basureros, buzones y bebederos. En las calles y

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