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EL CEREBRO QUE APRENDE


Enviado por   •  8 de Abril de 2012  •  1.504 Palabras (7 Páginas)  •  964 Visitas

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Al terminar de leer el documento de Eric Jensen sobre las bondades biológicas que posee este maravilloso órgano y su complejidad: el Cerebro, más importante aun es la comprensión de cómo aprende, su funcionamiento y dónde se desarrolla el aprendizaje; todo este conjunto se convierte en un cúmulo de herramientas que en nuestro quehacer docente podríamos bien utilizar para mejorar nuestra enseñanza y aprovechar mejor los recursos, aprovechar mejor a nuestros estudiantes, y diseñar estrategias que potencien de manera significativa el cerebro y estimulen su aprendizaje, destrezas, habilidades y competencias.

Me parece un excelente material para compartir con todos mi colegas en la institución donde laboro, con mis estudiantes y con todas las personas dedicadas a esta difícil labor de enseñanza en todos los ámbitos, sobre todo porque a veces cometemos errores con nuestros estudiantes desde la escuela, el entorno que brindamos dentro del aula de clases, falta de estímulos y retos, la inadecuada enseñanza que en vez de “alimentar sus cerebros mejor por el contrario los estamos estrechando y limitando ese potencial” (Jensen, 2004) de habilidades, destrezas y nuevos aprendizajes. Lo anterior es posible gracias a la plasticidad, flexibilidad y adaptabilidad del cerebro que sólo pueden ser potenciadas mediante la implementación de ambientes favorables y entornos enriquecidos de aprendizaje. Esto quiere decir que la experiencia, la actividad mental, la repetición de eventos cognitivos novedosos, genera excitación rápida y potenciales eléctricos en la membrana pos-sináptica y de factores y estrategias pedagógicas que incrementen el total desarrollo del mismo.

Mencionaré factores que afectan negativamente el desarrollo cognitivo de los estudiantes y que comparto completamente el punto de vista del autor son en primer lugar el hecho referente a “la deshidratación” ya que como lo menciona Jensen “el cerebro necesita de 8 a 12 vasos de agua cada día para un óptimo funcionamiento” (Jensen, 2004). En la costa Caribe este es problema común en las aulas, pues las jornadas de desarrollo de contenidos comienza desde las 7 hasta la 1pm, he observado que cuando ya son las 11.30pm efectivamente los alumnos están cansados, fatigados y con letargo, se ven débiles, no prestan mucha atención, tienen somnolencia, inclusive los docentes y por obvias razones no están desarrollando aprendizajes, he decidido por eso adoptar una ración de agua a partir de esta hora y que cada uno adopte esto como estrategia.

Respecto a lo anterior, algunas de las conclusiones interesantes para mencionar son a las que llego el estudio sobre "Hidratación y Rendimiento Cognitivo", dirigido por el Prof. Dr. J. A. Flórez y publicado en España en octubre del pasado año. Según reseñó este trabajo, “es conveniente mantener una adecuada hidratación que facilite que el rendimiento sea el máximo, pues dicho estudio estableció cuatro conclusiones importantes, empezando por el hecho de que con pérdidas del 1%, aumentan los tiempos de reacción y disminuye la memoria. En segundo lugar, a partir del 2% se producen pérdidas momentáneas de memoria, disminuye significativamente la atención, las respuestas reflejas, la coordinación psicomotriz, la voluntad y pensamiento, y la coordinación visual y motora. Después, si se pierde más del 3% de los líquidos corporales pueden aparecer fuertes dolores de cabeza, alteración en la destreza, y desorientación. Y, finalmente, cuando las pérdidas superan el 6% es frecuente que se produzcan delirios y/o alucinaciones, disminuyendo drásticamente la memoria a corto plazo y la capacidad de concentración”. (Flórez J., 2010).

Otro factor de relevancia es el entorno, el cual presento como un reto para nosotros como educadores, la influencia de entorno está ligada a la manera como aprende nuestro cerebro, por eso estas aulas deberían ofrecer un entorno enriquecido con nuevas experiencias, pero desafortunadamente en la mayoría de los colegios e instituciones del país a duras penas tenemos un aula, a veces los alumnos reciben clases en los pasillos, a veces con una superpoblación de estudiantes (45 a 50 estudiantes) que hace imposible mantener la atención durante la labor de impartir conocimientos. Existen lo que llamo Jensen como “amenazas” tales como “hostigamiento, señalar con el dedo, humillación, sarcasmo, intimidación, obligarlos a quedarse después de clase”, que pueden ser usados como mecanismo para obtener resultados o hasta mantener la atención total, pero puede lo que obtengamos sean efectos negativos como “la reducción de estrategias de pensamiento y opciones de respuesta en los estudiantes”(Jensen, 2004) normalmente las aulas son cuatro paredes con un solo color, que carecen de objetos o imágenes que permitan un mayor ambiente de motivación o activación los estímulos.

El cerebro posee plasticidad y la capacidad de reorganizar sus pensamientos, si el estudiante está expuesto a un ambiente estéril, con los mismos aprendizajes, no hay estímulos, ni “retroalimentación”, no retos, no hay atención; se hace entonces necesario suministrar un ambiente enriquecido. Pero mas allá de un ambiente enriquecido, debemos analizar

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