EL MERCADER DE VENECIA

EL MERCADER DE VENECIA

En la Venecia del siglo XVI, Bassanio, un joven en banca rota pide una gran cantidad de dinero a su íntimo  amigo, el comerciante Antonio para viajar a Belmont y proponerle matrimonio a la hermosa Portia. Antonio al no tener la suma de dinero pedida por Bassanio, decide recurrir a un judío usurero llamado Shylock  el cual propone unas condiciones inusuales para prestarles la suma de ducados requerida: si Antonio no paga el dinero sin ningún tipo de interés en tres meses, Shylock podría cobrar su deuda con una libra de la carne de Antonio. Después de que transcurre el tiempo y Antonio cae en una situación de impago el judío recurre a la corte para que se haga justicia y se le pague como se había pactado en el pagaré.

Aunque la trama gira entorno a la situación de Antonio, su personaje no está claramente trazado. Él es un hombre acomodado y popular, pero que aparentemente sufre de una tristeza interior. No muestra nunca sus sentimientos, ni parece afectarle los hechos que le ocurren. Se muestra indiferente ante las situaciones, inclusive durante el juicio en la que una libra de su carne está en disputa.

Una de las características más distintivas de Antonio es su generosidad. Él está más que feliz de ofrecer su buen crédito para que Bassanio pueda ir a Belmont con el fin de cortejar a Portia. La generosidad de Antonio no tiene límites al grado que por su amigo Bassanio, está dispuesto a ir al extremo de la amistad, incluso si esto significa que él mismo puede sufrir por ello.

Antonio también es un hombre honorable. Pues cuando se da cuenta de que Shylock está dentro de sus derechos legales, Antonio está listo para cumplir con el trato que firmó con Shylock sin tratar de huir. Al ser un mercader cristiano y que desprecia a los judíos el contexto lo sitúa como el protagonista y como un hombre de bien.

Shylock, un prestamista judío en Venecia. Siempre se muestra enfadado por su maltrato a manos de los cristianos de Venecia, en especial por parte de Antonio.  Es un personaje que se muestra como un hombre sediento de sangre, un estereotipo judío y una figura trágica cuyo sentido de la decencia se ha fracturado por la persecución que sufre. Shylock argumenta que los Judíos son seres humanos y llama a su búsqueda de venganza “un producto de lecciones enseñadas a él por la crueldad de los ciudadanos venecianos”. Por otro lado el intento fríamente calculado de Shylock para vengar los agravios infligidos a su persona mediante el asesinato de Antonio, nos impide verlo positivamente.

Shylock es también, sin embargo una creación de las circunstancias; incluso en su búsqueda decidida de una libra de carne, sus frecuentes menciones de la crueldad que ha sufrido a manos de cristianos hacen que sea difícil denominarlo como un monstruo innato.

El mercader de Venecia nos muestra  el contraste entre las opiniones idealistas y realistas acerca de la sociedad y las relaciones. Por un lado hay cuestiones que nos indican que el amor y la amistad son más importantes que el dinero y que la misericordia es preferible a la venganza. Por otro lado, las voces más cínicas nos dicen que el dinero gobierna el mundo y que la misericordia por sí sola no puede gobernar nuestras vidas.

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