Mercader De Venecia

Cuando la amistad es leal y fuerte entre dos personas, no importando el sexo, la persona es capaz de hacer hasta lo imposible con el fin de que la otra consiga sus ideales, en este caso particular ANTONIO, el mercader de venecia, personaje cristiano humanitario, leal y sincero quien ayudaba sin ningun interes, solo el de servir.

Un buen día llegó hasta él Bassanio, (soldado literato veneciano) su amigo del alma y le comentó que deseaba viajar a Belmont donde vive una rica heredera muy bella y que varias veces ha recibido de sus ojos encantadores mensajes sin palabras. Su nombre es Porcia y todos sus pretendientes saben lo que vale. Esta hermosa dama estaba doblegada a la voluntad de su padre muerto, quien dejó tres cofres, uno de oro, otro de plata y otro de plomo, en virtud de la cual el que adivinara su pensamiento obtendría su mano.

La hermosa dama, les hacía jurar antes de escoger que si escojian el cofre que no era, no hablarían nunca mas de matrimonio con ninguna dama. Muchos desfilaron sin ningún éxito, solo Bassanio lo consiguió.

Para esta conquista, Bassanio le pidió ayuda a Antonio, quien incondicionalmente ofreció su apoyo, como Antonio no contaba con el dinero que necesitaba Bassanio para emprender su viaje (tres mil ducados), lo consiguieron prestado con Shilok- Judio, materialista que solo pensaba en como multiplicar sus riquezas, no importando el dolor de los demas, como lo llamariamos nosotros, un chupa sangre. Para obtener el prestamo, Antonio firmó un pagaré donde se decía que si en los siguientes tres meses no cumpliere con el pago, pagaría con una libra de su carne, de donde Shilok quisiera cortarla. Este tenía serias intenciones de vengarse de Antonio por ser cristiano y prestar dinero sin interés.

Antonio perdió toda su riqueza, todo naufragó en altamar y no pudo cumplir con lo pactado, aprovechandose de la situación, Shilok pide al Dux que proceda, solo buscaba hacer cumplir lo que decia el Pagaré, extraerle la libra de carne a Antonio de su cuerpo, Bassanio se dio cuenta de la situación pues el mas noble y mejor de sus amigos estaba en peligro de muerte. Porcia le facilita el doble del dinero para conciliar con Shilok, pero este no aceptó ni porque le diera 20 veces lo pactado.

Porcia disfrazada de Doctor de leyes, entra al juicio y pregunta quién es el Mercader y quien es el Judio, el Dux la manda avanzar, Porcia dice que la demanda del Judio es extraña pero de tal manera legal, que la ley veneciana no puede impedir proseguirla , y le da la oportunidad al Judio de recibir el doble o quizá mas de lo pactado, pero este no acepta, solo quiere su carne. Porcia le dice que tome la libra de su carne que es lo que estipula el pagaré. Este afila su cuchillo y cuando va a cometer el hecho, Porcia le dice que si derrama una sola gota de sangre, todos sus bienes serán confiscados como lo afirman las leyes de Venecia.

Shilok accede a que se le pague tres veces el pagaré, Porcia le dice que No, que tome lo que dice el pagaré pero que si toma un poco mas de una libra de carne, muere y sus bienes quedan confiscados. Pide el Judio obtener solo su principal y cuando Bassanio se dispone a darselo, dice Porcia que lo ha rehusado en pleno el tribunal según las leyes de Venencia en la forma que actuó Shilok lo perdería todo hasta su propia vida y para salvar parte de su patrimonio y la vida, tuvo que que volverse cristiano.

En esta obra, se viven sentimientos positivos como el amor sincero, la amistad, la buena fe, la confianza, el valor, las buenas costumbres y otros sentimientos como son la venganza, la usura, la injusticia y la revancha.

Además es una obra polémica e impactante debido a como se enfoca y aborda dicho tema.

Antonio un mercader cristiano y exitoso residente en Venecia, demuestra el aprecio y el verdadero valor de la amistan ayudando y apoyando a su querido y gran amigo Basanio que es un joven impulsivo, romántico y típico enamorado, y quien se encuentra profunda y desesperadamente enamorado de Porcia, bella dama rica heredera e inteligentísima del Belmonte sin embargo para ganar su mano, debe probar su valor; y para probar su valor no solo ganar el dinero que no tiene, sino resolver correctamente el enigma de matrimonio legado por el padre de Porcia.

Decidido a hacerse novio de Porcia Basanio necesita el préstamo de tres mil ducados; pero debido a la situación crítica de Antonio ya que está corto de recursos y debe utilizar su crédito en préstamo. Este préstamo viene de parte de Silók un judío prestamista, típico exponente de su pueblo.

Antonio vociferado contra Silók y otros Judíos por sus prácticas de usureros prestando dinero a exorbitantes tasas de interés.

Estas circunstancias, ha hecho a Silók guardar rencor contra Antonio, y quien aprovechará de cobrarse los agravios infringidos sobre su persona por este.

Es por eso que Silók decide ofrecer su préstamo sin ningún interés y a cambio Antonio se verá enfrentado al compromiso de honrar la deuda de los tres mil ducados con una libra de carne de su cuerpo si el préstamo no es pagado a tiempo.

Confiando en que Basanio le regresará su fortuna al triple Antonio accede a tan inusual término.

Mientras Basanio viaja a Belmonte con Graciano para cortejara a su enamorada, otros eventos amenazan con destruir su hazaña incluso antes de que se realice. Porcia en compañía de su dama Nerisa ha estado viendo otros pretendiente buscando quien pueda resolver el misterio de su padre que establece que ella debe casarse con un hombre que elija correctamente uno de los tres cofres (oro, plata, plomo ). Mientras que Antonio comienza a tener problemas financieros, la hija de Silók, Jessica impulsivamente se fuga cor el amigo de Basanio, Lorenzo, llevándose parte de la fortuna de su padre. Esto enfada a Silók y lo hace concentrar su energía en la venganza contra el mercader.

Desde que se entera de las circunstancias, Basanio abandona Belmonte y regresa para encontrar una solución a dicho problema. Pero antes de que Basanio pudiera llegar el préstamo es declarado en incumplimiento y Silók reclama su libra de carne del cuerpo de Antonio.

El Dux el poder superior de la ciudad, ha llamado a un experto legal a la corte para proceder ante esta extraordinario caso.

Donde se conjugan, el amor, la amistad y la justicia otorgando a cada quien lo que le corresponde y merece de acuerdo a su proceder.

No hay duda que en nuestro entorno las personas nos preocupamos más por conseguir fortuna o riqueza, que por adquirir tranquilidad y un modo un poco más grato para vivir de acuerdo a nuestra razón de existir o al mismo sentido espiritual de cada sociedad, grupo o individuo.

La razón del entristecimiento del ser humano la mayoría de las veces va de la mano con el factor económico y social. El solo pensar como lo poco que hoy tengo mañana le puede pertenecer a otra persona, o la gana de ocupar un puesto más alto al que ocupa el vecino o de tener un mejor carro o de no necesitar de nadie, razones que a veces no son fructiferas tal vez porque la suerte no nos ayude o talvez porque hacemos las cosas mal en el afán de obtener buenos frutos en un plazo muy corto nos lleva a cometer errores que solo conllevan al estancamiento de un proceso o al hundimiento total del mismo.

Así como hay muchas oportunidades también existen tropiezos en los que Dios pone a prueba al hombre para mirar hasta donde llega su ambición por llegar a tener el poder no solo económico sino también sobre las demás personas.

En el mercader de Venecia ,Antonio nos lleva a pensar que la mejor forma de pasar la vida es enfrentándola con tranquilidad, con bondad y entrega incondicional para con nuestros semejantes. En nuestro país eso no es fácil por que reina el dominio, la arrogancia, la envidia y la corrupción; siempre existirá en el mundo una persona de sentimientos nobles que sobresaldra sin utilizar la fuerza sino la razón.

Ahora bien no solo el dinero nos pone en jaque, la insatisfacción de las necesidades elementales del ser humano que vienen de la mano con el factor económico y social acompañadas del mal trato, de la falta de comprensión, de tolerancia y la falta de oportunidades generadas por esta causa, hace que las personas de estratos bajos crezcan bajo un complejo que es el de *solo sirvo para obedecer pero no sirvo para servir *, de hay que las personas piensen que todo les sale mal.

Basanio personaje del mercader de Venecia quien solo era un hombre sencillo amigo de Antonio, pudo hacer lo que principies no lograron, pues ellos (los príncipes), se dejaron llevar de apariencias y como la misma vida lo dice todo lo que brilla no es oro, pues este sencillo hombre quien lo arriesgo todo y hasta la vida de su propio amigo quien tuvo que firmar una cláusula que en caso de incumplimiento debería pagar con libras de su propia carne que serian quitadas una a una de cualquier parte del cuerpo según la elección del beneficiario.

Esto nos demuestra como cuando un hombre sensato actúa dejándose llevar por su razón y no por la ambición puede llegar a obtener mejores resultados y

de esta manejar salir triunfante sobre el enemigo, también nos enseña que el líder no es aquel que hable más duro sino él que exponga mejor sus ideas, es claro entonces que no hay problema que no se pueda solucionar.

Siguiendo el análisis sobre la lectura de esta obra me doy cuenta que en el mundo puede haber mucha gente que aparenta tenerlo todo, pero las comodidades materiales no es todo lo que un ser humano busca para su felicidad debemos llevarla también espiritualmente.

Porcia personaje del mercader de Venecia nos da otra pauta importante al narrar como ella era una joven muy bella, la cual poseía una considerable fortuna, pero vivía atada a la voluntad de su padre y de tres arquillas de oro, plata y plomo bajo las cuales todos los príncipes librarían su suerte al azar para ganarse según su elección el amor de la princesa o su propia desgracia.

En nuestro entorno la ambición no nos da tiempo para expresar nuestros sentimientos.

El joven noble Bassanio (Fiennes) le ha pedido a su amigo Antonio (Irons) que le preste dinero para poder embarcarse rumbo a Belmont con el propósito de pedir la mano de la bella Porcia (Collins).

Sin embargo, la fortuna de Antonio se halla comprometida en sus negocios; todos sus barcos están diseminados en distintos puertos. En esa situación, no pueden hacer gran cosa, excepto recurrir al prestamista Shylock (Pacino,) quien está resentido con Antonio, pues éste le ha escupido en el mercado. De hecho, Shylock está perfectamente al corriente del desprecio que los cristianos sienten hacia él y todos los judíos. Pero lo que Antonio le está proponiendo tan sólo es una transacción comercial. Finalmente, el prestamista accede pero no sin antes imponer una condición. Si Antonio no devuelve el préstamo a tiempo, Shylock le arrebatará una libra de carne de su cuerpo como pago. Se trata de un pacto muy cruel, pero Antonio está convencido de que no tendrá ningún problema en la devolución y por tanto lo acepta. Más tarde, invita a Shylock a cenar con él, aquella misma noche. El judío acepta a disgusto.

Lo que el prestamista no sabe es que su hija Jessica (Robinson) se ha enamorado del noble cristiano Lorenzo (Cox). El judío ha perdido a su criado Gobbo (Crook) en favor de Bassanio, y ya no le queda compasión alguna para con los cristianos. Mientras Shylock ha salido para asistir a la cena, Lorenzo y sus amigos Bassanio y Graciano (Marshall), protegidos por la oscuridad y unas máscaras, ayudan a Jessica a escabullirse sigilosamente de casa de su progenitor. La joven judía se lleva consigo el dinero de su padre para poder afrontar su nueva vida. Más tarde, Lorenzo y Jessica parten hacia Belmont y la casa de Porcia.

Mientras tanto, en Belmont, Porcia se ve abrumada por la creciente cifra de pretendientes que acuden a su casa. De un modo u otro, ninguno resulta apropiado, pues la voluntad de su padre ha establecido que quien sepa elegir la arqueta correcta será dueño del corazón de su hija y de su fortuna. Hasta ahora, lo que la alivia es precisamente el fracaso de todos ellos. Y entonces, aparecen Bassanio y los suyos. Porcia cae prendada ante el porte del joven y comienza a albergar la esperanza de que él sea su marido. Y en éstas que Graciano también se prenda de la imagen de la criada de Porcia, Nerissa (Goldenhersh), por lo que se forja otra posible alianza.

Bassanio no pierde el tiempo pensando qué arqueta elegir, y cuando decide la correcta, se queda con la joven también. Todos se emocionan y pronto se organiza un impresionante banquete de bodas. Corre a raudales la bebida y grande es el alborozo hasta que llegan noticias de Venecia según las cuales Antonio ha perdido todos sus barcos, y con ellos toda su fortuna; ahora, debe a Shylock el préstamo y la vida. Bassanio debe regresar a Venecia para intentar salvar a su amigo. Porcia le ruega que se lleve el doble de la cantidad que Antonio debe en un intento por evitar el recargo que Shylock exige. Muy a desgana, Bassanio parte con Graciano.

Mientras tanto, Shylock ha enloquecido calladamente por la pérdida a un tiempo de su hija y sus ducados. Además, oye rumores que hablan de la terrible conducta de aquélla; ni siquiera su leal Tubal (Corduner) puede ahora contenerle. Obsesionado, Shylock no está dispuesto a aceptar otra cosa que no sea su libra de carne. Verá resarcida la deuda, no importa cómo.

Cuando tiene lugar el juicio a Antonio, parece que éste está perdido hasta que un joven y sabio doctor en leyes aparece misteriosamente. A pesar de su sorprendente juventud, él y su asistente argumentan el caso desde ambos lados. En primera instancia, todo indica que aprueban el resarcimiento de Shylock de acuerdo con su deseo, pero entonces se produce un cambio. Puede obtener la carne, pero nada más: ni la sangre, ni los nervios, ni los músculos. Además, deberá obtener exactamente una libra; ni más, ni menos.

Se trata de una empresa imposible de acometer. Es evidente que Shylock pierde, y no sólo este juicio, pues ahora los tribunales buscan su propio modo de hacer justicia contra el hombre que ha mostrado tan poca clemencia para con el demandado. Shylock se ve obligado a desprenderse de la mitad de su fortuna, y el resto deberá ir a parar a su hija cuando él haya fenecido; y además, lo más cruel: se le conmina a renunciar a su credo y a convertirse en lo que más odia en este mundo: un cristiano. En verdad que se trata de un castigo terrible.

Bassanio se siente embargado de agradecimiento por la acción del docto letrado, y le promete lo que sea. El doctor en leyes pide el anillo que Porcia le dio bajo juramento de jamás quitárselo. Bassanio se resiste con todas sus fuerzas, pero debe al letrado tanto que le es imposible negarse. Y el asistente del mismo toma también como pago el anillo de Graciano.

Así las cosas, todos regresan a Belmont junto con Antonio. Pero todavía quedan cosas que explicar. Cuando las respectivas esposas interrogan a Bassanio y Graciano acerca de los anillos, se ven obligados a responder que tuvieron que desprenderse de ellos. Para mayor sorpresa de todos, Porcia y Nerissa revelan entonces la verdad: fueron ellas quienes se disfrazaron como el doctor en leyes y su asistente y las que salvaron así la vida de Antonio. Tras la justa reprimenda de las esposas por la pérdida de los anillos, las dos parejas se retiran dejando a Antonio una vez más solo, reflexionando acerca de su vida. Y Jessica lucha contra sus sentimientos por el padre que ha abandonado.

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