EL PROFESIONAL RESPONSABLE

EL PROFESIONAL RESPONSABLE

INTRODUCCIÓN

Un profesional responsable, debe demostrar que no sólo han aprendido el contenido de las diversas asignaturas que integran el currículo de su carrera, sino que han asimilado las normas de conducta que habrán de regir toda su vida profesional. La ética profesional puede ser entendida como el arte de ejercer la profesión, que permite adecuar el trabajo profesional a la singular dignidad humana tanto en su capacidad personal como social. En lo individual cada profesional se construye a sí mismo y en lo social contribuye a la conformación de la identidad de la comunidad profesional.

DESARROLLO

La actuación ética de un profesional es la consecuencia de una exigencia práctica de la realidad, que le imponen actuar, con competencia, diligencia y dedicación por las tareas que le son encomendadas; esa conducta le exige actuar con honestidad, objetividad, sinceridad y buen criterio. El profesional responsable no es un mero vendedor de sus servicios, porque no pone al servicio del cliente solo su talento y su saber hacer, sino que en su actuación está involucrada de alguna manera toda la comunidad de la profesión, y no solo está en juego el proceder de un individuo sino de una colectividad de la que forma parte, y no solo está en juego su prestigio personal sino el de toda la profesión. El profesional responsable o ideal, exige un individuo de solida formación académica que está en condiciones de prestar servicios eficientes, conforme un orden determinado integrado a su compromiso de graduado en la profesión, de acuerdo a normas de conducta aceptadas y compartidas por su comunidad educativa y profesional.

Ser un profesional eficiente y responsable no consiste solamente en ser un individuo razonable y desenvuelto, que posee habilidades, sino que posee también formas de hacer, conciencia de que se debe a un grupo profesional, y con deber social en el desempeño de su profesión.

CONCLUSIÓN

Cada individuo es el máximo responsable de sí mismo. Por lo tanto, ser fiel a la misión profesional y alcanzar la visión profesional depende en gran medida de uno mismo. Todo profesional tiene la imprescindible obligación de convertirse en medio ejecutor de sus deberes. Para ello le es necesario disciplinar sus actuaciones técnicas y científicas, perfeccionar su carácter y fortalecer su conducta dentro de las normas éticas. Este es el medio más apropiado para organizar una verdadera actuación profesional.

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