ENSAYO DESAFIOS SOCIALES Y POLITICOS DEL CAMBIO DE PARADIGMA TECNOLOGICO
tatyurleTesis25 de Septiembre de 2014
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ENSAYO DESAFIOS SOCIALES Y POLITICOS DEL CAMBIO DE PARADIGMA TECNOLOGICO
Vivimos tiempos difíciles, plenos de confusión e incertidumbre. El deterioro del nivel de vida de la mayoría de la población, incluyendo el grueso de la clase media es alarmante, los viejos modelos explicativos y orientadores de la acción política se han derrumbado; los nuevos no logran demostrar su efectividad en términos de crecimiento con equidad. Son, pues, tiempos para la experimentación, la discusión y la apertura a enfoques alternativos.
mundial.
1. CAMBIO DE PARADIGMA O EL PRESENTE
COMO TRANSICIÓN
La interpretación que se presenta toma como marco de referencia la teoría de las ondas largas en el desarrollo económico propuesta por Kondratieff, Schumpeter y otros economistas. Según éstos, desde la Revolución industrial a fines del siglo dieciocho, el crecimiento económico mundial ha experimentado ciclos de cincuenta a sesenta años, con veinte o treinta años de prosperidad seguidos de
veinte o treinta años de crecimiento muy desigual, de recesiones e incluso depresiones. La explicación de tal comportamiento sería, según Schumpeter, el surgimiento de revoluciones tecnológicas sucesivas y las dificultades de su asimilación. Cada revolución tecnológica es un “huracán de destrucción creadora”
que transforma, destruye y renueva el aparato productivo mundial.
En efecto, en la historia de los países que han liderizado el crecimiento de la economía mundial en los últimos dos siglos se registran cuatro grandes “edades doradas” de prosperidad generalizada, surgidas a continuación de largos períodos de inestabilidad y turbulencia. Detrás de cada gran auge hay una revolución tecnológica
Desafíos Sociales y Políticos del Cambio de Paradigma Tecnológico
La prosperidad inglesa, a partir de la llamada "Revolución Industrial," se basó en un salto tecnológico en la industria textilera del algodón y en la difusión de esos principios de mecanización y de organización fabril a otras industrias. El llamado "boom" Victoriano, a mediados de siglo, se nutrió de las inmensas posibilidades de ampliación del mercado abiertas por las redes ferrocarrileras y las escalas mucho mayores sustentadas por la máquina de vapor. Detrás de la "Belle Epoque" se encuentran el poder estructural del acero, desde entonces barato, y las oportunidades sin precedentes de la electricidad y de la química moderna. El "boom" keynesiano de la post-guerra, liderizado por Estados Unidos, resultó de los infinitos campos de aplicación de la producción en masa y el petróleo barato, empezando por los
automóviles y electro-domésticos, pasando por el armamento y la petroquímica y llegando hasta la adopción de esos principios por casi todos los sectores productivos. La revolución informática está llamada a moldear las oportunidades que se desplegarán en un próximo período de prosperidad. Lo que es importante observar para nuestros propósitos es que el período de mayor y más espectacular despliegue de cada revolución tecnológica, como tal, precede claramente las décadas .
Doble impacto de las revoluciones tecnológicas
Lo más llamativo de cada revolución tecnológica es, por supuesto, lo nuevo. En efecto, los ritmos de crecimiento y los niveles de ganancia que ostentan los nuevos productos y las empresas que motorizan el salto tecnológico resultan impresionantes. El contraste es enorme con la situación de los productos y empresas de la revolución tecnológica anterior que, típicamente, están llegando a la madurez, cuando irrumpe la siguiente. El resultado de este crecimiento explosivo de los nuevos productos, de sus insumos y de la nueva red de infraestructura que generalmente acompaña su despliegue es el surgimiento de polos de crecimiento en regiones y sectores distintos de los tradicionales, impulsando un proceso de cambio en la estructura de la economía y del empleo en cada país y en el mundo.
Tales reacomodos forzados del tejido productivo van acompañados de fuertes desajustes en la dinámica de los precios relativos. También se produce un realineamiento entre países, regiones y empresas, moviéndose hacia las
posiciones de punta aquellos que dominan las nuevas tecnologías. Eso ocurrió con Alemania y EEUU frente a Inglaterra, a comienzos de siglo, y lo hemos visto en estos tiempos con el salto de Japón hacia la punta y con el avance de varios países rezagados de Asia hacia la condición de desarrollados.
UN NUEVO PARADIGMA TECNOLOGICO Y ORGANIZATIVO
Pero, cada revolución tecnológica va mucho más allá del éxito espectacular de los Henry Fords y los Bill Gates de cada transición, mucho más allá de la introducción de nuevos productos, nuevas industrias, nuevas formas de energía y de transporte, las tecnologías genéricas surgidas de esos nuevos productos, de las redes de infraestructura que los dinamizan y de la lógica organizativa que permite provecharlos llevan también a la renovación de todo el aparato productivo existente. Eso es lo que hace que un nuevo sistema tecnológico merezca el calificativo de “revolución.” Cada una lleva a la articulación de un nuevo paradigma o patrón tecnológico capaz de
inducir un salto cuántico generalizado en productividad. Cada paradigma marca una nueva frontera de práctica óptima tecnológica y organizativa, encarnada en tecnologías genéricas aplicables a lo largo y ancho del aparato productivo, a cualquiera sea el producto o servicio y a todo tipo de organizaciones y actividades.
En eso consiste el inmenso potencial de generación de riqueza: Las industrias nuevas, ofreciendo un amplísimo espectro de oportunidades inéditas de innovación e inversión, y un nuevo patrón tecnológico y organizativo, brindando herramientas para modernizar todo el resto de la economía, llevándola a un plano de productividad y efectividad claramente superiores a las “normales” hasta entonces.
Esta fuerza innovadora y renovadora trae dos consecuencias importantísimas. Por una parte, se abre una ventana de oportunidad para las empresas y países que, aunque no hayan ido muy lejos en el paradigma anterior, logren adoptar el nuevo o montarse en la ola de crecimiento espectacular de los productos revolucionarios (esa es parte de la explicación del éxito de los Tigres Asiáticos).
Desafíos Sociales y Políticos del Cambio de Paradigma Tecnológico
Por la otra, todo el aparato productivo existente basado en el paradigma anterior queda, por definición, obsoleto y tiene que ser modernizado. Quien no se renueve corre el riesgo de ser barrido del mercado. Por eso, al lado del relumbrón de las industrias nuevas, hay que embarcarse en el largo y difícil proceso de transformación de todo el aparato productivo de cada país y del mundo entero. Se trata de intensos
cambios tecnológicos se requiere un vasto reciclaje de calificaciones y considerables montos de inversión. No obstante, lo que más dificulta, retarda y entraba la transición es la necesidad de adopción masiva del nuevo paradigma tecnológico y organizativo, de un nuevo sentido “común,” de otra forma de pensar la eficiencia. Sin eso, no hay aprovechamiento del nuevo potencial de generación de riqueza disponible. Pero, esa adopción es equivalente a un cambio cultural.
El difícil cambio de “sentido común” Para entender más concretamente lo que significa un cambio de paradigma, vale la pena acercarse a ver la transformación que les toca vivir a los gerentes de hoy en su proceso de modernización. Todos estamose xpuestos a los términos en boga: globalización, apertura, competitividad, sociedad el conocimiento. Pero, una cosa es entender su sentido y sus implicaciones y otra es vivirlas en concreto, día a día, frente a la nueva dinámica de la competencia y dentro de la empresa, donde el cambio abarca todos los aspectos, disuelve todas las rutinas, cuestiona todos los hábitos y revoluciona cada uno de los tradicionales criterios de decisión. Tomemos cinco aspectos y recordemos que, en su discusión, estamos hablando más a nivel mundial que a nivel local. Los gerentes y empresarios de nuestros países además de vivir, como sus similares del mundo desarrollado, el trastocamiento del paradigma tecno-organizativo, tienen que asimilar las consecuencias de la apertura, superar la dependencia del Estado y aprender a correr riesgos con la inversión y la innovación. Ese doble salto al futuro supone cambios aún más profundos y exigentes, en el terreno cultural e institucional. Pero, sigamos en el plano de la transformación mundial.
Los dos componentes de la actual revolución tecnológica son, por una parte, la informática y las telecomunicaciones y, por la otra, el nuevo modelo gerencial, introducido originalmente por los japoneses y adaptado y adoptado desde entonces en múltiples maneras y difundido por un sinnúmero de “gurúes” a lo largo y ancho del mundo empresarial global. Estas dos vertientes de cambio, en lo tecnológico y en lo organizativo, son esencialmente compatibles e interdependientes y los principios de
“óptima práctica” de la organización moderna surgen de la fusión de ambas. Traduzcamos estos principios en términos de algunos de los grandes lineamientos que afectan la competitividad:
Desafíos Sociales y Políticos del Cambio de Paradigma Tecnológico
El cambio estratégico más general que introduce el nuevo paradigma en el aparato productivo es la búsqueda de la adaptabilidad. El tradicional modelo de producción en masa para la fabricación continua de altos volúmenes
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