ES POSIBLE LA EDUCACIÓN VIRTUAL EN EL ÁREA RURAL DE GUATEMALA

IRMA YOLANDA ZEPEDA FLORIÁN ID: azbycx16

¿ES POSIBLE LA EDUCACIÓN VIRTUAL EN EL ÁREA RURAL DE GUATEMALA?

Este nuevo siglo se caracteriza por lo tecnología de punta que constantemente abre nuevos espacios en la vida diaria. El desarrollo de las TIC, ciertamente ha abierto un mundo de posibilidades para todas las personas que desean superarse, y que por razones de tiempo, distancia, familiares y otras, no pueden dedicarle un horario específico a esta actividad.

La educación en línea se caracteriza por el uso de herramientas informáticas tales como el correo electrónico, páginas web, foros de discusión y mensajería instantánea. Así mismo funcionan gestores de cursos en línea, entornos creados específicamente para dicho fin; contienen herramientas que apoyan el aprendizaje del alumno, entre las que pueden mencionarse las Bibliotecas virtuales, recurso valiosísimo, que en el caso de mi país, son escasas y muchas veces caducas, por falta de mantenimiento y actualización de las obras que la integran..

Se entiende por educación virtual a una particularidad de la de la educación a distancia, cuyo principal objetivo es llevar a la práctica una manera diferente y novedosa de enseñanza-aprendizaje, para solucionar problemas estructurales de cobertura, ámbito geográfico y económico, de calidad, entre otros.

Resulta interesante conocer las etapas o generaciones por las que la educación virtual ha incursionado, y que en su momento han llenado los requerimientos y expectativas que el estudiante aspiraba. La primera generación es la de la educación por correspondencia; en la que los materiales impresos eran la base metodológica, pero no había contacto o era muy escaso, con el profesor. Este tipo de aprendizaje, me hace recordar la famosa escuela Hemphill School, que proporciona educación a distancia y por correspondencia y cuyos cursos estaban y aún están, dirigidos a personas con o sin conocimiento de la materia elegida, ya fuera para iniciar una nueva modalidad de trabajo o para perfeccionarse en los conocimientos previos que a través de la experiencia habían adquirido. Recuerdo haber pedido información, sobre cursos relacionados con el dibujo, una afición de siempre, pero que por carecer de medios económicos, no pude realizar.

La segunda generación es parte de mi experiencia personal, con un curso sobre docencia universitaria, recibido en la Universidad Rafael Landívar. En él, se manejaron textos, guías y tres tutorías durante el lapso de duración del curso, en que se desplazaba el tutor a la sede, generalmente domingo y resolvía todas las dudas expresadas y ampliaba algunos temas a solicitud.

De igual manera, la tercera generación la experimente con varios cursos servidos por la misma universidad, cuando amplió y modernizó sus TIC. Previa calendarización y claves personales, se ingresaba al módulo virtual en donde se realizaban foros e interactuaciones entre docente y alumnos, semejante a una puesta en común, en la que se dialogaba exponiendo opiniones, comentarios, valoraciones, conclusiones y otros, además de recibir una exposición tipo magistral, en la que planteaban generalidades sobre la materia.

Se asignaban tareas relacionadas con los contenidos estudiados y con tiempos límites de entrega y por la misma vía se recibía la nota adjudicada. Personalmente, la forma de evaluar no me satisfizo, ya que no se hacía ningún comentario, observación o corrección por parte del docente y como estudiante quedaba la duda sobre la calidad del trabajo presentado.

Partiendo de las experiencias y gratificaciones logradas, puedo afirmar, exceptuando la evaluación, que la educación virtual, satisface las necesidades de los estudiantes, cumple a cabalidad con el aprendizaje significativo y la interacción entre docentes y compañeros, posibilita con más libertad y seguridad la participación activa, sobre todo en los estudiantes que les cuesta expresarse ante un grupo presencial, pero sobre todo, se aprende a manejar tiempos , no solo para la conexión, sino también para la entrega de trabajos y participaciones de foros en línea.

En Guatemala, las modalidades de educación virtual podrían ser válidas y pertinentes, si no contáramos con los altos índices de analfabetismo, que no permite un desarrollo sustentable en los estratos sociales de los guatemaltecos.

Estos avances se destacan más en los países desarrollados, en donde la llamada “educación en línea”, propician la formación a través del ciberespacio, en el que no es necesario que haya conjunción de cuerpo y espacio para superarse a través de la

Guatemala ha experimentado en este campo, en algunas áreas urbanas, que por razones de cultura, ha alcanzado un desarrollo superior a las de otras regiones alejadas de las grandes urbes como la ciudad capital y Quetzaltenango. Y dentro de ese ámbito, se reconoce la labor de los centros educativos clasificados como tipo “A”, en el uso y manejo de las TIC, y de las universidades que laboran con la modalidad semipresencial con planes fin de semana.

Las ventajas que derivan de la educación virtual quedan demostradas por la cantidad de estudiantes que solicitan este tipo de aprendizaje, sobre todo a nivel superior, pues las características de la vida actual, tales como la jornada única, el empleo de dos y hasta tres jornadas de trabajo, para satisfacer las necesidades básicas de la familia, la adquisición de responsabilidades familiares a temprana edad, cuando aún no se ha finalizado el proceso de preparación para optar a empleos de alta remuneración, la mala preparación de la juventud para desempeñar con eficiencia un empleo, la falta de oportunidades laborales para recién egresados, son sólo algunos de los tropiezos que encuentran en el plano laboral los egresados de las escuelas de nivel medio y universitario.

Por esas razones, se buscan oportunidades en las escuelas y universidades en línea, solicitando becas o ayudas crediticias que permitan una preparación acorde a las necesidades de cada estudiante, en donde pueda llevar un ritmo de trabajo menos cargado y tiempos determinados para su realización.

Sin embargo, y es doloroso aceptarlo, el primer obstáculo que se visualiza, en Guatemala, es la problemática económica que prevalece desde el núcleo familiar, hasta el nacional. Este último, desvalorizado y manchado por la corrupción en todas las esferas del estado, lo cual obstaculiza el desarrollo integral de los guatemaltecos. Las carencias en los servicios básicos son evidentes a todas luces, no digamos en el aspecto educativo, que es el basamento de las naciones progresistas y en crecimiento.

Si bien es cierto, que un porcentaje de la población cuenta con recursos tecnológicos que les permiten acceder a todo tipo de comunicación e información a nivel mundial, también se sabe, que ese porcentaje no es mayoritario, ya que muchos connacionales del área rural, aún son analfabetas y las prioridades de estudio para ellos y sus descendientes no están en el listado de lo indispensable, ya que otras necesidades, entre ellas la alimentación y la salud, ocupan un primerísimo lugar.

Aunado a este flagelo, se suma la baja calidad de la educación, propiciada por un presupuesto que no cubre las necesidades de los establecimientos, que laboran en contra de la corriente, con una serie de deficiencias y necesidades que de una u otra forma, afecta al estudiantado. Se pueden mencionar, las promociones de maestros deficientemente preparados en las áreas básicas de comunicación y lenguaje y matemáticas, que reproducen cada final de año, un producto deficiente o repitente, que abarrota las aulas y frenan el progreso.

¿Cómo puede implementarse en un país que padece de analfabetismo funcional y analfabetismo propiamente dicho, programas

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