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ESTADO, GOBIERNO Y SOCIEDAD


Enviado por   •  30 de Enero de 2015  •  2.103 Palabras (9 Páginas)  •  234 Visitas

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ESTADO, GOBIERNO Y SOCIEDAD

Podemos decir que si para la biblia en el principio fue el verbo (Génesis) para la Política Moderna en el principio fue la sociedad, todo lo demás viene después.

En la concepción Contractualista (nuestra época), el Estado surge junto con el Gobierno, y ambos surgen de la Sociedad, mediante un contrato de todos los miembros de ésta.

El Contrato Social que instituye al Estado como tal, erige un poder que se encuentra por encima de todos los hombres, y que por lo mismo dispone de todos ellos, con un propósito doble; el primero es el de preservar el orden y segundo preservar la paz, es decir velar por el interés general.

Por lo tanto la Sociedad, al menos en una idea mitológica, es originaria respecto del Estado y el Gobierno, ya que si retrocedemos en la historia de la humanidad, nos podremos encontrar con grupos humanos en los cuales ni Estado ni Gobierno existían, y todo se discernía por el acuerdo común o por la fuerza.

También es cierto que es inútil tratar de buscar el origen histórico del Estado, y en verdad lo que realmente importa no es su origen o surgimiento, sino más bien el rol que desarrolla en cada época histórica y las diferentes concepciones ideológicas que sobre el mismo predican.

Se dice que para la época moderna surge del común acuerdo de los miembros de la sociedad, que viviendo hasta el momento en una situación pre-estatal llamada por algunos autores (Thomas Hobbes) “Estado de Naturaleza”, deciden pactar para delegar el poder y formar el Estado o Sociedad Política.

En el Pacto o Contrato Social, todos los miembros de la sociedad Civil ceden su poder al Soberano, creando en ese movimiento de la sociedad política o Estado. En ese pacto son cedidos al soberano derechos, que de ahora en más le pertenecerán, a cambio de que sean protegidas la vida y la propiedad de anarquía del desorden.

En el movimiento del pacto se encuentra la clave para la interpretación de la moderna forma de pensar las relaciones entre Sociedad (civil), el Estado (sociedad Política), y Gobierno, que es quien conduce a ese Estado. Pues una vez que el pacto es realizado, el soberano ya no está obligado respecto de los ciudadanos. Su estatus mismo deriva del hecho de estar por encima de ellos, y por ende, sin obligación alguno respecto de lo mismo.

Al ser la Sociedad Política una creación de la Sociedad Civil, su propósito y sentido queda atado a la necesidad que le dio origen, por lo cual podemos decir que el contorno estatal, deberá estar consagrado al contenido del pacto tiene la forma de un contrato, donde cada parte se compromete a realizar determinadas acciones, pero éste tiene una peculiaridad: en el acto de su suscripción crea una instancia que se eleva por encima de todos los ciudadanos, y que está más allá de todos ellos y, por ende, de lo pactado.

Entonces, al pactar se crea un más allá de la sociedad civil, que se opone a ella a partir de lo que es monopolio, la violencia y la ley, pero que tiene inscrito en su origen a la obligación de mantener el orden en la doble aceptación del término. Que haya paz social, evitándose el estado de guerra, y que se mantengan las cosas tal cual están, en lo que es el estatu quo imperante.

Erigido así entonces el Leviatán (Thomas Hobbes), tendrá desde el momento de su creación en adelante, la obligación de manejar los asuntos comunes, mantener la paz y el orden, y defender a la sociedad de agresiones externas. Pues si bien su aparición instaura él ordena al interior de la sociedad, el Estado de guerra no desaparece en lo que respecta a los estados entre sí.

Entonces este artilugio de la razón que surge de la suma de las voluntades individuales, establece el marco para una vida en común, a la cual habrá que atenerse de ahora en adelante si se quiere evitar ser sancionado por la justicia de Leviatán. Una vez que se ha ingresado al Estado, que nace la sociedad política con el pacto, todo ciudadano que se comporte transgrediendo los límites por él ordenados, se pondrá en este estado de guerra en relación con el resto de la sociedad. Será por tanto, pasible de ser eliminado en nombre del bien común, ya que su vida depende del soberano.

Esta paradoja encerrada en el contrato social, es decir el hecho de que se pacta para evitar la muerte de la guerra pero se pone la vida en manos de un poder sin contestación, es la base sobre la cual se sustenta nuestra vida comunitaria moderna, y es también, fundamento de los sistemas republicanos de organización del Poder.

EL ESTADO

Existen múltiples concepciones del Estado, todas las cuales coinciden al menos en un punto: el mismo debe determinar” el monopolio del ejercicio de la violencia legítima en territorio determinado”

Esta coincidencia en cuanto el monopolio de la coerción legítima corresponde al aparato estatal, deja traslucir lo que es una de las funciones principales del mismo, y por ende habla de lo que es su naturaleza.

Pero más allá de este puntual consenso, existe multiplicidad de concepciones respecto de lo estatal, que no resulta ni más ni menos que un reflejo de los disímiles estratos ideológico que atraviesan a toda sociedad. Dependiendo de la ubicación ideológica que se dé un determinado enunciador de una teoría del Estado, tendrá inclinación a remarcar un aspecto u otro de lo que es la función del mismo.

Una posición de centro tratará de hacer hincapié en el rol que éste desempeña en la realización del bien común, en la administración de justicia, y tenderá a señalar también los peligros de una posible extralimitación del mismo en lo que se hace a sus atribuciones. En este sentido el riesgo que entraña es el de su avance en la esfera de las libertades individuales, y el fantasma que define a este potencial peligro es el totalitarismo.

Una posición de izquierda remarcará el rol del mismo en el dominio de una clase por sobre otra, es como la clase dominante hace aparecer en la figura estatal sus intereses como coincidiendo con los de toda sociedad, y como en última instancia, el Estado moderno es el “comité de administración de los asuntos de burguesía”, si parafraseamos a Marx. Aquí el peligro es actual, no potencial, ya que mediante el aparato estatal se lleva adelante el dominio se no potencial, ya que mediante el aparato

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