ESTRÉS PSICOLÓGICO POSTRAUMÁTICO EN JUGADORES DE FUTBOL

ESTRÉS PSICOLÓGICO POSTRAUMÁTICO EN JUGADORES DE FUTBOL

INTRODUCCIÓN

La lesión deportiva forma parte de la vida del atleta de alto rendimiento, el futbolista profesional entre ellos, ya sea cuando la sufre, ya sea cuando ocurre a sus compañeros o a sus opositores. Los futbolistas que sufren una lesión deportiva deben afrontar eficazmente el estrés que suele producir la lesión y su secuela de rehabilitación, para reducir una respuesta exacerbada a situaciones potencialmente traumáticas en el aspecto psicológico, comunes en el deporte de alto rendimiento. Se entiende por deporte de Alto Rendimiento la búsqueda de la forma perfecta de actuación competitiva (performance) con la práctica sistemática y de alta exigencia en las diferentes especialidades deportivas. Para un futbolista de alto rendimiento o de elite sus planteamientos y objetivos son el logro de la más alta performance. Elige un sendero lleno de compromisos, sacrificios y motivación, combinando cada vez mayores complejidades en la búsqueda de ese momento culminante del logro máximo.

El riesgo de lesión en la práctica del deporte es alto, en el futbol no es la excepción. Esto se debe a que este es un deporte de cooperación-oposición, jugado en espacio compartido y juego simultáneo. Además la ejecución deficiente en determinados movimientos, un sobreuso de grupos musculares concretos o desequilibrios musculo esqueléticos son algunas de las causas que pueden llevar a la limitación del rendimiento ante una tarea específica, contribuyendo a generar deficits y patologías del aparato locomotor que pueden producir lesiones. Asimismo, cuando los niveles de estrés que supone vivir entre la elite deportiva exceden la capacidad de asimilación individual, el riesgo de lesión aumenta.

El proceso lesional no sólo repercute en el deportista sino que afecta a entrenadores, a familiares, a patrocinadores, a equipos y a clubes, suponiendo, además, un gasto médico para considerar. Asimismo, la alteración en los planes de entrenamiento provocada por las lesiones supone una de las principales causas para que una trayectoria deportiva no se corresponda con el potencial real del futbolista profesional.

Asumiendo que las lesiones constituyen una parte inherente a la práctica deportiva, entrenadores, preparadores físicos, médicos, sicoterapeutas, psicólogos del deporte, etc., son responsables de ayudar al futbolista a conseguir un estado físico y mental óptimo.

Tal y como se ha descrito, el origen multifactorial de las lesiones obliga también a un enfoque multidisciplinario en la aplicación de protocolos de prevención, así como en el proceso postraumático de la lesión, para ayudar a la recuperación física y mental del futbolista.

El creciente campo de la psicología de la lesión deportiva ha investigado, hasta ahora, dos vertientes: (1) los antecedentes psicológicos; y (2) los aspectos psicológicos post-lesión. En este texto trataremos fundamentalmente de la segunda vertiente, debido a que para el futbolista la lesión puede representar la pérdida de la autoestima, de la identidad y su valía como persona, así como la desaparición del reconocimiento de su público.

Porque cuando un futbolista se lesiona, además del dolor físico, los jugadores suelen sentirse frustrados por no poder participar en la actividad más importante de su vida. Sienten temor natural de perder su sitio en el equipo y/o se sienten mal por defraudar a sus compañeros y seguidores. El futuro les resulta incierto, sienten perder su fuente de ingresos y experimentan una crisis en su sistema de vida social. Estos problemas inciden mucho en la recuperación de la lesión de la que convalecen y pueden constituirse en antecedentes para futuras lesiones. (Garret y Kirkendall, 1996)

Por todo lo que se ha expuesto en los párrafos que preceden, se pretende en esta exposición mostrar algunos de los fenómenos definidos como síndromes postraumáticos, presentes en la práctica del futbol competitivo profesional y que son motivo de consulta frecuente en el servicio de Psicología en el Deporte. Para el psicólogo deportivo es de gran importancia indagar más a profundidad estos fenómenos que sin duda lo aproximarían a una mejor comprensión del futbolista de alto rendimiento.

HIPÓTESIS

¿Existe en la actualidad un diagnóstico, tratamiento y rehabilitación óptimos del estrés postraumático en caso de lesión grave del futbolista profesional?

OBJETIVO GENERAL.

Exponer los distintos tratamientos fármaco-psicológicos para el estrés postraumático en los futbolistas profesionales que han sufrido una lesión deportiva grave, así como la importancia de su rehabilitación.

OBJETIVOS ESPECIFICOS.

• Definir qué es una lesión deportiva de un futbolista profesional.

• Precisar como se diagnostica y las características del estrés postraumático.

• Explicar las principales corrientes psicoterapéuticas que se aplican en el tratamiento del estrés postraumático.

• Establecer los parámetros, formas y periodos de rehabilitación del futbolista profesional en caso de lesión grave en la práctica de su deporte.

1. LAS LESIONES EN EL FUTBOL

El futbol profesional exige intensos esfuerzos fisiológicos a sus practicantes. Éstos están determinados tanto por el ritmo de juego durante el partido tanto por los niveles físicos y de motivación de los jugadores en un ejercicio de alta intensidad. Sin la combinación necesaria de los atributos fisiológicos, los futbolistas profesionales no serian capaces de manejar el esfuerzo que les impone la práctica de su profesión que es altamente competitiva. El esfuerzo fisiológico asociado con el juego tiene consecuencias tanto positivas, como es el triunfo deportivo, así como negativas, en el caso de lesiones leves o graves. (Garret y Kirkendall, 1996)

La definición de lesión deportiva o por la práctica de un deporte, es el daño tisular que se produce como resultado de la participación en deportes, como el futbol o en ejercicios físicos. (Bahr, 2009)

Para hacernos una idea de la magnitud del problema de las lesiones en el ámbito del futbol de alto nivel, sabemos que se producen aproximadamente 9 lesiones por cada 1.000 h de juego (entre entrenamientos y competiciones). Si comparáramos esta prevalencia con una

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