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Economia De Arabia Saudita


Enviado por   •  12 de Abril de 2015  •  17.071 Palabras (69 Páginas)  •  194 Visitas

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I. MARCO TEÓRICO

Arabia Saudita, El comienzo del Viaje

El Reino de Arabia Saudita o Arabia Saudí) es un país islámico de la península arábiga. Limita con Irak y Jordania por el norte y noreste, con Kuwait, Catar y los Emiratos Árabes Unidos por el este, con Omán por el sureste y con Yemen por el sur. También está conectado con Baréin a través de la calzada del Rey Fahd. Lo bañan las aguas del mar Rojo por el oeste, y del golfo Pérsico por el noreste. Arabia Saudita posee aproximadamente 2 149 690 km2 de superficie, y contaba con una población de más de 28 millones de habitantes en 2008.

El Reino de Arabia Saudita fue fundado por Abdelaziz bin Saud en 1932, aunque las conquistas que iniciaron la creación del estado moderno comenzaron en 1902 con la captura de Riad. El gobierno saudita ha sido una monarquía absoluta desde sus comienzos, basada en los principios islámicos, aunque esto es negado por los salafistas, una escuela minoritaria de pensamiento islámico. El reino es también llamado "La Tierra de las Dos Mezquitas Sagradas" en referencia a Masjid al-Haram en La Meca y Masjid al-Nabawi en Medina, los dos lugares más sagrados del Islam.

Arabia Saudí tiene las segundas reservas de petróleo del planeta (el primero es Venezuela) y es también el segundo exportador mundial (el primero es Rusia). Las cuentas del petróleo generan más del 90% de las exportaciones y cerca del 75% de los ingresos del gobierno 2012, lo que está facilitando la creación del estado del bienestar.2 Sin embargo los grupos de derechos humanos como Amnistía Internacional y Human Rights Watch han denunciado la falta de protección de los derechos humanos en el país.

Historia

Ya en el siglo XXIV a.C., la región oriental de Arabia, la isla de Dilmun (Bahrain), se había convertido en un pujante lugar de pasaje entre Mesopotamia, Arabia meridional e India. A fines del tercer milenio a.C., Arabia ingresó a la órbita de la civilización asiática occidental; en la parte final del segundo milenio a.C. comenzó el tráfico mercantil de caravanas entre Arabia meridional y la Media Luna Fértil. La domesticación del camello, aproximadamente en el siglo XII a.C., facilitó las travesías por el desierto y dio origen a una sociedad floreciente en Arabia meridional, que se desarrolló en torno al estado de Saba (Sheba). Cuando los pueblos del Mediterráneo aprendieron a sacar ventajas de la periodicidad de los vientos monzones del Océano Índico, prosperaron las relaciones comerciales en la región. Romanos y bizantinos comenzaron a tener un importante intercambio con los puertos norteños del mar Rojo y Arabia meridional, y llegaron incluso más allá de India. En los siglos V y VI d.C., las sucesivas invasiones de los etíopes cristianos y la resistencia de los reyes sasánidas provocaron el desmembramiento de los estados de Arabia meridional.

En el siglo VI, la casa Quraysh, que controlaba el enclave sagrado de La Meca, logró una serie de acuerdos con las tribus del norte y del sur, a cuyo amparo las caravanas se movieron libremente desde la costa de Yemen, en el sur, a La Meca, y de allí al norte, a Bizancio, o al este, a Irak. Pero, además, los miembros de la casa Quraysh de Abd Manaf establecieron pactos con Bizancio, Persia y soberanos de Yemen y Etiopía, promoviendo el comercio fuera de Arabia. En su calidad de señores del templo de La Meca (Kabah), los Quraysh eran conocidos como los Vecinos Protegidos de Alá, y a las tribus en peregrinaje a La Meca se les llamaba los Huéspedes de Alá.

La Kabah, con el agregado de otros cultos, terminó siendo el templo de todos los dioses, el culto de algunos de los cuales tal vez estuvo vinculado a acuerdos políticos entre los Quraysh –adoradores de Alá– y las tribus.

Muhammed (Mahoma) nació en el 570, en la rama hachemita de la casa noble de Abd Manaf. Quedó huérfano muy temprano y por lo tanto tuvo escasa influencia en su clan, pero nunca le faltó la protección del grupo. Se casó con una viuda rica y mejoró su posición como mercader, pero comenzó a dejar su impronta en La Meca predicando la fe monoteísta en Alá. Rechazado por los señores Quraysh, Mahoma buscó infructuosamente la integración a otras tribus, hasta que finalmente logró negociar un pacto con los jefes tribales de Medina por el cual obtenía su protección y se convertía en jefe teocrático y árbitro de la confederación tribal de Medina (ummah). Los Quraysh que lo siguieron fueron conocidos como muhajirun (refugiados o emigrantes), mientras que sus aliados de Medina fueron denominados ansar (seguidores). El calendario musulmán tiene como punto de partida la hijrah (hégira), momento en que Mahoma se traslada a Medina en el 622 d.C.

Los hombres de Mahoma atacaron una caravana Quraysh en el 624 d.C., quebrando así el sistema de seguridad vital establecido por la casa Abd Manaf y dando inicio a las hostilidades contra sus parientes de La Meca. El poder en ascenso de Mahoma quedó demostrado cuando declaró a Medina su enclave sagrado luego de que los Quraysh fracasaron en su intento de apoderarse de la ciudad. Mahoma desbarató la ofensiva de los Quraysh y marchó hacia La Meca. Luego de tomarla (630 d.C.), se convirtió en señor de los dos enclaves sagrados. Pero aun cuando le quitó el poder a algunos señores de la casa Quraysh, su política posterior apuntó a la reconciliación.

Después de la entrada de Mahoma en La Meca, las tribus vinculadas a la casa Quraysh vinieron a negociar con él y a aceptar el Islam, lo cual significó algo más que renunciar a sus deidades locales y adorar exclusivamente a Alá.

En la época de los sucesores de Mahoma, el ímpetu expansionista de las tribus unidas en torno al núcleo de los enclaves sagrados coincidió con la debilidad de Bizancio y la Persia sasánida. Las tribus convocadas en torno a las banderas del Islam lanzaron una carrera de conquistas que prometía satisfacer el mandato de su nueva fe y obtener botines y tierras. Reunieron sus familias y sus ganados y abandonaron la península. Toda Arabia fue afectada por la magnitud de esos movimientos demográficos; en Hadhramaut posiblemente fueron la causa del descuido de las obras de riego que provocó la erosión de tierras fértiles. También en Omán, cuando las tribus árabes desalojaron a la clase dominante persa y afectaron el complejo sistema de riego que esta última había construido.

Las conquistas llegaron a tierras muy lejanas y todo lo obtenido era volcado a las Ciudades Santas (La Meca y Medina). Estas se transformaron en epicentros de una sofisticada cultura árabe. Medina se convirtió en un centro de estudio del Corán, de la evolución de la ley islámica y de los antecedentes

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