Educación comparada (Alfonso Torres Hernández) Visitar el sitio:

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Educación comparada (Alfonso Torres Hernández) Visitar el sitio:

http://www.milenio.com/firmas/alfonso_torres_hernandez/educacion_comparada-concepciones-debates-perspectivas_teoricas-milenio_18_907889267.html

Para innovar copias e inventos (Mtra. Luz Elena Salas Gómez, Dídaxis Médica Vo.5 No.6, Julio 2002 México, D.F.) Se copia el texto porque ya no se encuentra activa la URL

Con frecuencia se reconoce la habilidad que tenemos para idear soluciones a problemas cotidianos, y sin duda todos recordamos al profesor(a) que nos sorprendió con un camino que nos hizo fácil lo difícil; a compañeros(as) de estudio que con un “simple” esquema nos ayudaron a entender finalmente...un concepto o fenómeno. Cada escuela y universidad bien podría abrir un espacio en el que periódicamente se expusieran modelos e imágenes didácticos como una muestra de concepciones creativas, elaboradas tanto por profesores como por alumnos para acercarnos con mayor entusiasmo y curiosidad a tantos “objetos de estudio”.

Esta notable capacidad para ofrecer soluciones a preguntas de la vida diaria y psicopedagógicas, contrasta en nuestro medio con la fácil inercia para seguir modelos y fórmulas diseñadas en el exterior. Constantemente nos deslumbran propuestas educativas del mundo desarrollado que sin el menor análisis aprobamos y nos empeñamos en su implantación... aunque luego la realidad nos rompa el esquema. La inclinación humana a imitar la manera como otras culturas educan a sus hijos e hijas, es antigua. Tenemos noticia de cómo la educación espartana, la de los aristócratas persas y la de distintas naciones de occidente han sido a través del tiempo referentes para otros en materia de educación. Hoy, se admiran a unos por “rápidos” y por el brillo de los instrumentos que usan; querer ser como ellos, es un propósito en el que muchos coinciden. Nos seduce un sistema o enfoque y nos suscribimos, sin reparar en la filosofía que los define. Nos deslumbra el “software”, la tecnología; no nos interesa el “por qué”, ni el “para qué”, y antes de decidir, tendríamos que tener una comprensión holística de los modelos de referencia.

Frente a este panorama, la Pedagogía comparada nos guía en el análisis crítico de proyectos educativos, nos impele a no cerrar el lente en una sola dirección y a perder en el horizonte otras perspectivas, y nos invita a formular aportes, a no olvidarnos de que podemos diseñar y sistematizar propuestas innovadoras más aproximadas a la realidad. Es también un camino para valorar lo propio... sin duda uno de nuestros mayores retos.

Bereday, como otros comparatistas, ve el transcurso de la Pedagogía comparada que inicia en la Europa del siglo XIX y habla de tres etapas en la historia de la disciplina:

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