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Educacion Comparada

dulcesotoherrera29 de Junio de 2014

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LA EDUCACION COMPARADA Y SUS DESAFIOS

Vallone, Blanca.

Obtenido desde: http://fido.palermo.edu/servicios_dyc/publicacionesdc/vista/detalle_articulo.php?id_libro=128&id_articulo=320

Naturaleza y alcances de la educación comparada.

Definiciones

Kandel afirmó que “el fin de la educación comparada,

como el del derecho, la literatura o la anatomía comparadas,

es el de descubrir las diferencias en las fuerzas

y causas que producen diferencias en los sistemas

educativos”. Su mayor valor consiste –según Kandeen

el análisis de las causas que determinan el desarrollo de

los sistemas, en la comparación de las diferencias entre

los distintos sistemas, en los motivos subyacentes y, por

último, en el estudio de las soluciones intentadas.

Kandel señala que la comparación exige, en primer

lugar, la apreciación de las fuerzas intangibles, impalpables

–espirituales y culturales– que sirven de fundamento

al sistema educativo. Y, siguiendo tales ideas señala

que un sistema educativo está sobretodo influido, y

su naturaleza en gran medida determinada, por factores

y fuerzas extraños a la escuela. “La naturaleza de esos

factores y fuerzas debe ser estudiada, a fin de que se

comprendan las características de un sistema educativo,

tal como existe y a medida que va evolucionando”.

La tarea de la educación comparada consiste en el examen

del significado de la educación general, elemental

y secundaria, la luz de las fuerzas –políticas, sociales,

naturales– que determinan el carácter de los sistemas

nacionales de educación.

Los problemas y propósitos de la educación, afirma Kandel,

han llegado a ser similares, en cierto modo, en los

distintos países; las soluciones están influidas por diferencias

de tradición y de cultura, peculiares a cada una

de ellas. Para comprender y apreciar el verdadero sentido

del sistema educativo de una nación es esencial el conocimiento

de sus tradiciones, de las fuerzas y directrices

que presiden su organización social, de las condiciones

políticas y económicas que determinan su desarrollo.

La afinidad de las ideas de Kandel con las de Sadler,

precursor inglés de la educación comparada, se advierte

al expresar que “el estudio de la educación comparada

debe procurar descubrir la fuerza espiritual, intangible,

impalpable que, en todo sistema eficaz de educación,

en realidad, sustenta el sistema escolar y es responsable

de su eficiencia”. Sadler explica cuáles son esas fuerzas

“espirituales, intangibles e impalpables, con estas

palabras: “Cuando se estudian sistemas de educación

extranjeros no se debe olvidar que las cosas exteriores a

la escuela son más importantes que las interiores y que

las primeras gobiernan a las segundas”.

Los conceptos extraídos de los autores anteriores, Kandel

y Sadler, me resultaron significativos en cuanto identifican

claramente cuál es el objeto de estudio o sujeto de

la comparación de la Educación Comparada (sistemas/s

educativo/s), cuál es su campo propio de investigación

y sus distintos aspectos a tener en cuenta (estructura,

sistemas, planes, programas, métodos), apuntando primordialmente

al cumplimiento de sus finalidades, propósitos

y reformulación de cualquier aspecto del sistema

educativo, no apartándose de la idea de que para

entender, dar sentido y significado a la educación se deben

tener en cuenta, no solamente a esas “fuerzas espirituales

intangibles” (tradiciones, cultura) y condiciones

socio-políticas que determinan el contexto y desarrollo

de ese sistema educativo, sino también se deben tener

en cuenta las áreas progresivamente más amplias de las

que podemos establecer comparaciones, ya que son las

que nos ofrecerán los mejores aportes para identificar,

analizar, diagnosticar, planificar y cumplir con los objetivos

de la educación comparada: entendimiento y mejora

de cualquier aspecto de “la educación”.

Roselló define a la Educación Comparada como “la

ciencia que plantea e intenta resolver los problemas

educativos, valiéndose del método comparativo, aplicado

científicamente y acomodado a la naturaleza de

dichos problemas en general y de cada rama de ellos

en particular”.

Alexandre Vexliard prefiere la denominación de pedagogía

comparada a la de educación comparada, entendiendo

por tal “aquélla disciplina de investigaciones” que

tiende a lograr nuevos conocimientos de orden teórico

y práctico mediante la confrontación de dos o más sistemas

de educación correspondientes a diversos países,

regiones o épocas históricas; “la comparación consiste

en analizar las similitudes, semejanzas y diferencias entre

varios sistemas de educación, entendiendo por tal

la organización, la estructura, la administración de la

educación, así como también los programas, los método

pedagógicos, didácticos y de control usados en los diversos

grados y especialidades de la enseñanza”.

Las definiciones de los autores, Roselló y A.Vexliard,

hacen referencia explícita al método utilizado por la

Educación Comparada, su naturaleza y carácter de la

comparación y su finalidad específica.

La figura de Marc-Antoine Jullien de París

Marc-Antoine Jullien (llamado “de París”) nació en

1775 en una familia de la burguesía media ilustrada.

Al principio fue educado en el campo por su madre,

según “los principios de un rousseaunismo exigente”

y después en París por su padre, Marc-Antoine Jullien

(llamado de la Drôme”) que tenía amistad con Mably,

Turgot y Condorcet, y que fue diputado del departamento

de la Drôme durante la Convención.

Alumno del Colegio de Navarra, su concepción del

mundo se hizo en un crisol en el que se mezclaban las

diversas corrientes intelectuales de la Ilustración: las filosofías

que afirmaban la perfectibilidad humana, la voz

interior de la conciencia y las exigencias de la razón; el

enciclopedismo, convencido del progreso permanente

y de las virtudes de las ciencias y la Ilustración; y una

filosofía política alimentada en las ideas de Rousseau,

Mably, Condorcet, y en la lectura de los clásicos. Junto

con estos nuevos conceptos, los conocimientos clásicos

enseñados en el Colegio le proporcionaron muy pronto

modelos para la interpretación de sus experiencias sociales

y modelos de acción: la educación pública hacía

brotar todas las ideas republicanas en el seno de la monarquía.

Y en los colegios se creaban muchos pequeños

estados en los que ni el rango ni la fortuna conseguían

ninguna superioridad, en los que la independencia y la

igualdad eran los bienes soberanos… En estos años que

precedieron a la Revolución, junto con el sentido del

interés general y de una justicia basada en los méritos

propios, Julien adquirió un odio profundo por el absolutismo

monárquico.

La tarde del 14 de julio de 1789 distribuía a los transeúntes,

hojas de papel en las que había escrito: “No

basta con haber derribado la Bastilla, es preciso derribar

el Trono”. Tenía 14 años. Durante el verano de 1791,

pronunció el juramento de los jacobinos: “Vivir libre o

morir”. Tenía 16 años. Al año siguiente, tomaba partido

públicamente a favor de Robespierre: “El interés, la

salvación del pueblo, ésta es la primera y única base

en que debe fundarse la determinación de los representantes

del pueblo”. En 1793 es comisario del ejército

en los Pirineos, delegado oficialmente por el Comité

de Salvación Pública, al que Robespierre le ha otorgado

un poder casi discrecional en diversas ciudades de

Francia. En1794 es nombrado secretario del Comité de

Instrucción Pública encargado de elaborar los planes de

“Instrucción pública” o “Educación nacional”, si bien,

enviado a Burdeos por Robespierre, no participó en esa

labor, de la que sin duda tuvo conocimiento.

Detenido después del 9 de Termidor, pasó 15 meses en

prisión. Durante este período revisó sus ideas políticas.

No dejó de denunciar la división de la sociedad en “clases

de ciudadanos” (lo que explica el interés que mostró

posteriormente por el Instituto de Pestalozzi, que acogía

tanto a hijos de pobres como de ricos), pero a su juicio

era urgente salvar la República uniendo a todos los republicanos,

poniendo fin a la revolución, “lucha continua,

guerra a muerte entre patricios y plebeyos, ricos y

pobres”. Era preciso hacer lo que los revolucionarios no

habían sabido hacer: aliarse con el pueblo y “mejorar el

destino de los pobres pero por medios prudentes y posibles”.

Era preciso revisar la naturaleza de los medios

que permiten cambiar la

...

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