Ejemplario de ensayos realizados por los alumnos de sexto año del Colegio Nacional “Rafael Hernández”

Ejemplario de ensayos realizados por los alumnos de  sexto año del Colegio Nacional “Rafael Hernández”

Temas propuestos:

1) Fácil es, pues, ver claramente cómo nuestra felicidad depende de lo que somos, de nuestra individualidad, mientras a menudo no se tiene en cuenta sino lo que tenemos o lo que representamos. A. Shopenhauer

2) Un gran poema, una novela clásica nos acometen; asaltan y ocupan las fortalezas de nuestra conciencia. Ejercen un extraño, contundente señorío sobre nuestra imaginación y nuestros deseos, sobre nuestros sueños más secretos. Los hombres que queman libros saben lo que hacen. George Steiner

3) La tierra no pertenece al hombre; el hombre pertenece a la tierra. Esto sabemos: todo va enlazado, como la sangre que une una familia. Todo va enlazado. Todo lo que le ocurra a la tierra le ocurrirá a los hijos de la tierra. El hombre no tejió la trama de la vida; él solo es un hijo. Lo que hace con la trama se los hace a sí mismo. Carta de un nativo americano al hombre blanco. Jefe indio Noah Sealth, 1854

4) Los procesos de globalización en todas sus vertientes requieren de la participación de la sociedad civil, y la educación no está exenta de estos procesos ni los jóvenes estudiantes pueden eludir su responsabilidad. (Consejo de juventud de España)

5) No saber gestionar el uso que hacemos de las redes sociales puede conllevar numerosas consecuencias negativas como, por ejemplo, perjudicar a nuestras relaciones personales y a nuestra concentración, o provocarnos estrés y ansiedad.  Irene Cirvida (periodista española)

Los siguientes ensayos respondían a los requisitos para su aprobación a saber: la sujeción al tema elegido; organización del contenido; coherencia y cohesión del texto; ortografía y puntuación. Extensión mínima entre 400 y 500 palabras.      

IMPORTANTE: los fragmentos en negrita, tachados y notas al pie corresponden a correcciones o zonas problemáticas del texto.

Ejemplo 1:

Felicidad: ¿Ser o poseer?

En este texto, me propongo afirmar y explicar la frase de A. Schopenhauer que dice: “Fácil es, pues, ver claramente cómo nuestra felicidad depende de lo que somos, de nuestra individualidad, mientras a menudo no se tiene en cuenta sino lo que tenemos o lo que representamos”. Pretendo desarrollar algunos conceptos y además exponer mi punto de vista al respecto.

        Quiero comenzar definiendo, según el diccionario, algunas palabras claves:

“Felicidad: complacencia del ánimo en la posesión de un bien”.

“Bien: hacienda, caudal / utilidad, beneficio”.

“Tener: poseer, gozar”.

“Ser: valor, estimación de las cosas”.

        ¿Acaso no está clara esta tendencia, incluso del diccionario, de hacer mayor hincapié en las pertenencias que en el ser?

        Este es un claro ejemplo de como a través de todos los medios, nos están imponiendo una concepción de la vida que sólo nos puede llevar a la infelicidad.

        A diario nos rodean la tecnología, los medios de comunicación, las redes sociales y una tendencia a pensar que todo debe ser rápido. ¿Y cómo es posible que en este contexto, las relaciones, las ideas, incluso la personalidad, no se modifiquen también?

        La sociedad nos instruye que para ser hay que tener, y el que no tiene, no es nadie. Nos incita a comprar, comprar y comprar, logrando que aquel que tiene poco, quiera más y el que tiene mucho, también. Se despierta en las personas una sed insaciable de posesiones en la creencia de que también significan integridad, plenitud, alegría. Y cuando no resulta así, creen que la solución es adquirir más bienes, creándose un círculo que nunca acaba.

        Todos vimos a personas como por ejemplo a Ricardo Fort, teniéndolo todo, pero a la vez sin tener nada. Intentando vanamente comprar amor, amigos, incluso familia, creyendo que hasta el amor es un bien que hay que comprar. Lo cual únicamente lo llevó a la infelicidad.

        Hay quienes consideran que era feliz de esa manera, rodeado de lujos, autos caros y chicas bonitas, pero imaginémonos qué sentiría cuando todos se acercaban por interés, intentando sacar alguna ganancia, o incluso fama. Así la vida se volvía todavía más vacía dudando de las intenciones de todo aquel que lo rodeaba.

        Y esta ideología se va formando y consolidando en todos los niveles y llegamos al punto que encendemos la televisión y en un rato vemos por ejemplo que para ser prósperos tenemos que conducir un auto último modelo, que necesitamos una computadora moderna y hasta que nuestros hijos se van a decepcionar de nosotros sino compramos ese maravilloso juguete nuevo.

        Yo creo sin duda que más se van a decepcionar si les hacemos creer que la vida pasa por comprar, que los padres que hacen más regalos son los que quieren más a sus hijos. Y no los que les dedican tiempo, afecto, comprensión, paciencia, amor. Esto no lo dice ninguna propaganda.

        Y con ello no quiero decir que no puedan comprarles un juguete nuevo, sino que el comprarlo no implique hacerles creer que el cariño se demuestra a través de lo material, del gasto, del derroche.

        Por otra parte, vale la pena agregar lo que yo entiendo por felicidad, es para mí, la paz interior, el dar y recibir, compartir, pasar tiempo con nuestros seres queridos, familia, amigos, pareja, tener una mascota, divertirnos, descansar, tener un hobbie. Es todo aquello que nos haga sentir plenos, completos. ¡Lo que nos haga sentir vivos! Logremos que las cosas materiales no signifiquen más que un complemento, simplemente una mejora para nuestra existencia.

        Sentirnos bien debe depender de estar orgullosos de nosotros mismos, de nuestros actos y esfuerzos, tanto triunfos como fracasos, siempre que hayamos dado lo mejor de nosotros mismos, es un éxito.

        Abarca desde pequeños actos, como estudiar, aprobar un examen, hasta recibirse u obtener un ascenso, porque la vida al fin y al cabo se compone de las pequeñas cosas que realmente disfrutamos.

        Quiero dejar en claro que creo que a lo largo de este complicado camino que es la vida, es mejor compañía una persona que un televisor.

        En conclusión, sostengo en este texto lo expresado por A. Schopenhauer, la idea de que es evidente que el placer, el bienestar, la alegría dependen más de nuestro yo-interior, de nuestra esencia y de cuáles consideramos nuestras prioridades. Pero aun así en la práctica es muy común ver como dan más importancia a las posesiones, la riqueza, los bienes, el capital.

        Porque tener mucho, suele significar a su vez tener poco. Y estar lleno de cosas, el vacío del alma.

Ejemplo 2:

Otro animal

        El planeta está en alerta roja. No es ninguna novedad que los recursos naturales que se han explotado se están agotando: queda poca agua dulce, el suelo se erosiona y la tierra pierde su fertilidad, el aire que respira cada ser está contaminado, la capa de ozono tiene un agujero que sigue creciendo. También crecen los basurales al punto de invadir países enteros, mucho de todo lo que nos rodea puede producir cáncer, año tras año desaparecen diferentes especies de plantas y animales, el efecto invernadero descongela los polos y produce sequías e inundaciones y sin temor a equivocarme, afirmo que sólo una de las especies es responsable de esta crisis, que tiene innumerables consecuencias.

        El ser humano es el único animal de esta tierra que en la actualidad, debido al proceso evolutivo, se ha dotado de conciencia. Esto le fue permitiendo modificar la naturaleza a medida y del modo que le fue satisfaciendo, lo que hoy por hoy, en un nivel avanzado de desarrollo hizo creer a las personas que son las dueñas indiscutibles de todo lo que las rodea, y que son libres de obrar como gusten utilizando todos los recursos que de momento tengan.

        Esta libertad que parecía no tener límites está llegando a su inevitable fin; llegó ahora una nueva etapa de consecuencias, en la que se intenta concientizar felizmente a toda la especie sobre el “leve” estado de emergencia, y con esto me refiero a la reciente moda (que no tiene más de veinte años) de cuidar el medioambiente, que por cierto han adoptado la mayoría (sino todas) las grandes empresas multinacionales de alcance global. Esto consiste en disimular o minimizar todo lo que contaminan “tapándolo” con un costado Greenpeace, con simpáticas publicidades que enseñan los beneficios que trae consumir productos con envases reciclables, materiales biodegradables, productos de menor impacto ambiental y fomentando la separación de residuos con bolsas de dos colores.

        Los hombres y mujeres de las generaciones que se integran al sistema tienen (o tenemos) sobre la espalda el peso de pagar la cuenta de lo que consumieron generaciones anteriores, y puede que todas las campañas de concientización del mundo no sean suficientes para reparar el daño, porque éste fue demasiado grande y significativo.

        Desde el inicio de la sociedad como la conocemos predominó a nivel mundial una religión que además tuvo siempre mucho peso, que predica que todo lo que existe, todo lo que conocemos, está al servicio del hombre y gracias al progreso, y de años de lucha por la flexibilización mental, se ha logrado incluir a la mujer.

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