El Gestor Educativo

CAPITULÓ I

EL PROBLEMA

Planteamiento del Problema

A nivel mundial, el estilo gerencial en la educación ha sido objeto de análisis y propuestas dirigidas a mejorar su ejercicio por parte de los directivos tomando en cuenta para ello, la manera como desarrollan las capacidades, conocimientos, habilidades para administrar, conducir la actividad educativa hacia los objetivos propuestos. En la actualidad, la sociedad propone exigencias cualitativas y cuantitativas, que tienen una marcada incidencia o repercusión inmediatas en quienes laboran en las distintas organizaciones de orden administrativo y social; con el fin de obtener un mejoramiento tangible de su acción en el contexto o entorno en la cual se hallan inmersas.

Ante esta posición el papel del director como gestor educativo, exige la responsabilidad de una actuación personal, ética y de una solidaridad social democrática. En el ámbito escolar enfrenta diversas situaciones de orden administrativo y social que hacen necesario la presencia y aplicación de conocimientos que lleven hacia una canalización de esfuerzos y voluntades que las clarifiquen, minimicen y solucionen, de forma tal que se imponga un clima de asertividad en el centro educativo.

Visto de esta forma, la acción educativa depende en gran medida del estilo de gerenciar del director, quien debe poseer capacidades, conocimientos y habilidades para dirigir al personal adscrito a sus planteles, logrando el máximo de su utilidad, por lo cual debe estar preparado en aspectos como planificación, organización, supervisión y control, así como de un conjunto de características específicas como liderazgo, promotor de cambio, innovador, las cuales le posibiliten desempeñarse de manera óptima en sus funciones.

En este sentido, Ruiz (1997) argumenta que no existe gerencia cuando hay carencia de liderazgo o irrespeto a los valores individuales o grupales. Asimismo acota; “Los líderes que necesita la educación deben tener como propósito, modificar la conducta de si mismo y la de otros, al ejercer el limite o estimulación para trabajar de manera integrada hacia la consecución de metas de la organización” (p.65).

Es por ello que el desempeño laboral del directivo debe sustentarse en un estilo gerencial capaz de dar respuesta a todas las situaciones presentes en la institución, el cual se adapte a los cambios producidos continuamente en el ámbito educativo. Por tanto, el director de una organización educativa debe poseer capacidad de liderazgo, una visión clara de la institución, sentido de dirección organizacional, además de cualidades personales como entusiasmo e integridad.

Por lo expuesto anteriormente, se deduce que la función del director dentro de la organización como tal, supone el ejercer influencia sobre la conducta de los miembros del grupo de trabajo con quienes interactúa. Independientemente del estilo que adopte en la gestión que aplica, corresponde a él, la responsabilidad de introducir de forma oportuna los correctivos necesarios y pertinentes a las diversas situaciones que presenta la dinámica o bien los que se dan de manera fortuita antes, durante o después del proceso enseñanza y del aprendizaje, para orientarle hacia la ansiada calidad de la educación e implementación de estímulos para la labor de quienes se desempeñan en el día a día en dar lo mejor de sí.

En Venezuela los encargados de dirigir el proceso educativo, un alto porcentaje

no tienen la preparación suficiente para enfrentar con éxito los problemas del quehacer laboral, razón por la que una gerencia educativa centrada en un certero liderazgo permitiría cumplir con los principios, normas, disposiciones y técnicas propias de la vida escolar. De ello se deriva el buen éxito del sistema, en gran parte que el director imprima en el ejercicio de su función una praxis más dinámica y acertada, que se corresponda con los intereses de la comunidad escolar en pleno, donde la comunicación, el consenso, la toma de decisiones y las buenas relaciones interpersonales se evidencien como factores de armonía y productividad en el trabajo que se cumple.

En la práctica educativa, el modelo que exteriorice el centro educativo en cuanto a la comunicación entre las partes, participación en la toma de decisiones, relaciones interpersonales, alcance de metas, cooperación y ambiente de trabajo, entre otros; constituyen soportes que el estudiante internaliza y copia en su hacer. Dentro de esta premisa, la educación se constituye en uno de los recursos más importantes para la formación de líderes, siempre que se canalice en el niño patrones hacia este fin desde el comienzo de escolaridad.

El grado de motivación y estímulo que impregne el director en el desempeño de las funciones propias a su cargo, juegan alta significación y condiciona el éxito y fracaso de su labor en la institución, así como la proyección de ésta en el contexto y más aún, de la práctica pedagógica que cumple el docente en pro de una calidad de la educación y de la formación del estudiante.

La desmotivación y pérdida de liderazgo que acusan gran parte del personal que labora como director, llevan al arraigo de conductas como el conformismo e indiferencia ante situaciones que se presentan a nivel del recurso humano a su cargo, el deterioro de las plantas físicas de los centro que dirigen y la desviación u omisión de las normas internas que rigen el hacer en la institución, el incumplimiento defunciones o atribuciones que no competen a funcionarios, el débil clima laboral, falta de planificación, inasistencias repetitivas del directivo, docente, administrativo y de apoyo, ausencia de supervisión y otros factores, representan causas que afectan el acto educativo en general. De allí que, en atención a las exposiciones anteriores, se rompe el equilibrio entre el proceso y la calidad; en consecuencia se establecen conductas que obstaculizan el normal desenvolvimiento de las situaciones laborales y de aprendizaje en el alcance de los objetivos propuestos.

Por las afirmaciones que anteceden, se plantean las siguientes interrogantes:

¿Qué acciones apoyan la actuación del directivo en los distintos momentos del hecho educativo?, ¿Qué factores llevan a la pérdida del liderazgo, inmerso en el ejercicio de la función directiva?, y ¿Qué niveles de satisfacción laboral acusan los docentes en atención al modelo de liderazgo que desempeña el ámbito de la Escuela Bolivariana “Graciliano Colmenares”?, constituyéndose esta última en la de mayor relevancia dentro de la presente investigación.

Estas interrogantes se plantean ante la situación

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