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El Hombre Y El Poder


Enviado por   •  21 de Septiembre de 2014  •  2.053 Palabras (9 Páginas)  •  179 Visitas

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EL HOMBRE Y LA DOMINACIÓN

La lucha del hombre por el hombre lo ha llevado a buscar mecanismos inmemorables para alcanzar fines que parecieran beneficiar a la comuna, horda, tribu o sociedad, dichos aparatos se han manifestado a lo largo de la historia, derivando en investigaciones que pretenden entender el orden social a través de ellos.

Pues bien Max Weber (1988) fue uno de los investigadores que dirigió la mayor parte de sus investigaciones a la burocracia, religión, política, lideres y caudillos, además de aportarle a la sociología un nuevo aire comprendiendo que el método aplicado a las disciplinas duras no pueden aplicarse de la misma manera a las ciencias sociales, ya que en estas intervienen individuos con conciencia, voluntad e intenciones. Pero uno de sus aportes más significativos fue el estudio dirigido a las formas de legitimidad en su obra Economía y sociedad.

Weber distingue el poder de la dominación afirmando que el primero pude utilizarse para casi cualquier fin mientras que el segundo lo entiende como “la probabilidad enorme obediencia dentro de un grupo determinado para mandatos específicos, requiriendo de un modo normal, un cuadro administrativo implicando la actividad de le ejecución de ordenes departe de un grupo del que se espera obediencia a la autoridad por diversos motivos”. (Weber Max, 2008, pág 170).

Como lo menciona el autor la dominación busca obediencia y legitimidad dentro de grupos sociales específicos en contextos específicos, a través de ella se mantiene el orden social, el autor distingue tres tipos de dominación: carismática, racional y tradicional, cada una de ellas se encuentra por lo regular interrelacionada, no se encuentran puras en la realidad de su ejercicio.

Para Max Weber la dominación carismática descansa en el heroísmo o en la santidad de la persona, encuentra su legitimidad en ella misma además del reconocimiento de los adeptos, lo último se consigue a través de la comunicación emotiva, su cuadro administrativo no tiene relación alguna con la burocracia, estamentales o de la dependencia personal o patrimonial. En este tipo de dominación no se espera una remuneración económica y la no existencia de jerarquías son características relevantes.

El valor del carisma como modo de dominación es dependiente de la importancia que los dominados carismáticos le otorgan al atributo de este líder. Por tal razón es necesario que el líder carismático reafirme sus cualidades carismáticas para poder ser reconocido por los dominados. Este reconocimiento según Max Weber es “psicológicamente,

una entrega plenamente personal y llena de fe surgida del entusiasmo o de la indigencia y la esperanza”. (Weber Max, 2008, pág. 196). Su reconocimiento funciona como una especie de pacto implícito (pero no de la forma en que lo hace en la dominación legal) entre los dominados y el dominante carismático.

Como ejemplo podemos mencionar a Jesucristo quien fue enunciado como el hijo de Dios y adorado por sus cualidades extra humanas llenando de fe el corazón de los pobres, desvalidos, enfermos y desvalidos. A los treinta comenzó su breve actividad pública incorporándose a las predicaciones de su primo Juan el Bautista.

La dominación carismática ejercida por dicho personaje radicaba en la esperanza de vida eterna, que le daba aceptación entre sus adeptos, lo cual a su vez consolidaba su legitimidad, característica de este tipo de dominación. Así mismo se puede observar otro rasgo mencionado por Max Weber, la no remuneración económica, su doctrina radicaba en el amor al prójimo y desprendimiento de los bienes materiales y el perdón.

Aunque se puede considerar como un líder carismático no cae en la dominación carismática pura puesto que sí existían las jerarquías, como en la dominación burocrática, que más adelante se describirá.

Pues bien, si el líder carismático perdiera de alguna forma sus cualidades "sobrehumanas" o ya no fuese respaldado por los adeptos, en primer lugar sería puesto en duda, lo cual implicaría eventualmente la caída de su imperio, pues ya no sobresaldría entre sus discípulos ni les otorgaría beneficio alguno.

Weber menciona en el texto dos casos en la historia en la que el reconocimiento del carismático se mantenía, siempre y cuando no ocurriese ninguna desgracia. La comunidad veía al líder el causante de los contratiempos. Sus habilidades carismáticas eran puestas en duda, de forma tal que se le obligaba a renunciar a su cargo.

Como lo fue el caso de Hitler quien en un primer momento se gano la simpatía y reconocimiento de la mayoría de alemanes como los jóvenes, a través de discursos emotivo afirmando que en su gobierno no habría jerarquías ni clases sociales, “…vosotros aquí representáis algo que esta ocurriendo en Alemania, nosotros queremos que los muchachos y las muchachas alemanas se embeban todo lo que nosotros queremos para Alemania queremos ser un pueblo y a través de ustedes llegar a ser un pueblo, queremos una sociedad sin castas ni rangos sociales[…]queremos ver un imperio[…] queremos que este pueblo sea obediente […]nosotros somos Alemania”(Youtube, 2008). A pesar de que él no cumple con la divinidad mencionada por Weber si se le veía como el salvador y promesa de una Alemania devastada por la Primera Guerra Mundial.

Sin embargo en el transcurso del tiempo subsecuente después del exterminio de judíos, homosexuales y disidentes políticos, el Führer, comenzó a perder el carisma a partir de que en 1944 los acontecimientos empiezan cambian de rumbo y se vislumbra el fin de su dictadura con el desembarco en Normandía, las defensas de Rommel, el otrora triunfador en África, nada puede hacer por detener el avance aliado, que parece pugnar con los rusos en su avance hacia Berlín. La situación comienza a ser dramática, al punto que una sublevación por poco acaba con la vida del Fuhrer.

Sí bien es cierto que fue un dictador que ejerció la dominación carismática también tiene rasgos de dominación burocrática ya que en el tiempo de su dominación había jerarquías y funciones pre establecidas como es la dominación legar con un cuadro burocrático.

Para Max Weber la dominación legal- racional existe “cuando el derecho pactado u otorgado pueden ser estudiados de modo racional, con la pretensión de ser respetado por los miembros de la asociación y de los grupos regulares” (Weber Max, 2008, pág. 173). Esto con la intención de mandatos específicos.

Para ejemplificar este tipo de dominación se puede tomar la estructura con la que cuenta el gobierno del Estado de México encabezado por el gobernador Enrique Peña

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