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El Indianismo Revolucionario

omardiablillo24 de Noviembre de 2012

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APROXIMACIÓN AL INDIANISMO REVOLUCIONARIO DE FAUSTO REINAGA

GUSTAVO R. CRUZ*

A lo largo de nuestra investigación Crítica a la política-estética racializada desde el movimiento indígena en Bolivia. Aproximación filosófica a la liberación indígena- popular1, constatamos que algunas de las categorías claves que resignificaron los kataristas e indianistas en Bolivia fue la de “liberación” junto con la de “indio”. Aquí nos ocuparemos del indianismo, en tanto que es producido por un sujeto que reivindica para sí “lo indio” como identidad cultural y política. La resignificación del término “indio” consistió en el paso del uso colonial y dominador del término, en la voz de los dominadores aplicado a los “no-blancos” o “no-europeos”, hacia el uso de “indio” como reivindicación de una identidad “étnica”, cultural y política, en voz de los dominados. El indianismo, producido por el sujeto-indio, no es igual al indigenismo, construido por no-indígenas sobre el “objeto-indio”.2

Ahora bien, contra una lectura culturalista que reduce lo indio a “lo cultural”, sin negar que la dimensión cultural sea fundamental para entender “lo indio”, el término “indio” se resignificó desde un horizonte de “liberación india”, es decir, desde un horizonte político. Esto se expresa en la consigna: “indios nos dominaron, indios nos liberaremos”. En Revolución India (La Paz, 1970, segunda edición 2001), de Fausto Reinaga, texto paradigmático del indianismo, se lee:

En Bolivia los trabajadores de las minas y de las fábricas son una rama orgánica y psíquica, carne vive y “soplo vital” de la raza india. En Bolivia la “clase obrera” presencial y esencialmente es la vanguardia india de la liberación de la Nación india” (Reinaga, 2001: 390).

El tema de nuestro artículo es presentar una primera aproximación al indianismo, en tanto ideología y filosofía de la liberación del indio creada por el boliviano Fausto Reinaga (1906-1994), enfocándonos en los problemas ideológicos y teóricos que le llevaron al distanciamiento y crítica de todo el pensamiento occidental, en particular del marxismo. La cuestión que nos interesa conocer a fondo es porqué el indianismo ubica al marxismo dentro de la misma lógica de dominación del indio, tanto como al cristianismo y al liberalismo.3 ¿Se trata de un exceso simplificador e ideologizado? No responderemos por ahora esta cuestión, pero basados en las lecturas realizadas hasta ahora estamos en condiciones de sostener la hipótesis de que el indianismo de Fausto Reinaga pretende ser revolucionario sin el marxismo. ¿En qué sentido? Demoramos la respuesta para el final de nuestra investigación, que recién hemos iniciado.

Tenemos la impresión de que si bien el indianismo fue posible por el acceso a los estudios universitarios de varios hombres (y quizá mujeres) aymaras y quechuas, el mismo no se constituyó en una corriente de pensamiento académico.4 Esto tiene relación, evidentemente, con la estructura “colonial del saber”, que excluía de un modo sistemático hasta mitad del siglo XX y aun excluye de modos más sutiles, a los indígenas de la educación superior.5 Lo que supone abordar el problema epistemológico para delimitar qué es ideología, filosofía y pensamiento en general y en la producción intelectual de Reinaga en particular. Con Arturo Roig, consideramos que

La filosofía no es ajena a lo ideológico; este hecho no es ilegítimo, ni menos parafilosófico; está en el filosofar mismo la respuesta que se ha de dar a ese contenido inevitable y el filosofar –definido como exétesis, como examen, por los antiguos – sólo podrá convertirse en una mirada iluminadora de su propio condicionamiento, en la medida en que pueda asumir de modo consciente su radical ambigüedad y su modo efectivo de inserción en el mundo (Roig, 1993: 103).

Por ello, nuestra investigación se ubica en la frontera entre la ideología y la filosofía producidas por el “sujeto indio”, esto es, por quienes se autoidentifican como indios y proponen un proyecto emancipador desde dicho sujeto, que es comunitario y personal. Esa fue y es la característica del indianismo producido en Bolivia desde los sesenta.6 El supuesto de que Reinaga haya sido a la vez un filósofo e ideólogo será rastreado en la totalidad de su obra. Por ahora, nos basamos en las consideraciones de Hilda Reinaga, estudiosa y custodia de su obra, quien entiende que el indianismo es la “filosofía del indio” entendida como una filosofía de la revolución india de alcance universal (H. Reinaga, 2004).

Como dijimos, un aspecto particular que nos interesa abordar es la discusión que tiene Fausto Reinaga con “toda la filosofía Occidental”, desde Sócrates, pasando por Kant hasta Marx y Nietzsche. Y también con el cristianismo. Una de las tesis de Reinaga es que para liberar al indio se debe “sacar toda la filosofía occidental de la conciencia del indio” y en particular “a Marx y a Cristo” (ver El Hombre, 1981). La Fundación Fausto Reinaga invita del siguiente modo a realizar un estudio de su pensamiento: “El pensamiento de Fausto Reinaga necesita de un estudio profundo para que esté efectivamente al servicio de una lucha política eficiente. Por ejemplo, ¿qué quiso decir con sacar a Cristo y Marx de la cabeza del indio?”.7

El indianismo se convirtió en un crítico radical del marxismo, al punto de que sus continuadores sostienen que izquierda y derecha son lo mismo, ambas dominan al indio, por provenir de la civilización moderna. Esto supondría que la modernidad conllevaría siempre la dominación del indio. La crítica al marxismo se funda, entre otras razones, por considerar que oculta o niega que el obrero-campesino en Bolivia sea indio, lo cual tendría como consecuencia la negación del factor de dominación fundamental, la dominación “étnica-racial”. Esta crítica fue asumida por algunos intelectuales aymaras contemporáneos en diversas perspectivas, como Félix Patzi, en un sentido, y Pablo Mamani, en otro.8 Esto es condujo a tratar la cuestión de la dominación del indio en Bolivia no sólo centrados en el análisis de clase, sino considerando sobre todo el tema de la “etnia-raza”. La dominación étnica es así privilegiada como problema estructural, aunque dichos autores no abandonan el análisis de la dominación de clase.9

A esto, se suma un término paradójicamente vigente: el de raza. La paradoja consiste en que dicho término está desacreditado y superado en las ciencias humanas y sociales. Pero, en el lenguaje social y en las ideologías dominantes, el término sigue siendo muy usado. Sobre todo en cuanto sustantiva a un fenómeno de humillación y degradación del sujeto humano, que se basa en la “raza”, y es el racismo. La racialización de la corporalidad del sujeto indio es la base de la racialización de la economía, la política y la estética de la dominación. Esto conduce a entender el problema estructural de Bolivia con la dialéctica indios versus blancos-mestizos. Como lo demostramos, el término “raza” se cuela insistentemente hasta en algunos autores que pretenden superarlo. Acudir al concepto de “dominación étnica” sería un modo de superar la idea de “dominación de raza o racial”, pero aun así ésta pervive. Por ello, nuestro propósito también es evaluar la relevancia teórica e ideológica que tuvo el término “raza” y “etnia” en el fundador del indianismo. Tanto Fausto Reinaga, iniciador del indianismo, como alguno de los líderes e intelectuales contemporáneos más relevantes, como Felipe Quispe, no abandonaron la categoría de raza para explicar la dominación y proyectar la liberación india.10 En ese sentido, los análisis del peruano Aníbal Quijano (1992, 1999 y 2000) sobre la raza como núcleo de la colonialidad en la modernidad son más que interesantes.

LA VIDA DE FAUSTO REINAGA

Hasta ahora conocemos sólo una biografía breve de Fausto Reinaga escrita por Hilda Reinaga (2004), su sobrina.11 Existe una biografía pionera realizada por el escritor ecuatoriano Humberto Mata, Fausto Reinaga. Akapi Jach’aj (1968), que es prácticamente desconocida pues es inhallable en las bibliotecas hasta ahora revisadas. Suponemos que dicha obra nos dará luz respecto a su vida, aunque no sobre los últimos años del pensador indianista pues la fecha de edición es de fines de los sesenta. Además, en la biografía escrita por H. Reinaga se anuncia la pronta edición de una autobiografía del autor, que hasta ahora no fue publicada. Por tanto, y a falta de mayores aportes, nos atenemos al texto de la sobrina de Reinaga hasta que no tengamos otras fuentes de estudio y reconstrucción de la vida de nuestro autor.12

Fausto Reinaga nació el 27 de marzo de 1906 en un pueblo de campesinos llamado Macha, ubicado en la provincia Chayanta del departamento de Potosí (Bolivia). Asistió a la escuela en Colquechaca, cobijado por una hermana que trabajaba de cocinera y donde un abogado de la “Patiño Mines” apoyó al joven en sus estudios. Según datos autobiográficos, Reinaga aprendió a hablar el castellano a los 16 años, siendo su lengua madre el quechua. Inició sus estudios escolares en una edad tardía.

En 1924 terminó su instrucción primaria en el Colegio Bolívar en la ciudad de Oruro. En un certamen literario realizado en ese colegio ganó el primer premio por su texto “Lo tradicional”, se le entregó una medalla de oro como premio, pero luego le fue confiscada. No sabemos las razones. En esa ciudad del altiplano boliviano inició su actividad como reportero y corrector de pruebas en el diario La Patria.

Luego de terminado sus estudios secundarios, Reinaga

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