El Principito

EL PRINCIPITO

CONCLUSION

El principito es uno de esos libros que están escritos para todo tipo de lector, sin importar su edad. Incluso creo que se aprecia más este libro durante la adolescencia y la adultez que en la niñez, donde resulta ser lectura obligada en muchos escuelas, sucede entonces algo que no me gusta; se lee este libro a los 10 años y después nunca más, a pesar de que este libro gracias a su lenguaje sencillo y a que es muy corto esté claramente destinado a leerlo más de una vez. Y es aquí donde entra en juego la magia del libro: cada vez que se lee y se reflexiona aprendemos cosas nuevas.

El principito desde su dedicatoria plantea como tema principal la guerra entre la niñez y el ser adulto. Cuando somos adultos y leemos este libro es imposible no sentir nostalgia por esa época lejana donde éramos felices con pequeñas cosas e inocentes de la vida. Nos damos cuenta que a medida que crecemos, irremediablemente nos volvemos incapaces de ver más allá de nuestra visión limitada de las cosas, y así lo que realmente es una boa que se ha comido una serpiente, para los adultos solo puede ser un sombrero.

El libro nos habla incluso como se abandonan los sueños en la medida que se crece y lo único que se vuelve importante son la ciencia y los números, ya no vale la pena dibujar, sino que debemos esforzarnos por ser los mejores en las matemáticas, o la geografía, como si de eso dependiera la vida.

Una vez que el principito comienza su viaje por el universo visitando diferentes planetas, se encuentra con aquello que no puede comprender dada su condición pura e inocente de niño: la vida adulta y sus vicios que se adueñan de nuestras vidas, si tomamos el ejemplo del rey (representación del deseo de poder de los hombres) que creía reinar sobre todo sin darse cuenta que nadie le obedecía, un vanidoso, un borracho que contradictoriamente, bebe para olvidar la vergüenza que le causa beber, un hombre que se cree dueño de las estrellas y pasa toda su vida contándolas, un geógrafo y el farolero.

Cada capítulo de los anteriores nos presenta una invitación a la reflexión ¿Somos como el vanidoso? ¿Somos como el bebedor? ¿A veces creemos tener el control de todo sin saber que no poseemos nada como el rey?

Cuando el principito llega a la tierra se encuentra con la serpiente y ésta termina por enseñarle una verdad que está siempre presente en nuestros días.

¿Dónde están los hombres?-pregunta a la serpiente – y añade. - Se está un poco solo en el desierto...- Se está solo también con los hombres -dijo la serpiente.

En este capítulo además, el principito se pregunta si acaso las estrellas se iluminan con el fin de que algún día cada uno pueda encontrar la suya.

Es aquí donde el libro se vuelve estremecedor al menos para mí y donde además se revela

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