El Segundo Sexo
lagartoJuanTesis4 de Septiembre de 2014
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El Segundo Sexo
Actualidad y Pertinencia
GLORIA COMESAÑA SANTALICES
Doctorado en Ciencias Humanas
Cátedra Libre de la Mujer
Facultad de Humanidades y Educación
Universidad del Zulia
Maracaibo, Venezuela.
Este artículo fue publicado en Utopía y Praxis Latinoamericana. Año 4 número 8. Septiembre-Diciembre 1999. pp.27-38.
RESUMEN
El Segundo Sexo es una obra clave para el feminismo contemporáneo, un texto fundador, sine qua non y de una indiscutible actualidad, aunque haya que leerlo críticamente, a la luz de nuestras categorías actuales de pensamiento. Es esa lectura crítica, partiendo de sus fundamentos filosóficos, lo que en este trabajo nos proponemos hacer.
El Segundo Sexo es a la vez una interpretación crítica de la condición femenina, desactivando la referencia naturalista y determinista en favor de la referencia cultural e histórica, y una especie de rechazo de la realidad misma de la mujer en lo que ella implica de irreductible (al tiempo que se le escapa como tal). Pues Simone de Beauvoir, aunque rechaza la biología como destino de la mujer, para destacar el rol preponderante de la historia y la cultura, le otorga un peso ontológico a lo que su ser biológico implica para la mujer. De modo que la Naturaleza, tanto como la Cultura, tienen dos caras en El Segundo Sexo, si lo leemos atentamente. Y eso es lo que pretendemos hacer.
Palabras clave: Feminismo, cultura, naturaleza, mujeres, patriarcado.
Abstract
The Second Sex is a key work for contemporary feminism, a basic text, sine qua non, and of unquestioned up-to-datedness, even when it must be read critically in the light of our present day categories of thought. In this paper we propose a critical reading of this book based on its philosophical foundations.
The Second Sex is both a critical interpretation of the feminine condition, de-activating the naturalist and determinist reference in favor of a cultural-historical focus, and a sort of rejection of that same reality in those aspects which refer to irreducibility (even though this escapes analysis as such). Even Simone de Beauvoir, while rejecting biology as the destiny of women, in order to focus on the preponderant role of history and culture, gives ontological weight to what that biological being implies for women. In this sense, both nature and culture have two faces in The Second Sex if we read it carefully. And this we propose to do.
Key Words: Feminism, culture, women, patriarchate.
INTRODUCCIÓN
Desde el título de la obra basado en un juego de palabras muy original y bien logrado, Simone de Beauvoir nos da la medida de su aproximación al tema de sus investigaciones: la mujer, a la vez objeto de aceptación y de repulsión, el mundo “femenino” al cual ella pertenece pero del cual no quiere formar parte... A partir de la primer lectura que hemos hecho, El Segundo Sexo es a la vez una interpretación crítica de la condición femenina, desactivando la referencia naturalista y biologicista, y una especie de rechazo de la realidad misma de la mujer en lo que comporta de inevitable y de irreductible, (al tiempo que la acepta como tal).
Porque Simone de Beauvoir, al mismo tiempo que rechaza la biología como destino de la mujer (y de allí su “no se nace mujer se llega a serlo” ), le da un peso ontológico a lo que la naturaleza le ha hecho corresponder a la mujer: su mayor sumisión a la especie, es para ella la causa de su condición, de su ser consagrado a la inmanencia, del cual no puede liberarse sino mediante medios mecánicos y tecnológicos, participando igualitariamente en la producción, una vez superada con la ayuda de la ciencia y el progreso, su servidumbre biológica. Más que la historia, es pues la Naturaleza la que es incriminada por ella como explicación a la subordinación femenina, que parecería así ser original, dato natural del cual la mujer no escaparía, sino por la Cultura. La Naturaleza, así como la Cultura, tienen dos caras en El segundo Sexo, si se lo lee atentamente. La Cultura es a la vez lo que oprime (al interpretar los datos de una forma contraria a la mujer) y lo que libera, puesto que es en lo cultural en donde la mujer puede afirmar su transcendencia. En cuanto a la Naturaleza, no es el destino (todo depende de la forma como la Cultura la interpreta), pero lo es de todas formas, porque es por su mayor sumisión a las necesidades de la especie que la mujer sufre de un estar amarrada a la inmanencia contra lo cual debe luchar para liberarse.
A pesar de todo lo que acabamos de decir, consideramos que El Segundo Sexo es una obra clave para el feminismo contemporáneo, un texto fundador, quizás incluso un texto sine qua non, y de una indiscutible actualidad, aún cuando haya que leerlo críticamente a la luz de nuestros “útiles de pensamiento contemporáneos”. Esta lectura crítica, partiendo de sus fundamentos filosóficos, es lo que nos proponemos hacer.
Volviendo a lo que hemos dicho más arriba, nuestra primera lectura del El Segundo Sexo tuvo sobre nosotros el efecto de colocarnos, con relación a la mujer y las mujeres, en el mismo estado de espíritu que en nuestra opinión era el de Simone de Beauvoir en la época de la redacción del libro: éramos mujeres, pero también seres humanos, cuya pertenencia a un sexo determinado no quería decir nada en sí misma. Queríamos así ser aceptadas en tanto que humanas y nos reencontrábamos mujeres con todos los inconvenientes y todas las limitaciones que socialmente habían sido construidas sobre “la feminidad”.
La tendencia era pues a ser muy críticas hacia todo lo que “olía a la Mujer”, a rechazar todo este artificio que consagraba a la mujer a la inmanencia y demostrar que valíamos tanto como el hombre, el “obligatorio” sujeto de referencia.
Así comenzamos a luchar tratando, como conquistadoras, de mostrar que éramos también “primer sexo” como el otro, adoptando muchos de sus puntos de referencia. Del otro lado del espejo dejábamos a muchas mujeres “segundo sexo” que parecían justificar los terribles análisis del libro y no querer salir de su secundaria posición...
Luchamos pues, nos reencontramos y escalamos el mundo, sintiéndonos por otra parte dependientes de una realidad corporal rechazada, pero de la cual seguíamos siendo de una cierta forma todavía sus rehenes.
El Segundo Sexo nos dio en ese momento el impulso y la energía, y sobre todo los útiles y las categorías históricas para trabajar en nuestra liberación. P ero no fue sin más tarde cuando comprendimos, después de otras reflexiones y debido a los avatares de la vida, que para liberarse y tratar de liberar también a los otros, había que amar una misma a la mujer real, sexuada, diferente y diversa, y reivindicar la igualdad, y todos los mismos derechos e incluso otros derechos en nombre de esta diferencia originaria.
El Segundo Sexo: Actualidad y Pertinencia
EL LIBRO
En el conjunto de la obra de Simone de Beauvoir, El Segundo Sexo ocupa, por derecho propio un lugar único y señalado. Iniciado de una manera fortuita (Beauvoir,1969:224 ss), llegó a ser el lugar central de su producción teórica. Nosotros lo consideramos como el más acabado de sus libros pero también como el más leído y aquel que ha tenido una más grande influencia y repercusión. Es imposible, aún hoy en día, medir su trascendencia y la manera como es “vivido” tanto en el interior como en el exterior de las fronteras de los movimientos feministas.
El primer tomo del libro, Los hechos y los mitos fue publicado por Gallimard en Junio de 1949. El segundo tomo, La experiencia vivida apareció en noviembre de ese mismo año. Desde el momento de su publicación, El Segundo Sexo fue un éxito editorial. Las reacciones de los lectores y lectoras no se hicieron esperar, abarcando desde la mayor expresión de gratitud y alabanzas hasta posiciones extremas de rechazo y escándalo. En todo caso El Segundo Sexo fue siempre y desde el primer momento un libro polémico. Además, y por la primera vez permitía fundar filosóficamente la reflexión sobre la milenaria situación de subordinación que ha sido siempre el lote de la mitad femenina de la humanidad. La obra evita toda la absurda querella sobre la inferioridad o la superioridad relativa de los sexos, para plantear la cuestión sobre la situación de la mujer no al nivel de la naturaleza o la biología, sino considerándola como la consecuencia de una elaboración cultural arbitraria de los datos naturales.
El determinismo natural fue de antemano rechazado, si no como demostración más o menos lograda al filo de las páginas, al menos como profesión de fe inicial, siendo el objetivo de Simone de Beauvoir, según su propia confesión, el de probar que “no se nace mujer se llega a serlo”. De esta forma, el peso de las circunstancias culturales, de la educación y de los condicionamientos que nos modelan era claramente designado como la clave que explicaría la situación de desventaja en que las mujeres se han encontrado a lo largo de la historia.
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