El Talento En Niños Especiales
0708073 de Octubre de 2013
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Cuando hablamos de necesidades educativas especiales, generalmente nos referimos a personas con trastornos del aprendizaje u otras condiciones que implican no estar en el promedio y requerir un tratamiento especial para sacar su mayor potencial. Pero, ¿No es una necesidad educativa especial el tener una competencia superior, que de no contar con un contexto de aprendizaje adecuado, puede perderse?
Lo que antes conocíamos como superdotación o “niño prodigio” y que llevaba consigo atados varios mitos, hoy llamamos talento académico. Este se da, según indican en el programa PentaUC (que se enfoca en este grupo), en toda la población sin distinción y alcanza un 10% de los estudiantes.
Se trata de alumnos muy motivados por aprender, que suelen aburrirse en clases por la falta de desafíos que allí se ofrecen y que ellos anhelan. Por lo general son niños y niñas que procesan la materia con mayor profundidad y muestran más energía, imaginación, agudeza intelectual y sensibilidad que sus pares, incluso desde edades muy precoces.
Con gran intensidad emocional y alta sensibilidad social, suelen preferir la compañía de adultos y muchas veces no encuentran amigos entre sus pares cronológicos, dada la diferencia de capacidades e intereses.
Tanto como anhelan desafíos intelectuales, pronto estos niños pueden caer en la desmotivación, equivocándose ante problemas simples y fáciles de resolver, porque se aburren y no prestan atención suficiente a las tareas que consideran repetitivas y poco estimulantes. Suelen ser descritos como agotadores, que no se cansan de investigar y preguntar. También muestran un mayor conocimiento de sí mismos, capacidad de concentración y sensibilidad expresada en que son más empáticos, perceptivos al sufrimiento de otros, sensibles a la crítica, al rechazo y a la injusticia.
Si bien el talento académico suele asociarse a buen rendimiento escolar, no todos los niños que son talentosos tienen buenas notas. Esto sucede por diversos motivos. Por ejemplo, puede ocurrir que un niño con talento sólo obtenga resultados sobresalientes en las áreas en que se destaca y en otras materias sea un alumno promedio o tener un rendimiento pobre. También existen casos en que niños talentosos poseen al mismo tiempo alguna otra particularidad, como dislexia u otro trastorno de aprendizaje.
¿Cómo se debiera apoyar a un niño con talento?
Para las expertas de la consultora especializada en el tema, Talented, lo primero es reconocer que el niño o niña tiene una o varias habilidades destacadas y valorarlas. Posteriormente es necesario brindarle oportunidades adecuadas para desarrollar este potencial, sin cortarle las alas y sin sobre-exigir tampoco. El desfase que puede producirse con sus compañeros de curso, es un tema para analizar y resolver con los profesores y colegio del niño, pero no debería pasar por restringir sus oportunidades de aprendizaje.
Otro consejo es que si los niños con talento buscan la compañía de niños mayores o disfrutan conversando con adultos, puedan hacerlo. Esto sucede porque buscan naturalmente a sus “pares intelectuales”, es decir a otras personas que los entiendan, con quienes puedan conversar los temas de su interés y compartir sus inquietudes.
Tal como un niño que aparece como especialmente apto para el dibujo, sus padres le darán una caja de crayones y le alabarán sus creaciones. Cuando no se tiene la oportunidad de profundizar y poner en práctica aquellas tendencias naturales que indican señales de talento, éstas se bloquean y no logran canalizarse ni expresarse.
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