Todos Los Niños Son Especiales

INTRODUCCIÓN

En este ensayo se hará un análisis personal de la película “Todos los niños son especiales”, la cual muestra como inicialmente, por desconocimiento, poco interés y falta de acompañamiento, se aísla y juzga la actitud de un niño a tal punto de internarlo para intentar solucionar sus problemas comportamentales; pero que posteriormente recibe el acompañamiento de un maestro que identifica que el niño sufre de dislexia y que gracias a su orientación y apoyo logra no solo mejorar académicamente sino que se abre ante un nuevo mundo de posibilidades.

Este análisis se realizará desde dos puntos principalmente: desde el acompañamiento de los maestros y padres a los niños “problema” y/o con dificultades de aprendizaje, y desde el problema de la capacidad de intención y la preparación para ello por parte de los docentes.

El desarrollo del trabajo se realizará mediante una breve descripción en dos momentos de la película y sus respectivos abordaje, para al final proponer algunos puntos concluyentes del tema.

La película empieza con lo que aparentemente es un niño (Ishaan Nandkishore) común, juguetón, creativo, con gran imaginación y habilidad para construir y pintar pero travieso y perezoso en el estudio, con dificultades para seguir normas y acatar órdenes, y un tanto de rebeldía y grosería. Desde el comienzo se nota en él un problema de concentración, lo que obliga a quienes lo rodean a repetir varias veces algunas indicaciones que no siempre son cumplidas por el niño ya que de forma muy creativa las elude de una u otra manera. Esto hace que en la escuela su rendimiento sea muy malo y se gane el desagrado de los profesores, pues lo tachan de perezoso, irresponsable e irrespetuoso.

Luego de algunos incidentes como el de una pelea, la perdida de los informes escolares y el que decidiera escapar un día de la escuela para vagar por la calle solitario; llevan a que el padre tome la decisión de que es necesario, por el bien del niño, según piensa él, que sea internado en un colegio más estricto.

Desde acá se empiezan a evidenciar aspectos como la falta de comunicación entre la institución educativa y el hogar, reflejado en el desconocimiento de la situación escolar del niño por parte de los padres y a la vez en el entorno escolar el no saber si alguna dificultad familiar podría causar tal conducta en el estudiante. El problema de comunicación con la familia podría darse ya que el medio o método de comunicación no es muy eficaz en muchos casos, pues no es de conveniencia propia para el estudiante; además el interés del padre de familia debería llevarlo a indagarse más sobre el papel que desenvuelve su hijo en el ámbito educativo y de cómo es su desarrollo allí, y debido a que no se presenta una educación personalizada, el trabajo educativo debería ser de parte y parte, pues es el proceso el que, en la mayoría de casos, acapara total atención por parte de los profesores. En mucho casos el papel de educador se ve cercado por dos situaciones: una que afirma que la educación debe darse según las necesidades del estudiante y su conocimiento y por ende debe ser personalizada, pero por otro lado la premura educativa, el poco tiempo que comparte con el estudiante en el aula de clase y en el entorno escolar es argumento para evidenciar en la mayoría de casos un notable desinterés por casos específicos y particulares de niños con necesidades especiales.

Otro aspecto que se puede notar es la falta de alternativas, de pedagogía, de estrategias o de vocación, reflejados en el trato que se le da al estudiante cuando es pasado como un “virus” de sitio en sitio esperando quien lo pudiese curar; cuando con un poco de atención se podría detectar el o los factores que inducen dicho comportamiento en él. Además el tratamiento de los llamados niños problema o niños con necesidades diferentes solo refleja el desconocimiento o incapacidad y la falta de preparación, en ocasiones por parte de los padres, de los profesores o establecimientos educativos y quizás de ambos, ya que se identifican casos en los cuales la familia descarga sus problemas en la escuela esperando que ésta los solucione y corrija, pero posteriormente es ésta la que identifica el déficit en la labor familiar y a veces incapaz de abordar tal problemática acude a la expulsión o traslado

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