ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

El cuaderno bitácora como proceso educativo

Melody RodriguezInforme3 de Julio de 2021

4.869 Palabras (20 Páginas)298 Visitas

Página 1 de 20

 El cuaderno de bitácora como proceso educativo

Karina Comas

kcomas68@gmail.com

Kevin Morawicki

kevinmorawicki@gmail.com

orcid.org/0000-0002-9389-9814

Centro de Comunicación y Educación

Facultad de Periodismo y Comunicación Social (FPyCS)

Universidad Nacional de La Plata (UNLP)

Argentina

INTRODUCCIÓN

La ponencia “El cuaderno de Bitácora como proceso educativo” forma parte de un avance de investigación del Proyecto Acreditado “Anclajes institucionales de las políticas de formación de formadores en comunicación: Procesos y desarrollos”, dirigido por María Belén Fernández. Esta investigación aborda la temática de la formación permanente en comunicación estudiando para eso diversos anclajes institucionales sobre cómo se presenta la articulación entre el campo de comunicación/educación y las nuevas perspectivas de políticas de formación de formadores. Los anclajes institucionales seleccionados se inscriben en espacios emergentes como son: la formación continua de profesores en comunicación desde la unidad académica universitaria, las políticas educativas inclusivas en educación popular como son el Plan FinEs y los CAJ, y la formación permanente en las escuelas en el marco del Programa Nacional de Formación Permanente Nuestra Escuela.

Por otra parte, dicho Proyecto de Investigación se inserta en el contexto académico del Centro de Comunicación y Educación “Jorge Huergo” de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata. Por lo que su propuesta es la de seguir resituando las prácticas y los problemas que interpelan a las investigaciones universitarias, de modo tal que acompañen, desde la producción de conocimientos científicos, las políticas públicas de igualación de derechos, entre los cuales está el derecho a una educación significativa (o de calidad).

El Interés por constituir al cuaderno de bitácora y/o al diario de viaje como objeto de investigación está fundamentado en el hecho de ser una práctica y un espacio curricular que no está inmediata y directamente vinculado a las matrices de sentido de la escolarización, entendida ésta como la versión educativa del proyecto moderno signado por el control de los procesos, la transmisión de información, el arrasamiento de las culturas populares autóctonas, la didáctica como laboratorio de humanidad, y el horizonte político que en última instancia implicaba formar trabajadores para ser empleados en las fábricas del incipiente industrialización (cf. Huergo, 2015:156).

Para analizar este potencial no escolarizado de los Diarios de viaje tomaremos algunos emergentes de las postitulaciones que están siendo implementadas por el


Programa Nuestra Escuela del Instituto Nacional de Formación Docente del Ministerio de Educación de la Nación. En principio, dejaremos planteado que este programa es

“una iniciativa federal que se propone la formación gratuita, universal y en ejercicio, de todos los docentes del país a lo largo de tres cohortes consecutivas de tres años cada una. Se trata de la respuesta de los estados nacional y provinciales a una reivindicación histórica del colectivo docente, a la vez que contribuye a generar las condiciones para alcanzar las metas que se impuso el país en términos de política educativa. En procura de ello, el programa fue aprobado unánimemente por el Consejo Federal de Educación, y ya cuenta con el respaldo del acuerdo paritario suscripto por todos los sindicatos docentes con representación nacional”1.

1 Consultado en agosto de 2015 en http://nuestraescuela.educacion.gov.ar/el-programa/. En este Portal del Ministerio de educación, también se afirma que Nuestra Escuela “es un programa financiado enteramente por el Estado Nacional, ubica su antecedente y fundamento en la Ley de Educación Nacional, en la que se plantea a la misma como un derecho y al conocimiento como un bien público, centrando el eje en la formación permanente, gratuita, en ejercicio y de calidad, de los trabajadores de la educación argentina”.

2 Las autoras de dicho módulo son Belén Mercado y Cintia Rogovsky. Esta materia obligatoria para todas las postitulaciones que ofrece el Programa Nuestra Escuela. Por su parte, Kevin Morawicki es Referente de Contenidos en este módulo para la Especialización de Educación en Derechos Humanos, y Karina Comas es tutora en la Especialización en Políticas Socio Educativas”.

Esta última experiencia de política educativa, entonces, es la que hemos tomado para comenzar a desarrollar un estudio sobre los cuadernos de bitácora y los diarios de viaje en tanto dispositivos que articulan procesos educativos no-escolares. Para argumentar esta posición tomaremos del Programa Nacional la propuesta curricular del Módulo de Pensamiento Pedagógico Latinoamericano2 en los Postítulos de “Educación y Derechos Humanos” y “Políticas Socio educativas”, ambas de cursado virtual. Presentaremos una problematización de estas propuestas, anclándonos en las matrices políticas y teóricas del Campo de Comunicación/Educación, en tanto performativas de prácticas pedagógicas distintas a las de la tradición hegemónica del normalismo y la escolarización. Para eso presentaremos el análisis de la escritura como práctica de expresión y a los diarios en tanto dispositivo propiciador de la sensibilidad y la creatividad, concebidas ambas como condición de posibilidad para la producción de conocimientos significativos desde el punto de vista existencia, y críticos en su carácter ético-político. En ese sentido, presentaremos a los cuadernos de bitácora como dispositivos no-escolares que tienen la potencialidad de interpelar prácticas educativas hegemónicas y, por eso mismo, aportan considerablemente a la transformación de las lógicas de evaluación-calificación.

ALGUNAS COORDENADAS TEÓRICO-METODOLÓGICAS

Hace tiempo que desde el Centro de Comunicación y Educación de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP (CCE) han sido propuestas una serie de posiciones que, enunciadas desde la teoría social y desde la educación popular, han sido a la vez aclaraciones terminológicas y provocaciones teóricas al sentido político del campo de Comunicación/Educación. Entre ellas (Huergo y Fernández, 2000), la obsesión por la claridad, el control, la eficacia y la velocidad en la transmisión de contenidos hacia sujetos de recepción pasiva, y concebidas estas como una máxima pedagógica hecha carne en los cuerpos y los discursos docentes institucionalizados. De hecho, una vieja distinción etimológica permitió a Jorge Huergo, hace ya 20 años,


plantear tempranamente el problema de la pedagogía hegemónica de matriz escolarista y contenidista: “Educar” posee una doble etimología, las cuales dependen del significado que se dé al prefijo “e-”. Para Huergo:

La desinencia “-ducar” viene del verbo latino ducere que significa “conducir”. Educar significa “conducir hacia afuera”, “sacar desde adentro”, al modo de “ex-presar”, más que conducir hacia adentro o poner algo que está afuera dentro del hombre o de su mente (Huergo, 2001:22) .

De modo que centrar la educación en el “conducir” hacia adentro algo que proviene de afuera o en conducir hacia afuera algo que se tiene adentro posiciona al sentido político y a la práctica de articulación hegemónica en lugares bien diferentes. La valorización de la expresión subjetiva como punto de partida y/o como columna vertebral de los procesos de aprendizaje, es un asunto que ciertamente sigue siendo estratégico a la hora de pensar en la formación de personas, porque allí se juega mucho en términos de su constitución como protagonistas activos de los procesos históricos, o espectadores pasivos tanto de su propio destino como de la historia.

La expresión de la voz del sujeto de la educación como punto de partida del proceso educativo ha sido, de hecho, una característica de las pedagogías latinoamericanas (Puiggrós 1998 y 2005, Rodríguez, 1990), lo cual no significa que la “voz” sea individual, inaugural y pura, sino que supone que la voz siempre es colectiva y por lo tanto también hace parte de los procesos de naturalización del orden de social vigente (Mc Laren, 1998:86). Como analizaremos más adelante, la escritura de diarios de viaje como procesos educativos que acompañan la formación no es un valor educativo en sí mismo, sino una condición desde la cual pensar a la educación como producción activa de conocimientos que articulan la subjetividad, la sensibilidad y la conceptualización, mediados por la creatividad y la libertad propia del género diario, habida cuenta de la colonización de las prácticas de aprendizaje por parte de la escolarización.

Precisamente, cabe precisar a qué nos referimos con escolarización:

“La escolarización alude a un proceso en que una práctica social como la escolar va extendiéndose a nivel masivo en las sociedades modernas. De este modo, la escuela se va constituyendo como institución destinada a producir un determinado orden imaginario social y a reproducir las estructuras y organizaciones sociales modernas existentes. En cuanto institución, la escuela recoge una representación cristalizada en el imaginario moderno: que educación es igual a “escolarización” (Huergo y Fernández, 2000:168).

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (33 Kb) pdf (159 Kb) docx (22 Kb)
Leer 19 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com