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El envejecimiento de la piel


Enviado por   •  21 de Febrero de 2014  •  3.968 Palabras (16 Páginas)  •  152 Visitas

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Sistema endocrino

Piel

El envejecimiento de la piel es el cambio más evidente del paso del tiempo, de manera que la imagen que tenemos de las personas mayores es en general con canas y arrugas.

La piel es el órgano más extenso del cuerpo humano y uno de los más expuestos a los efectos de los agentes externos.

Se compone de tres capas básicas:

• Epidermis: contiene una capa de células muertas, con una proteína de protección que se llama queratina, y una de células cutáneas vivas, de las que algunas de ellas se han especializado en la producción de pigmento para protegernos de los rayos ultravioletas, que son los melanocitos.

• Dermis: capa intermedia en la que hay vasos sanguíneos muy delgados (capilares), glándulas sebáceas, terminaciones nerviosas para el dolor, el tacto y los cambios de temperatura, folículos pilosos (la raíz del pelo) y algo de grasa, junto con tejido conectivo de soporte, constituido por fibras de colágeno y de elastina que dan resistencia y elasticidad respectivamente.

• Hipodermis: en la que hay básicamente grasa (aquí con funciones fundamentales de control de la temperatura interna), vasos sanguíneos algo mayores que los capilares, raíces de pelos más gruesos y glándulas sudoríparas.

Los cambios en la piel son uno de los primeros efectos externos del envejecimiento, con la aparición de arrugas, manchas y flaccidez, así como la aparición de cabellos blancos, las canas. Los motivos de estos signos son:

• Disminución de la grasa subcutánea y del colágeno de la dermis y la epidermis, que produce flaccidez y una menor elasticidad. La piel toma un aspecto más fino y delicado y aparecen las arrugas.

• Se observa una mayor fragilidad de las capas superficiales cutáneas, en especial entre epidermis y dermis. Hay una gran facilidad para la presentación de derrames y hematomas superficiales.

• Mayor dificultad para la eliminación de células muertas, lo que aumenta la capa de queratina residual. Si bien ésta es necesaria para la protección ante los estímulos mecánicos, el aumento de su grosor supone una mayor rigidez de la piel, lo que contribuye a la aparición fisuras.

• Disminución de las células pigmentarias, los melanocitos, de forma irregular, lo que causa manchas claras y oscuras. Este hecho es también responsable de la aparición de las canas.

• Menor actividad de las glándulas sebáceas, lo que disminuye la hidratación y la protección de la piel.

• Degeneración de la glándulas sudoríparas, por lo que se da una mayor dificultad para regular la temperatura.

• Cambios en la circulación de la sangre en la dermis y disminución del paso de nutrientes de la dermis a la epidermis (que no tiene capilares y se nutre por difusión), lo que causa un retraso en la curación de lesiones epidérmicas.

• Aumento del grosor de las uñas con una disminución de su elasticidad y resistencia a causa del aumento de la queratina ya comentado y por una peor circulación sanguínea a nivel de la raíz ungueal.

Además de estos cambios que se producen por el paso del tiempo, habitualmente se añaden los efectos de la luz ultravioleta (el agente externo más importante en las agresiones a la piel, con efecto acumulativo a lo largo de la vida), los tóxicos ambientales, el tabaco y el estrés.

Por todo esto es evidente que lo más importante para disminuir estos efectos es la protección solar ya desde la infancia y una adecuada hidratación. Asimismo, es conveniente la aplicación de cremas o lociones hidratantes para mejorar la resistencia y la elasticidad de la piel.

Sistema nervioso

La jubilación

La jubilación es aquel periodo en el cual, por convenio, a partir de una determinada edad, las personas se retiran de la vida laboral activa. En España la edad legal general de la jubilación son los 65 años, pero hay profesiones en las que puede variar; por ejemplo, los mineros se pueden jubilar a los 50 años y en cambio los catedráticos pueden alargar su vida activa hasta los 70. Esto hace que la edad media de la jubilación en nuestro país sea a los 63 años. Actualmente se está debatiendo la posibilidad de alargar la edad de jubilación a los 67 años.

La jubilación marca el fin de la vida laboral, en la que hay un rol social muy concreto, con unas actividades y unos hábitos de uso del tiempo muy marcados y una productividad efectiva. El cambio de estos hábitos, prolongados durante más de 40 años en la mayoría de los casos, suele ser brusco y es un acontecimiento anhelado y, sin embargo, temido también. Es anhelado porque representa el descanso, el poder usar el tiempo como nos apetezca, el poder disfrutar del ocio a nuestro antojo; y es temido porque no sabemos qué hacer con tanto tiempo libre y puede darnos la sensación de no valer ya para nada.

De repente los horarios de trabajo, de descanso, de ocio y de sueño, entre otros, no se adaptan a la vida actual, lo que produce una perturbación del equilibrio mental y físico con repercusiones sobre la salud y el carácter. Esto se produce a la vez que se da una ruptura de las relaciones profesionales, un cambio en las condiciones de la vida social y una modificación en las relaciones con los que convivimos diariamente. El hecho de pasar más tiempo del habitual con otras personas hace que puedan replantearse muchos afectos.

Respecto las condiciones financieras, la pérdida de una parte de los recursos económicos, dado que las pensiones suelen ser más bajas que los ingresos percibidos durante la vida laboral, conlleva la alteración del poder adquisitivo.

En la vida cultural y el ocio la persona jubilada pasa de una situación en la que dispone de poco tiempo para dedicar a las distracciones a una situación con mucho más tiempo libre, apareciendo una nueva perturbación en el equilibrio del individuo. En nuestra sociedad, por desgracia, la mayoría del ocio es caro y ya hemos dicho que los ingresos de los jubilados suelen ser limitados.

Sin embargo es posible que la jubilación sea realmente una época para disfrutar del tiempo de descanso, si intentamos mantener una buena preparación tanto física como, sobre todo, psicológica. Hay una serie de normas importantes que es importante tener en cuenta:

• Cuidar la salud: Ya desde antes de la jubilación es conveniente insistir en unos hábitos de vida saludables, vigilando la alimentación (baja en grasas,

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